Hora del aperitivo. Nos vamos de viaje a Bruselas para preparar sus conocidísimos "Moules et frites" (Mejillones y patatas fritas) Una receta de lo más sencilla pero que satisface a todo el mundo. No engaño a nadie si digo que los mejillones están ricos con cualquier preparación: al vapor, con vinagreta, empanados (tigre)... Y si sumamos su un alto contenido en hierro y potasio, los convierte en nuestro aperitivo ideal para este sábado soleado. ¡Mandiles arriba!
Primeros coletazos
Limpiamos bien los mejillones de barbas y conchas pegadas. Yo suelo usar un estropajo de aluminio (Nanas) para esta tarea y mucha paciencia. Una vez limpios, los pasamos por agua fría y reservamos.
Picamos la cebolleta y la ramita de apio en brunoise. Y el ajo en trocitos pequeños.
En faena
En una olla echamos la mantequilla y el aceite (para evitar que se nos queme la mantequilla) y calentamos. Añadimos la cebolleta, el ajo y el apio y lo rehogamos unos minutos.
Incorporamos el vino blanco y dejamos que evapore el alcohol unos 3 minutos. Salpimentamos al gusto, o sea, al tuyo.
Mejillones a escena
Momento de añadir la leche evaporada (si no tienes puedes usar Nata Líquida) y los mejillones. Removemos bien y tapamos la olla. Dejamos cocinar todo a fuego medio unos 4-5 minutos.
Pasado el tiempo retiramos del fuego. Aquí se puede espolvorear perejil picado, que en esta ocasión yo no tenía. Pero me lo guardo para la siguiente acometida a Bélgica...
Acompañamos de unas patatas fritas bien salpimentadas y servimos cada cosa por separado. Y no hay más, sólo recostarse en la Grand Platz y saborear uno de los placeres culinarios europeos por excelencia. ¡Que aproveche, hitchcookianos!
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