domingo, 17 de febrero de 2013

GALLETTE BRETONA Y CRÊPE DULCE (Caprichos)



   

Ingredientes (6 personas o más)

Para la masa
250 grs de harina (lo suyo sería de trigo sarraceno)
500 grs de leche entera
2 huevos
Una cucharada de aceite
Sal
Mantequilla para engrasar la sartén ("si no lleva mantequilla, no es bretona" mascullan los lugareños)

Gallette salada (relleno)
Jamón cocido
Queso elemental
Champiñones
Tomate triturado

Crêpe dulce
Chocolate líquido
Nata montada

Duración: 20 minutos (depende de la cantidad que se vaya a hacer o de la opción elegida, claro)

Tras pasar una luna de miel por la Bretaña profunda, me quedé impregnado (y con algún kilillo de más, todo hay que decirlo) de sus gallettes tamaño tapacubos. Tanto es así que me he lanzado a experimentar en la cocina una versión casera y de menor diámetro a ver qué tal. El resultado ha sido aceptable, queda todavía un poco de trabajo y maña pero creo que en Auray (el pueblo ballenero que mejor gallette nos dio) no se sentirían ofendidos con mi osadía.

Al jaleo. Primero se prepara la masa mezclando todos los ingredientes y se remueve bien-bien-bien hasta conseguir una masa homogénea. Lleva un rato pero oye, echas bíceps. 

Se engrasa una sartén (mejor si es una especial para crepes, que sea bien plana y antiadherente). Cuando esté caliente se va echando con un cazo de sopa la masa. Se espera a que suelte burbujitas y se da la vuelta (es bien fácil). Sobre el lado ya cocinado se incorporan los ingredientes del relleno. En mi caso: jamón cocido, queso elemental, champiñones de lata y tomate triturado. Se saca la gallette con cuidado y se cierran los bordes haciendo una especie de vaciabolsillos (según veo la foto)

Para la crêpe dulce le he incorporado chocolate líquido y nata montada (un clásico que te catapulta a tu infancia de un bocado). También se le puede echar mermelada o miel. Que la gula no os detenga. 

Película ideal para degustar este plato: "LES DIABOLIQUES" de Henri G. Clouzot (1955)

¿Por qué? Francesas y malvadas. Así son las protagonistas de una de las obras cumbres del suspense francés y así son las crêpes. La cinta de Clouzot nos habla de una pareja de mujeres que viven (o conviven, mejor dicho) bajo el tiránico mandato del marido de una y amante de la otra, y que deciden aunar fuerzas para asesinar al susodicho "listo de turno". De ese modo nos encontramos con la esposa (o gallette bretona): una personalidad simple, sumisa, que vive encerrada (o envuelta, si se prefiere) en una jaula de la que no quiere o se atreve a salir. La amante (o crêpe dulce): el capricho, la femme-fatale, un pecado rubio y chocolateado que muestra sus cartas sólo lo justo... "Las diabólicas" son el estandarte del thriller y el misterio galo, tras sus capas de aparente fragilidad (pensemos en la finura de la masa, que bien podría asemejarse a ese baúl en el que el cadáver del canalla se haya oculto) se mastican grandes secretos y sorpresas. Pequeños bocados con diferentes texturas, sabores y matices. Pero con un mismo denominador común: saciar la sed (o hambre) de venganza. Esta película debería catalogarse entre las mejores piezas de suspense (amén del maestro H.) y estos platos deberían tener siempre un hueco de honor en vuestra coci-teca. Y es que, pese a no ser goloso, debo reconocer que estaban diabólicamente buenos... 





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