sábado, 23 de noviembre de 2013

GALANTINA DE POLLO (Ser o no ser)

Hoy viajamos a tierras polacas para dar con un plato típico. Para todos aquellos que tengáis la suerte de ser poseedores de una Thermomix esta receta sale genial, es muy rápida de hacer y te enredas lo justo. Pero, obviamente, se puede hacer sin ella aunque costará un poco más de tiempo y de paciencia. Bastará con tener una vaporera y a correr.

La galantina es un plato bastante socorrido porque se puede dejar hecha con bastante antelación y puede servirse caliente o fría. Se trata de prensar carne desmenuzada, cocerla al vapor y darle luego vida con verduras y salsas. No deja de ser un "fiambre casero" al que hay que echarle imaginación y despensa para disfrutarlo. Yo hice una versión muy clásica pero vuestra sapiencia culinaria puede sacarle todo el partido a este original plato: aceitunas, champiñones, alcaparras, cebolleta, frutos secos... Sin límites. Ya sólo toca ponernos. ¡Mandiles arriba!





Ingredientes (2-3 personas)
  • 500 grs de pechuga de pollo
  • 1 lata de maíz dulce
  • 75 grs de pimiento rojo
  • 75 grs de pimiento verde
  • Sal y pimienta
  • Agua para cocer al vapor
  • Papel film o transparente 
  • Salsas a tu elección o directamente
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Lo primero es limpiar bien la pechuga de pollo de telillas, nervios y algún que otro huesecillo. Picamos muy finamente la zanahoria y los pimientos (con cirugía de cuchillo, en picadora o con la Thermo, que serían 3 segundos a Velocidad 5) Reservamos nuestras verduras picadas.

Troceamos la pechuga de pollo y la trituramos con la picadora o la Thermo (10 segs Velocidad 7 y no más de 300 gramos por cada turno) Le añadimos la zanahoria, los pimientos y la lata de maíz (bien escurrida) y mezclamos bien. Con Thermomix serían unos 10 segs a Velocidad 3. Sin Thermomix habrá que tirar de bíceps. Cuesta algo más pero llegamos al mismo punto, que es lo importante. 

Sacamos nuestra mezcla y la separamos en dos. Extendemos papel film en la encimera y colocamos uno de los trozos. Vamos envolviéndolo con el papel, cogiendo por los laterales (como si fuese un caramelo) y vamos haciendo una especie de embutido grande. Debe quedar bien prensado, así que hacerlo girar todas las veces que haga falta por la superficie. Hacemos lo mismo con el otro trozo.


Momento de cocinarlos al vapor. En Thermomix echaremos unos 600-700 grs de agua en el vaso y colocamos los dos rulos de pollo en la bandeja del Varoma. Programamos 30 minutos, Temperatura Varoma y Velocidad 1.

Sin Thermomix habrá que usar una vaporera o poner una cazuela con agua o caldo y colocamos dentro los rollos de pollo. Tapamos bien la olla y cocemos durante 1 hora y media. En ambos casos esperamos a que se enfríe para poder retirar el plástico sin tragedias. 

Ya sólo queda presentarlo. Cortamos en rodajas la galantina y disponemos al lado, para el que guste, algún tipo de salsa (salsa de pimienta verde, mostaza dulce...) Un plato sano y que aguanta bastante tiempo. No hay excusas. ¡Hay que hacerlo! ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

Película ideal para degustar este plato
TO BE OR NOT TO BE
("Ser o no ser" de Ernst Lubistch - 1942)


Las claras reminiscencias polacas marcan el camino a seguir en la comparación. Cierto es que podía haber cogido la salida hacia grandes figuras del cine polaco como Polanksi o Kieslowski, pero visto el plato y cómo un puñado de ingredientes conforman un bloque sólido y sorprendente, no he podido resistir la tentación de posar mi mirada en el maravilloso elenco teatral polaco que hacía su propia guerra al nazismo desde la acidez y la sátira. Hablo de una de las mejores comedias de todos los tiempos, hablo de "Ser o no ser"

Esta OBRA MAESTRA (así, en mayúsculas) tiene el sello inconfundible del gran Lubistch (en su bolsillo mágico se guardan perlas como "Ninotchka", "El bazar de las sorpresas" o "La octava mujer de Barba Azul", casi nada) Genio del humor, cirujano de la comedia, pulidor de situaciones, el amo y señor del subtexto... nos propone en esta delicia para los sentidos una sátira demoledora sobre el nazismo. Con la invasión de Varsovia como escenario, nos muestra a una compañía teatral que se verá involucrada en una misión de guerra: recuperar un listado con los nombres de los colaboradores con la Resistencia. 

Este puñado de supervivientes tendrá que infiltrarse en el corazón de la Gestapo, fingir personalidades, tragar saliva y lucir su mejor interpretación mirando a la cara del enemigo. Por ahí pulula el matrimonio Tura (Benny y Lombard, sublimes en cada plano),  y un soldado inglés que se levanta de su butaca para encontrarse con su amante cuando el marido pronuncia en escena "ser o no ser...". Y este combinado se macera con personajes inolvidables como el profesor espía Siletszky, el Comandante "Campo de Concentración" Ehrhardt y todo el amplio y sacrificado reparto de la obra que no dudan en tirar de talento para ganar su particular batalla. 

Nuestra receta de hoy tiene el elemento polaco en el que se enclava la obra, pero supone una mezcolanza de ingredientes de lo más pintoresco: actores, un soldado británico, oficiales nazis... Y sólo cuando los juntas consiguen hacerse grandes. Pensemos en que la película parte de elementos muy separados y poco a poco juega a mezclarlos para potenciar, ya no sólo la historia, sino las situaciones cómicas y la heroicidad de estos improvisados combatientes. Nosotros hacemos lo mismo: trabajamos las verduras, el maíz y el pollo por separado para luego revolverlo bien todo junto y armar nuestra receta (o guión). 

Los actores funcionan en su farsa porque son una piña, dependen unos de otros, se necesitan y complementan, conformando así una roca (perfectamente prensado en papel film) que se va haciendo más y más sólida y efectiva a medida que transcurre el metraje o el cocinado al vapor. Nuestro plato de pizarra hace las veces de escenario por el que se mueven (unas veces en el teatro y otras en los "inesperados teatros" a los que tienen que acudir: el cuartel general de la Gestapo, por ejemplo) Las salsas a su vez nos dan esos "toques Lubistch" de ironía, acidez y corrosión que siempre mojan sus películas. 

Un cine majestuoso, impecable, sano y que jamás recurre al burdo panfleto. Una receta homenaje a "Ser o no ser", o lo que es lo mismo, al arte en estado puro... 

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