domingo, 17 de noviembre de 2013

ENDIVIAS CON CRUJIENTE DE CHORIZO IBÉRICO Y CREMA DE QUESO AL CILANTRO





INGREDIENTES (2 personas)
(@TheHitchcook)

4 hojas de endivias
12 rodajitas de chorizo ibérico
100 grs de queso fresco
50 grs de nata
Zumo de medio limón
1 chorrio de aceite de oliva virgen extra
Unas hojas de cilantro fresco
Sal y pimienta

Duración: 15 minutos

Un entrante fácil, socorrido y muy sabroso. Pero para que la cosa funcione como debe hay que trabajar con materia prima buena. Un chorizo ibérico dará ese toque de distinción a la receta y potenciará todos los sabores y aromas. La mezcla es diferente (chorizo, cilantro, queso...) y funciona por el choque de contrastes. Vamos a ello, que merece la pena. 

Sacamos las hojas del cogollito y las lavamos bien. Cogemos las que mejor aspecto tengan y reservamos. Para desinfectarlas (si hiciese falta) basta con sumergirlas en un cuenco con agua y un chorrito de vinagre. Luego las secamos bien y con cuidado de no romperlas.



Para preparar la crema de queso. Echamos en un bol unas cucharadas de queso fresco y añadimos la nata. Vamos batiendo bien hasta que quede como una pasta. Incorporamos el limón, el aceite, la sal y la pimienta (habrá que ir untando el dedo para dar con el toque preciso y que más os guste) y seguimos removiendo. Picamos finamente unas hojas de cilantro y las añadimos. Mezclamos una última vez y listo.

Cortamos un trozo de chorizo y le quitamos la piel. Sacamos unas finas tajadas y las ponemos sobre una plancha caliente sin nada de aceite. Doramos bien por ambos lados hasta que queden bien crujientes y sabrosas. 



Ya sólo nos queda montar nuestros "barcos". Rellenamos cada hoja de endivia con la crema de queso y coronamos con unas rodajas de chorizo. Decoramos con unas hojas de cilantro y unas muestras de la crema en el plato (por si alguien quiere darse el gustazo de mojar pan). Tan sencillo y efectivo como esto. ¡Que aproveche!

Película ideal para degustar este plato
ATRACO A LAS TRES
("Atraco a las tres" de José María Forqué - 1962)

La verdad es que he tirado de picaresca española para la comparación cinematográfica. Cuando uno mira el plato y observa el gran protagonista (el chorizo), lo primero que se te viene a la cabeza es "ladrón"; si encima es ibérico, la cosa queda limitada a la tierra y si para colmo son tres personajes los que dominan el plato, surge de manera natural "Atraco a las tres". Se trata de una de las mejores comedias de nuestra filmografía. Rápida en ritmo, milimétrica en diálogos y con un soberbio elenco que estaba en estado de gracia. El atraco queda trazado por el ilustre José María Forqué ("Las que tienen que servir" o "Un millón en la basura", ninguna llega, creo, a la altura de la que hoy nos ocupa) y nos viene a contar el rocambolesco plan que urde una pandilla de trabajadores de un banco, con el sano fin de robar la caja fuerte y proporcionarse un futuro algo más esperanzador. Bajo el liderazgo de José Luis López Vázquez ("un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo" inmortal línea de guión) el grupo de infelices y perdedores se va uniendo a la granuja causa común. Se van llenando de sueños futuros a medida que el plan va haciendo aguas por todas partes. El humor reina por encima de la tragedia humana que subyace en estos seres, que les tocó vivir una época decadente y sufrida. Y que, pese a todo, hacen lo imposible por salir a flote, cueste lo que cueste. Nuestra receta intenta ser un homenaje a esa corte de artistas que abrieron el camino a la gran comedia española. Está claro que nuestro chorizo, amo y señor del plato, simboliza la voluntad atracadora de los personajes y su sello inconfundible "made in Spain". También parece lógico asimilar esas tres hojas de endivia con los tres cabezas de cartel (López Vázquez-Gracita Morales-Cassen) que hacen las veces de barcos insignias del humor patrio. Pero yendo más allá (como siempre) se ha intentado que esta receta esquive los tentáculos de la censura y refina su aspecto. No se trata de un chorizo en crudo sino de unas ligeras rodajas que sobresalen de una suave y comedida crema de queso. Esto es lo que hacían estos grandes cineastas de la época: envolver sus críticas en ácidos y sutiles diálogos. Así pues tenemos una gran película bien secundada por un plato que aglutina sus virtudes: humor español bien crujiente (chorizo) cierta elegancia cremosa (el queso) y toques de diálogo refrescante (el cilantro). Una mezcla impoluta. Y es que cuando uno se fija en una obra maestra, no puede salir nada malo.





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