sábado, 14 de junio de 2014

CARRÉ DE CORDERO CON COSTRA DE FINAS HIERBAS (El noveno pasajero)

CARRÉ DE CORDERO CON COSTRA DE FINAS HIERBAS
INGREDIENTES
1 carré de cordero recental
1 vaso de vino blanco
Mostaza de Dijon
Hierbas (tomillo, romero, orégano, perejil...)
1 diente de ajo
Pan duro tostado
Sal, pimienta y aceite de oliva
Unos piñones

Para la tosta de patata
1 patata
Sal y aceite de oliva

Para las cebollitas francesas glaseadas
6-8 cebollitas francesas
1 vaso de agua
2 cucharadas de azúcar
2-3 cucharadas de mantequilla

Tiempo: 40 minutos
Película comparada: ALIEN, EL OCTAVO PASAJERO (Ridley Scott - 1979)


Le pedimos a nuestro carnicero (que entendemos es majo) que nos limpie y corte el carré para que nosotros podamos manipularlo en nuestra cocina con la mayor facilidad posible. 

Lo primero es atar bien la falda del cordero a las chuletas con una cuerda de cocina. La metemos entre los huesos y nos aseguramos bien que quede compacta, de esa manera evitaremos que se nos deshaga. Salpimentamos bien por todas sus caras y las colocamos en una bandeja de barro o de horno.

Añadimos las hierbas aromáticas: tomillo, romero, perejil, orégano... Y por último incorporamos a la bandeja el vino blanco. Lo horneamos unos 20 minutos a 180º.

Carré antes del horneado...
Mientras se hornea vamos a ir con el majado. En un mortero añadimos el diente de ajo y unos granos de sal. Machacamos bien. Incorporamos tomillo, orégano, romero, perejil y seguimos machacando. 

Luego añadimos un chorro de aceite de oliva y unos trozos de pan duro (puede ser tostado o incluso pan rallado, si no tenemos) Unos últimos golpes y listo.

Majado de hierbas y ajo
Aprovechamos que todavía tenemos el carré en el horno y vamos preparando las cebollitas francesas glaseadas. En una cazuela colocamos las cebollas, el agua, el azúcar y la mantequilla. Dejamos que hierva a fuego medio hasta que se consuma casi todo el agua.

A fuego suave vamos dejando que se caramelice con el azúcar y la mantequilla. Vigilamos con cuidado para que se doren pero no se quemen. Doradito, sí. Negro, no. ;) 



Sacamos del horno el carré con cuidado. Con la ayuda de un pincel de cocina, pintamos sobre ellas con la mostaza, que hará de "pegamento" para nuestro majado y además le aportará un potente sabor. Acto seguido pincelamos el majado sobre la mostaza. Impregnadlo bien, que se vea y se note. La mezcla de sabores resultará espectacular, os lo aseguro.

Pincelando el carré...
Volvemos a meter la bandeja en el horno y terminamos de hornear unos 2-3 minutos. Mientras se remata la jugada, vamos con el último elemento.

Para la tosta de patata: rallamos una patata, la salpimentamos y la colocamos en una sartén con un poco de aceite. Dejamos que se vaya friendo por una cara y le damos la vuelta. Terminamos de hacer.


Doramos unos piñones unos segundos en una sartén y ya lo tenemos todo preparado para emplatar.

En un plato de pizarra (en mi caso) disponemos la tosta de patata para que haga de cama o base. Sobre ella colocamos el carré de cordero con nuestra costra de finas hierbas. Yo lo puse entero pero se puede servir ya troceado. Ahí ya, como siempre, mandáis vosotros cocineros/as. Decoramos con las cebollitas glaseadas y desperdigamos con gracia los piñones por el plato. 


Maravilloso, delicioso, vistoso, lo disfrutarás en cada bocado. ¡Que aproveche, hitchcookianos!


Película ideal para degustar este plato

ALIEN
("Alien, el octavo pasajero" de Ridley Scott - 1979)

Al mirar el plato en su imagen final, con esos huesos sobresaliendo a modo de extraña garra, enseguida mi mente (rocambolesca e inquieta a partes iguales) ha visualizado algún tipo de criatura. Un monstruo con carisma y personalidad cinematográfica que se camufla para luego emerger de entre las sombras y darle el día a los protagonistas o comensales. No se trata de amargar la existencia a nadie, más bien todo lo contrario, y es ahí cuando la lucha cine-culinaria por comparar receta con película se hace grande. Vista la fisionomía del "enemigo" en cuestión, me ha parecido acertado fijarme en una de las más inquietantes, sorprendentes y asfixiantes cintas de suspense (futuristas o no) de los tiempos. Hablo Alien, el octavo pasajero.

En 1979, Ridley Scott (famoso director de publicidad que únicamente había realizado para el cine la notable Los Duelistas) configura un ejemplar cuento de terror gótico que sobrecoge y clava al espectador en la butaca. El oscurantismo, el agobio, las sombras, los interminables y amenazantes pasillos de la nave Nostromo, son sólo algunas de las virtudes de esta odisea. Una historia aterradora y opresiva que encierra a un grupo de tripulantes en una jaula espacial (sin huida posible) y que serán perseguidos y aniquilados por una extraña presencia, que se gesta en las entrañas de uno de ellos para luego salir de caza. Sólo la heroína de la época, la teniente Ripley (una casi desconocida y estupenda Sigourney Weaver) logrará sobrevivir ante su saciedad, su brutalidad marciana, su gula infinita... 

Nuestra receta destaca por encima de todo al gran personaje: el alien, o el carré de cordero, claro está. Su protagonismo en el plato es total, como también lo es en la película. Todo gira en torno a él: desde que la larva se pega al casco de uno de ellos, pasando por su aparición en escena a través del estómago de un jovencísimo John Hurt (El hombre elefante, a más señas) y terminando por su transformación en ese bicho babeante y deforme que ya forma parte de nuestra memoria cinéfila. 

El carré de cordero goza de esa presencia amenazadora, con los huesos emergiendo de la carne, como si fuesen esas letales garras de la criatura. La nave Nostromo se nos muestra aquí como el oscuro plato pizarra que sirve de base para encerrar a todos los personajes: limita la huida, y más allá de ella se abre el espacio infinito... o la encimera. 

Nuestro alien particular además goza de una virtud propia del personaje de la película: su capacidad de camuflaje. Alien aprovechaba su oscura coraza para adentrarse en las sombras y recovecos de los pasillos o venas de la nave. Esa cualidad le hacía aún más mortífero y terrorífico si cabe. El carré se oculta bajo una capa de mostaza y majado de hierbas, y confunde su presencia ante la tosta de patata. Se convierte así en una continua sorpresa su aparición. 

Agazapados en una esquina están los tripulantes o cebollitas glaseadas. Acorralados por la feroz criatura. Guerreando por su vida. Esperando el momento ideal para abalanzarse sobre él y partirle las costillas (nunca mejor dicho). Ripley simboliza nuestra verdura especial: un ser que despierta del letargo en crudo, sin ningún tipo de experiencia en la batalla, y que poco a poco (lo que dura un glaseado) se va haciendo más fuerte (o dorando con la mantequilla y el azúcar) para acabar siendo el gran enemigo a batir por el alien. 

La lucha de sabores, intensos, potentes, muy definidos (la contundencia de la mostaza vs. el dulzor de las cebollitas) culmina en el gran encuentro final. Nosotros somos los únicos testigos de esa encarnizada batalla que se libra en nuestro paladar. Somos, por tanto, el noveno pasajero..


6 comentarios:

  1. No puedo escribir aqui lo que siento en este momento,estoy alucinando ,Alien mi película espacial favorita ,la he visto un trillon de veces por todos esos motivos que tan bien relatas ,de verdad ¡CHAPO! no se que mas decir y mira que es difícil dejarme a mi con la boca cerrada .

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jo, me alegra que te guste mi peculiar (y chiflada) forma de presentar las recetas. Pocas películas espaciales hay como Alien. Espectacular en muchos sentidos y abrió una forma nueva de concebir el cine de ciencia ficción, insuflándole terror, suspense, hasta ramalazos literarios de Lovecraft... Muchas gracias Begoña! Un beso!

      Eliminar
  2. Me ha encantado la comparación que has sacado, a destacar esta frase: "Agazapados en una esquina están los tripulantes o cebollitas glaseadas", esas cebollitas glaseadas que se va a zampar sin compansión y protagonistas de mis peores pesadillas... :)
    Un beso

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Perdona Rodrigo a veces mi manos parecen pies... jajaja estoy haciendo mil cosas a la vez y yo no soy tal ágil con los dedos como para eso...jajaja
    Te quería felicitar por el premio del reto de Cocineros del Mundo pero sobre todo por tu receta que me parece una verdadera delicia... con una presentación de lujo y tiene que estar para chupar los huesitos!!!
    Bueno Felicidades y gracias por tu participación
    Victoria La Tauleta

    ResponderEliminar
  5. Muy buena pinta boy aserlo estas fiertas muchas gracias asta pronto

    ResponderEliminar