viernes, 1 de febrero de 2013

CARRILLERAS ESTOFADAS (CON VERDURAS AL VAPOR)



Ingredientes (4 personas)

800 grs de carrilleras de ternera
5-6 dientes de ajo
1 vaso de vino blanco
Orégano
Tomillo
Pimentón dulce de la Vera (el mío, como siempre, de Candeleda)
Laurel
Unos granos de pimienta negra
Comino molido
Unos 300-400 grs de agua
Dos patatas
1 zanahoria grandecita
Sal y AOVE

Duración: Unas 2 horas y 30 minutos. Pero merecen todos y cada uno de los minutos de trabajo.

Al lío, que esto dura mucho... Se chafan los ajos y se ponen en una sartén con un buen chorro de aceite (unas 3-4 cucharadas). Se sofríe a fuego suave durante 10-12 minutos.

Mientras el ajo coquetea con el aceite vamos pelando las verduras (yo he usado patatas y zanahoria, más que nada porque era lo que sobrevivía en la despensa, pero se puede usar de todo: calabacín, puerro, calabaza...) Se cortan en rodajas y se reservan para cuando se les llame al orden.

Se echa en la sartén (o en una olla) las carrilleras, el pimentón y las especias. Se remueve todo bien durante 10 minutos a fuego medio para que se dore la carne por todas partes y se vigila que no se quemen las especias. Ponte música, blande un vaso de vino y todo se hará más llevadero.

Se echa el vino y se deja que evapore el alcohol y reduzca un poco. Acto seguido, se incorpora el agua (o el caldo de carne, lo que más os plazca) y se baja el fuego. Yo en este punto preparé las verduras en una vaporera para que se hiciesen con la carne. Pero se pueden hacer al horno. Lo bueno de hacerlas al vapor es que cogen todo el aroma y, ¿qué queréis que os diga? Nada que ver... Como no tardan tampoco mucho en hacerse las pongo hacia el final.

Y ahora viene la bendita paciencia. Una vez que hayamos echado el agua y empiece a cocer todo el guiso hay que contar más o menos 2 horazas. Hasta que las carrilleras estén tiernas, si hiciera falta se añade más agua o caldo hasta que las veamos en modo "no necesito un cuchillo para partirlas".

Una vez que termina se sacan las carrilleras y, si se quiere, se tritura la salsa. (Se puede pasar por un colador chino para que la salsa quede más fina). Se sirve la carne, se vierte un poco de salsa, se disponen las verduras, se saliva un poco y a disfrutar del festival carnívoro. 

Película ideal para degustar este plato: "THE SILENCE OF THE LAMBS" de Jonathan Demme (1991)

¿Por qué? Lo siento, no me he podido resistir. Me gusta demasiado esta película y no se me ocurre  mejor plato-homenaje. El paladar exquisito del Dr. Lecter y su insaciable apetito por las caras ajenas son buenos argumentos. Este espectacular thriller psicológico de Jonathan Demme (5 Óscars en su bolsillo, ahí es nada) es, como nuestra receta, un "careo" en toda regla. Por un lado tenemos a la novata agente Sterling.

Una mujer en un mundo de hombres, de aspecto frágil (digamos que... como hecha al vapor, sin grandes dosis de fortaleza), que tendrá que lidiar con la mente brutal de un psicópata (la carrillera, Lecter es sinónimo de carne, un "flesh-killer" como ningún otro), cuya monstruosa presencia domina totalmente el plato (o el plano). Un quid-pro-quo de poder a poder, en el que los dos pilares de la trama necesitan complementarse para culminar en un clímax de esos que recodarás el resto de tus días. Sé que lo suyo hubiese sido acompañar estas carrilleras con unas alubias y un buen "Chianti"pero me parecía, tal vez, ir demasiado lejos...



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