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lunes, 9 de octubre de 2017

PAN DE CHAPATA (Fácil y sin amasado)

Volvemos a meternos en harina para realizar este sencillo y espectacular pan de chapata. La inspiración me viene de la genial Esbieta y su perfecta técnica para perderle el miedo a hacer pan casero. Os recomiendo que la visitéis, saldréis con ganas de encender el horno...

Os aseguro que este pan - que no necesita enloquecer en técnicas de amasado, para que así resulte más fácil lanzarse al ruedo - es una auténtica delicia y que vuestros desayunos ya nunca volverán a ser los mismos. Sólo necesitaréis tiempo, un poco de paciencia y respetar los tiempos de levado para que obtengáis una miga de auténtico lujo y una corteza crujiente y maravillosa. 

Sin más os invito a este proceso sencillo que os llevará a la maravillosa tierra del pan casero. Panarras míos, llegó el momento de arremangarse y fabricarnos nuestras propias chapatas. ¡Mandiles arriba!


Ingredientes (2 barras)

  • 400 grs de Harina de Fuerza
  • 3 grs de levadura fresca 
  • 10 grs de sal
  • 350 ml de agua entre fría entre 11ºC y 15ºC
Tiempo: 10 minutos + 13 horas en los distintos levados

Preparando la masa

En un cuenco o en una jarra vertemos la levadura fresca troceada y añadimos el agua. Removemos bien con una cuchara hasta disolverla por completo.


En un bol grande echamos la harina y la sal. Removemos para integrarlos. Acto seguido vertemos el agua con la levadura y volvemos a remover con energía, hasta que la harina se mezcle bien con el líquido y no queden grumos.


Tapamos el bol con film de cocina. Dejaremos reposar a temperatura ambiente durante 12 horas. Lo mejor es dejar la masa toda la noche y nos ponemos a ello a la mañana siguiente.


12 horas después...

Vuelta al trabajo

Enharinamos la superficie de trabajo (en mi caso la encimera) y volcamos la masa. La dejamos caer literalmente, que se lance sola, sin forzarla...


Hacemos cuatro pliegues. Doblamos en rectángulo cada lado. De un lado hasta el otro y luego al revés y lo mismo de arriba y abajo. La idea es que nos quede un rectángulo de unos 15 cms. 


La dividimos en dos partes con ayuda de una espátula o una rasqueta.


Damos ligeramente forma a los panes a modo de chapata, ligeramente rectangulares. 


Espolvoreamos de harina unos trozos de papel de aluminio o de horno y colocamos encima las masas de los panes. Dejamos levar durante 1 hora o 1 hora y 15 minutos. 


Cuando queden unos 15 minutos para finalizar el levado, encendemos el horno a 250ºC con calor solo abajo y con la bandeja que vayamos a usar para el horneado, así se calentará. Y con un recipiente abajo para añadir luego agua. 

Colocamos las masas en la bandeja y las metemos en el horno. Añadimos al recipiente 200 ml de agua hirviendo y cerramos el horno (así generará crujiente en el pan)

Horneamos durante 20 minutos. En ese momento ponemos el horno con calor de arriba y abajo y horneamos otros 25-30 minutos más. NOTA: Vigilad siempre el tostado, cada horno es un mundo.

Sacamos del horno y dejamos enfriar 10 minutos en una rejilla. Ya sólo nos queda cortar en rebanadas y darle el mejor uso, o simplemente devorarlo a bocados. 

¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

martes, 27 de junio de 2017

PAN DE MOLDE CASERO (Pequeña Miss Sunshine)

Amantes del pan, o simplemente "panarras míos", hoy os traigo todo un festival con miga para disfrutar y deleitar al personal. Cuando saques tiempo para preparar tu propio Pan de Molde, la vida será distinta. Esa fragancia de "recién hecho" por las mañanas tiene pocas comparaciones...

La receta lleva cierto tiempo pero todo el que inviertas merecerá la pena. Hay que meterse en harina, palpar la masa, trabajarla, saborear el momento, porque creo que en eso consiste hacer pan: en sentirlo mientras lo creas. Quitaros el miedo de encima (si es que lo tenéis) y lanzaros a preparar esta receta junto a esa "peculiar familia" de Pequeña Miss Sunshine. Todo un viaje lleno de aventuras, frustraciones y éxitos. Arrancamos motores y... ¡mandiles arriba! 


Ingredientes 
  • 300 grs de harina de fuerza
  • 85 grs de agua tibia
  • 85 grs de leche entera
  • 6 grs de levadura fresca
  • 30 grs de mantequilla blanda
  • 15 grs de azúcar blanca
  • 10 grs de sal
Tiempo: 60 minutos + los tiempos de levado (un rato, vaya)
Película comparada: "Pequeña Miss Sunshine" (Johnattan Dayton y Valerie Faris, 2006)



En un bol amplio echamos la harina y la sal. Mezclamos bien con las manos - aquí hay que mancharse, merece la pena sentir cómo va cogiendo forma nuestra creación -. 

Diluimos la levadura en el agua tibia (de 32º a 38º) y dejamos que "se active" unos 5 minutos. Vertemos el agua y la levadura en el bol, junto con la leche, la mantequilla y el azúcar. Ahora toca amasar, sacudirnos el estrés, disfrutar del trabajo artesano...


Trabajamos la masa durante 10 o 12 minutos, hasta obtener una masa firme y que no se pegue a las manos. Hacemos una bola y la colocamos en el bol ligeramente engrasado con aceite. Tapamos y dejamos que doble su volumen. NOTA: El tiempo dependerá de la temperatura que haya en el ambiente... 



Enharinamos ligeramente una superficie lisa y limpia con harina. Volcamos la "bola" y la aplastamos por el centro para sacarle el gas (desgasificar) Doblamos la masa para colocarla en el interior de un molde tipo "plumcake" ligeramente engrasado. Cubrimos con un paño húmedo y dejamos reposar de nuevo hasta que vuelva a doblar su volumen.

Precalentamos el horno a 200º. Y lo bajamos cuando metamos el molde a 180º.

Metemos el molde en el horno y horneamos durante 35-40 minutos. NOTA: Estad atentos para que no se dore demasiado la superficie, de ser así, podéis cubrir con papel de plata.


Sacamos del horno y lo dejamos reposar 5 minutos en una rejilla (sin desmoldar) Pasado ese tiempo, lo desmoldamos y enfriamos totalmente sobre la rejilla. Listo para sacar rebanadas y disfrutar de un buen pan de molde casero para el desayuno. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

Película ideal para degustar este plato
LITTLE MISS SUNSHINE 
("Pequeña Miss Sunshine - Johnattan Dayton y Valerie Faris, 2006)

Esta obra de 2006 – encerrada si acaso en el género de “cine indie” – supuso toda una sorpresa para la crítica y el público del momento, pues cuestionaba de un modo fresco y cómico los valores del éxito, la belleza y la familia. Todo a través de los ojos inocentes de una niña apocada pero decidida, su entorno cercano y desequilibrado, y una furgoneta Volkswagen Combi que los lleva de viaje, no sólo a un concurso de belleza infantil, sino a descubrirse. Es todo un canto positivo a los seres diferentes. 

La película se nos antoja un viaje vital, de descubrimientos y decepciones, de éxitos y de valores. Físicamente se materializa en el viaje en furgoneta, contenedor de los personajes, y cuyos fallos mecánicos no son más que obstáculos que deberán sortear como familia, requiriendo la ayuda de los otros y plasmando de modo gráfico que la unión hace la fuerza.

En nuestra cine-receta  vamos a amalgamar todo ese espíritu de unidad en una masa de pan de molde casero, que se nos presenta rebanado, dando a entender que la familia está desestructurada, dividida, con problemas individuales pero que necesitan de un buen horneado común para hallar la felicidad…


Una madre desquiciada, un padre obsesionado con el éxito, un hijo con voto de silencio, un tío con ansias suicidas, un abuelo que pasa heroína y que tiene una relación especial con su nieta de 7 años. Este elenco de alocadas mentes se une y arremolina en el interior de un bol amplio como la harina, la levadura, el agua, la leche, el azúcar, la mantequilla y la sal.

A la pequeña Olive la han seleccionado para participar en el concurso de belleza “Little Miss Sunshine” y la familia al completo decide partir en una cruzada a lomos de la Volkswagen Combi amarilla para cumplir el sueño de la pequeña. Un viaje que empieza con la tranquilidad de una "masa que reposa" pero que poco a poco irá creciendo como lo hacen las frustraciones y desavenencias entre los miembros de la familia al tiempo que el vehículo va acumulando fallos,

Entre otros contratiempos como la pérdida de un contrato o la irrupción de un ex novio, emerge el fallecimiento del abuelo a causa de una supuesta sobredosis. Nuestra masa tendida en el recipiente, inerte y cubierta con un paño se nos antoja a ese cadáver anciano… Parece que el viaje concluye, pero nada impedirá a esa niña acabar el trabajo que hizo su abuelo con ella…

Olive va a actuar pero la competencia es atroz y no quieren que sufra una humillación. Nada importa para ella, decide adentrarse en el horno y desatar su magia durante 30-35 minutos al ritmo burlesque de Super Freak de Rick James.


Ante la reacción negativa del público, la familia al completo se une a la interpretación de la niña y hacen que esa “masa cruda” tenga su momento de gloria. Que se cueza. Que brille con luz propia. Y tras salir del horno – y de los acalorados improperios de la organización – se desmoldan y se enfrían en una rejilla para volver a coger el camino a casa en su destartalada Volkswagen Combi amarilla. Compactos como una familia y como un pan de molde casero que una vez les hizo triunfar en un concurso de belleza…