Dentro de las delicias culinarias chinas, esta sopa siempre ha sido una de mis preferidas. Y ya era hora de recrearla. La receta no puede ser más sencilla aunque no por ello hay que darle mimo y trabajar bien los ingredientes para que compaginen a la perfección y tengamos la sopa deseada. Yo usé unas setas shitake pero, como siempre, os animo a probar vuestro ingenio con pollo, carne, pescado, tofu... Aquí os marco una idea, que por cierto, está de muerte. ¡Mandiles arriba!
Ponemos por un lado un cazo con abundante agua y llevamos a ebullición. Añadimos los noodles y dejamos que se vayan cociendo según nos dicte el fabricante (unos 5 minutos suelen ser)
En una cazuela o sartén honda, añadimos nuestras verduras cortadas en juliana. Sofreímos con un poco de aceite de sésamo (o de oliva o de girasol, en su defecto)
Incorporamos las setas shitake (bien limpias y secas) y rehogamos unos minutos a fuego vivo sin dejar de remover. Salpimentamos al gusto y añadimos un chorrito de salsa de soja.
En ese momento añadimos el agua (un poco a ojo, pero le calculo unos 500 ml) y dejamos que hierva el conjunto para que se aromatice el líquido con las setas y las verduras.
Por último, vertemos los noodles ya cocidos y mezclamos bien.
Servimos en cuencos individuales con unas hojitas de cilantro para decorar. Y listo. Un plato vistoso, supersabroso y digno de nuestras cenas a cámara rápida. ¡Que aproveche, hitchcookianos!
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