Lo reconozco: la quinoa y yo éramos dos perfectos desconocidos entre sí. Ha tenido que venir mis admirados Luigi y Sofía para lanzarme un guante a la cara y retarme a cocinarla. Y yo, como no podía ser de otra forma, he cogido carrerilla, he brincado en el trampolín culinario y me he zambullido en una piscina cuyo nivel de agua no tenía demasiado claro. Cuando uno desconoce un elemento o producto debe indagar para no cometer ninguna tropelía. Y así lo hice. De entre toda la información he sonsacado esta curiosa versión que, sinceramente, me ha encantado. Como siempre digo: lo mejor es perderse para encontrar algo que merezca la pena. Gracias, chicos. Va por vosotros. Y ahora... silencio, que se cocina.
Guión: dibujamos los personajes
Los protagonistas |
Las medidas que he barajado (y que he ido viendo en diferentes recetas) son: 3 tazas de agua por 1 taza de quinoa. Así que ahí me he lanzado. Ponemos el agua a hervir y echamos la quinoa. Dejamos cocer durante 15-20 minutos (moderando el fuego) hasta que se consuma todo el líquido.
Colamos y dejamos que se enfríe a temperatura ambiente. Nos olvidamos de ello.
Por otro lado picamos en trituradora (o a cuchillo y con maña) la cebolleta y el pimiento rojo. La idea es que quede muy muy picado. Ponemos una sartén con un pelín de aceite y sofreímos las verduras (con el ajo) unos 10 minutos a fuego suave.
Quinoa en plena ebullición: nace una estrella |
Dirección: los guiamos por la escena
Una vez que se haya enfriado la quinoa la colocamos en un bol. Vamos añadiendo a la escena el resto de personajes de nuestra cine-receta: la cebolleta, el pimiento y el ajo sofritos, la mostaza de Dijon, el pan rallado (un poco a ojo, hasta que os coja una textura espesa), las semillas de lino, sal y pimienta. Removemos bien hasta conseguir una pasta.
Dejamos enfriar en la nevera por lo menos 1 hora.
Pasado el tiempo de reposo, precalentamos el horno a unos 180º-200º
Luego vamos formando nuestras croquetas con las manos (os recomiendo que os untéis las manos con un poco de aceite) Y las disponemos en una bandeja de horno ligeramente pintada con aceite.
Croquetas a punto de ser horneadas |
Las cocinamos unos 10 minutos (vigilando, como siempre, que no se nos quemen, que cada horno es un universo desconocido)
Montaje: vistazo final
Una vez pasado el tiempo, sacamos con cuidado y nos cercioramos que tienen la textura deseada. Ya sólo nos queda vestirlas con sus mejores galas para el estreno. Yo os muestro mi opción, que he acompañado con una deliciosa mostaza a la miel, pero en vuestra imaginación dejo el montaje definitivo... Os toca.
Recordad que en esta versión he hecho croquetas, pero dejaos llevar y pensar en hamburguesas, albóndigas, incluso brochetas... ¡Que aproveche, hitchcookianos!
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