Hoy afrancesamos las ensaladas para combatir el calor. La Ensalada Niçoise es una receta típica de Niza que enseguida se expandió por el territorio francés y es popular en cualquier bistrot o restaurante del páis vecino. Como en todas estas cosas, las variantes son múltiples, y hay que dejarse llevar por la intuición para realizar un buen homenaje propio. En The Hitchcook hemos tratado de emular el espíritu y dejarnos guiar por el toque Ramsay para realizar nuestra versión. Ensalada fresca, contundente, sabrosa, llena de texturas y con un aliño espectacular. Esto arranca. Silencio... se cocina.
Cocción
- Ponemos a cocer las patatitas con piel en abundante agua con sal. Conviene ponerlas en agua fría y esperar al hervor. Al ser pequeñas no necesitarán mucho tiempo, habrá que ir vigilando su evolución para que no se rompan y queden perfectamente cocidas por dentro. Las sacamos, refrescamos y les echamos un poco de sal y aceite de oliva.
- Ponemos a cocer los huevos (que estarán a temperatura ambiente, así evitamos que se rompan) en un cazo con agua y sal. Con unos 8 minutos nos bastará, de ese modo nos quedarán cremositos por dentro.
El aliño
- En un mortero (bendita sea esta herramienta) echamos la cucharada de Mostaza de Dijon. Añadimos las anchoas y trituramos bien hasta deshacer las anchoas y quede una pasta.
- Incorporamos el medio diente de ajo bien picado y machacamos.
- Turno del vinagre, el aceite de Oliva y la pimienta negra. Mezclamos bien.
- Picamos perejil fresco y lo echamos en nuestro aliño. Removemos y listo.
La ensalada
- Lavamos los cogollos y los secamos bien. Separamos las hojas. Lavamos los tomatitos y los cortamos por la mitad. Laminamos la cebolleta (yo usé mandolina para extraer aros muy finos, ¡pero con cuidado, eh! ¡Que se nos puede ir una yema de dedo y no es plan!)
- Colamos el líquido del atún en lata y lo desmigamos con las manos.
El emplatado
- En un plato amplio (o ensaladera) untamos una buena capa de nuestro aliño que cubra casi toda la superficie. Esto nos servirá para llenar de sabor la ensalada desde la base.
- Disponemos alrededor las hojas de lechuga. En el centro colocamos las patatas cortadas en gajos (o en láminas, o por la mitad, a vuestro gusto).
- A los lados ponemos los huevos cocidos y los tomatitos cherry. Espolvoreamos el atún y la cebolleta laminada por encima y terminamos añadiendo las aceitunas negras.
- Culminamos este cuadro colorista salseando bien con nuestro aliño. Que se note, que coja protagonismo, que bañe todos los ingredientes...
Una ensalada llena de sabor y potencia. Nos vemos en París, hitchcookianos.
Resultado final |
Película ideal para degustar este plato
CHARADE
("Charada" de Stanley Donen - 1963)
Como hoy nos hemos afrancesado de lo lindo, enseguida he tenido que tirar de memoria gala para encontrar un buen y digno referente cinematográfico. Visto el colorido reinante de la obra había que omitir las películas en blanco y negro. Y de pronto, ¡zas! Me viene a la cabeza París, me viene Audrey (su gran musa), me viene su paleta de colores, me viene una trama enrevesada... me viene la divertidísima y entretenidísima Charada.
Muchos directores han tratado de emular al maestro Hitchcock con mediocres resultados. Pero cuando te llega un peso pesado con Stanley Donen (co-hacedor del monumento Cantando bajo la lluvia; responsable de las populares Una cara con ángel, Siete novias para siete hermanos o Bodas reales, y artífice de la maravilla Dos en la carretera) y se lanza a la odisea de homenajear al rey del suspense, el resultado debía ser, cuando menos, reseñable. Y vaya si lo es. Donen y Peter Stone (autor y guionista) tejen una tela de araña de suspense donde prima el romanticismo y el humor. Donde nada es lo que parece y el espectador asiste a una continua sucesión de giros que atraen toda su maldita atención.
Pese a todas estas virtudes, Charada no sería Charada sin esa pareja protagonista que copa la pantalla y emana química en cada plano. Cary Grant y Audrey Hepburn se encargan de dotar de majestuosidad, fina comedia y elegancia sus papeles. Ella, una inocente mujer casada, que descubre que su marido ha sido asesinado no sin antes esconder un valioso botín. Botín que será perseguido sin tregua por una ristra de malhechores (Walter Matthau, James Coburn, George Kennedy... casi nada) Su tabla de salvación tiene el rostro de Cary Grant, cuyas intenciones nunca parecen claras. Entre ellos surge el inevitable romance no desprovisto de sospechas.
Nuestra receta basa todo su potencial cinematográfico inicialmente en el colorido del plato. La dirección de fotografía del gran Charles Lang Jr. en Charada, donde acentúa los exteriores de París, sus parques, sus callejuelas, su río Sena, su preciosismo arquitectónico... se hace reconocible en la gran gama de colores que surgen del plato: el verde de la lechuga, el rojo del tomate, el blanco del huevo y la cebolleta... ¡Si hasta parece el armario de la Hepburn perfectamente diseñado por Givenchy!
Pero no nos quedamos ahí. La trama de Charada (simple e inteligentemente enrevesada) plantea un abanico de personajes enmarañados entre sí. Unos tipos que se muestran individualistas y egocéntricos (cada ingrediente nuestro va por su lado, en diferentes capas) que necesitarán mezclarse o aliarse para encontrar el dichoso botín perdido. Es decir, hasta que no "muevas la ensalada" no podrán toparse con el aliño deseado. Lo notan, saben que está cerca, lo huelen... pero no logran dar con él.
Y yendo un poco más lejos (como siempre) podríamos sonsacar que esa maravillosa pareja de actores se asemeja a nuestra receta. Audrey simboliza la frescura, la inocencia, el ser natural, con una sonrisa que te tumba y una mirada que derrite. Ella es la hortaliza, la verdura, el elemento más crudo y humano de toda la historia. Sobre ella cae el aliño (Cary Grant) que inevitablemente le llena de pasión. Grant parece un aliño corriente pero no lo es; bajo esa apariencia se esconden secretos y falsas entidades (anchoa, mostaza, ajo...) que ella no descubrirá hasta que no lo vaya catando. Se enamora, le teme, le pide ayuda, le huye, le besa, le odia, le sorprende... Exactamente igual que nuestra ensalada.
Donen consigue ofrecernos una obra redonda, llena de vitalidad, de un gran pulso narrativo y unos diálogos e interpretaciones a una altura estupenda. Él ha hecho su versión de Hitchcock. Nosotros hemos hecho nuestra versión de la Ensalada Niçoise. Con todo, necesitaremos meternos en esta charada culinaria, para extraer el gran tesoro que ella oculta. Ése es nuestro... sello.
Mmmmm que pinta tiene,me la quedo para hacerla cualquier día.Besos
ResponderEliminarQue buena pareja ,me encanta esta Charada ,y la ensalada también.
ResponderEliminarQue pinta tan estupenda tiene tu ensalada, habrá que probarla! la película de las mías, todo un acierto!
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