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lunes, 19 de febrero de 2018

TOSTA "OROWEAT" DE POLLO MORUNO CON TAPENADE Y TOMATES SECOS ("Una noche en Casablanca")

Había ganas de volver a las cine-recetas, que ya iba siendo hora. Y qué mejor manera de hacerlo que con la propuesta de Oroweat para crear un "Sándwich de Autor". Es ahí donde la mente alocada de uno se catapulta a una dimensión paralela. En algún lugar de mi mente perpetré esta Tosta de Pollo Moruno con Tapenade y Tomates secos. Todo un bocado de aromas árabes. 


Es conocida mi afición extrema a jugar con las especias y no podía ser menos a la hora de crear un sándwich. Pero necesitaba conjugar bien los sabores y las texturas para que la experiencia fuese brutal. Y debo señalar que es una combinación espectacular. Por supuesto que vosotr@s podéis, mejor dicho, debéis hacer bailar los ingredientes a vuestro antojo. Vuestro paladar manda.


Aquí os toparéis con la potencia de las especias del pollo, el crocante del tapenade y el frescor de una sencilla salsa de yogur. Todo mezcla perfectamente en boca, con mucha personalidad. Y para tan especial ocasión he pedido a los Hermanos Marx que me presten su última gran obra "Una noche en Casablanca" para la comparación cinematográfica. No se puede pedir más a esta receta. Pues venga, que hoy nos vamos de viaje a Marruecos... ¡Mandiles arriba! 


INGREDIENTES (2 personas)

Para el pollo moruno

  • 4 filetes de contramuslos deshuesados
  • 1 cucharada de cúrcuma
  • 1/2 cucharada de canela molda
  • 1/2 cucharada de comino molido
  • 1/2 cucharada de pimentón
  • 1/2 cucharada de ajo en polvo
  • 1/2 cucharada de jengibre
  • 1/2 cucharadita de cayena molida
  • 1 limón
  • 2 cucharadas de aceite de oliva Virgen Extra
  • Sal y pimienta negra 
  • Tomates secos (para el montaje final)
  • 4 rebanadas de Oroweat de Pipas de Calabaza y Semillas de amapola
Para el tapenade

  • 1 bote pequeño de aceitunas sin hueso
  • 3-4 anchoas 
  • Alcaparras 
  • Perejil fresco
  • 2 dientes de ajo
  • Aceite de Oliva y sal
Para la salsa de yogur

  • 1 yogur natural sin azúcar
  • Hierbabuena fresca 
  • 1 limón
  • Sal, pimienta negra y aceite de Oliva Virgen Extra
Película ideal para degustar este plato

  • "A NIGHT IN CASABLANCA" ("Una noche en Casablanca" de Archie Mayo - 1946)
Al final de la receta tienes la comparación, hitchcookian@...


MARIDAJE DEL POLLO

Cortamos en trozos de bocado el pollo y lo limpiamos bien de posibles huesos. Lo colocamos en un bol y añadimos todos los ingredientes de la marinada. NOTA: Jugar vosotr@s con los ingredientes a gusto de vuestro paladar.

Lo tapamos con papel film y lo dejamos en la nevera un mínimo de 1 hora, aunque siempre será más recomendable toda la noche.

Pasado el tiempo lo cocinamos en una sartén a fuego medio-alto durante 5 minutos por cada lado. Buscamos que se marque bien en el exterior, a modo de parrilla.

EL TAPENADE 

Trituramos todos los ingredientes. La textura en este caso pretende ser muy rústica, que se noten los trozos (no como un paté) y así obtener un bocado crocante al final.

LA SALSA DE YOGUR

La idea es tener un toque refrescante en la tosta. Bastará con mezclar todos los ingredientes con un poco de hierbabuena bien picada. Probad el punto de sal y pimienta y corregid si hiciera falta. NOTA: Si os va la marcha podéis añadir un cucharadita de Harissa (salsa picante marroquí)

MONTAJE FINAL

Rehidratamos los tomates secos en agua hirviendo unos minutos. Colamos y secamos bien. Los doramos en una sartén con un poco de aceite de oliva.

Tostamos en una sartén o en tostadora las rebanadas de pan de pipas y semillas de amapola OROWEAT. Untamos una generosa cantidad de la salsa de yogur en la base. Colocamos encima el pollo moruno y los tomates a la plancha. Coronamos con el tapenade. Y a devorar.

¡Que aproveche, hitchcookian@s! 


Película ideal para degustar este plato
A NIGHT IN CASABLANCA
("Una noche en Casablanca - Archie Mayo, 1946)

Hubo un tiempo en el que la comedia eran puros gags, puro diálogo afilado y simple y llano entretenimiento. Esa época tiene el nombre de "Los Hermanos Marx" grabados a fuego. Su genialidad artística y su dosis de caos escénico fueron y son un referente en todo cómico que se tercie. No se entiende la comedia del siglo XX sin ellos. 

Nuestro plato goza de obvios elementos marroquíes que nos aproximan de manera natural a una de sus últimas obras - podría decirse que la última gran asociación de los hermanos - llamada "Una noche en Casablanca" Una pequeña joya del slapstick, el screwball comedy y del humor judío grouchiano. 

Unos pocos antecedentes...

En 1946 los Hermanos Marx habían alcanzado ya la cima del éxito. La década de los años 30 habían traído sus grandes obras maestras como "Sopa de ganso", "Una noche en la ópera" o "Un día en las carreras" Su humor anárquico y despiadado había cruzado fronteras; se habían metido al mundo en el bolsillo. En los años 40 vivían de los logros cosechados pero todavía tenían una bala en la recámara para despedirse de las pantallas a golpe de carcajada limpia.

"Una noche en Casablanca" aprovechó el tirón de "Casablanca" (rodada 5 años antes) y es el colofón de una trayectoria perfecta. Aquí se reúnen los tres hermanos con toda su ristra de sellos de identidad: humor sarcástico ("Ya sé que la botella está vacía, es champán seco"), gags visuales (memorable la escena del equipaje), pareja de enamorados a los que ayudan a derrotar al villano de turno - el maravilloso Sig Ruman, su clásico enemigo - interludios musicales de piano y arpa, y sobre todo mucho caos alrededor de sus actos. En su locura reside la magia de su talento.

Nuestra cine-receta se traslada a Casablanca con todos sus aromas a zoco. Especias en abundancia que llenan nuestros sentidos para otorgar ese "toque" característico de la gran cocina árabe. Pero en nuestra mente alocada todo respira además "marxismo". 

En "Una noche en Casablanca" Groucho acaba regentando el Gran Hotel con la inestimable ayuda de Chico - que tiene un negocio de camellos-taxi - y Harpo, el extravagante esbirro de un magnate codicioso . Un tesoro escondido y deseado por los nariz será el epicentro del cruce de caminos. Pues bien, nuestra tosta brilla a modo de lingotes de oro relucientes gracias a la intensidad de las especias y su tránsito por la plancha. El tapenade picado nos hace las veces de pequeñas joyas esmeraldas. 

Y todo se nos muestra en un escenario - el Gran Hotel o la rebanada de pan - en el que confluyen las tramas en modo caótico. 

De ese modo nos topamos con un remolino de ingredientes (el pollo, el tapenade, la salsa de yogur, los tomates secos...) que generan todo tipo de situaciones estrambóticas en un entorno formal, casi burgués (su seña de identidad) y se elevan por encima de los convencionalismos. 

Esta receta es puro espíritu marroquí y su fusión con los Hermanos Marx se delata con la combinación de sabores y texturas, como eran ellos. Groucho y su diálogos picantes; Chico y su sarcasmo ácido; Harpo y su humor físico y refrescante. Todo cobra sentido.

"Una noche en Casablanca" fue el epitafio cinematográfico de unos cómicos que supieron sacarle una carcajada al mundo en tiempos convulsos (la depresión de los años 30, la Segunda Guerra Mundial...) e hicieron de su pantomima un estilo de vida, un estilo de cine. Nuestra tosta de pollo moruno con tapenade y tomates secos ha pretendido ser el "cuarto hermano Marx" (con permiso de Zeppo) y otorgar al paladar un cúmulo de sensaciones. Tal y como hacían esos malditos genios...

lunes, 23 de noviembre de 2015

MINI-TARTAS DE ATÚN EN CONSERVA CON CÍTRICOS Y NUECES (Aperitivo Hermanos Marx)

Se acercan las Navidades y hay que empezar a gestionar los ágapes o aperitivos para deslumbrar en la mesa. Nuestras cabezas se llenan de dudas sobre qué preparar, con qué sorprender, ¿me lanzo por los clásicos o me dejo llevar por latigazos modernos? Son muchas las opciones y los paladares cada vez más exquisitos. Hoy os hago una propuesta muy sencilla, diferente y cargada de aromas para "salirnos de la rutina" y emprender el siempre interesante viaje de la novedad. 

Inspirado en una receta del Chef Ramsay, me he dejado llevar por mis propios gustos (tú tendrás que emplear los tuyos, por supuesto) para hacer un "remake" y llevármela a mi terreno. Aquí hay mucho cítrico, hay crocante con la nuez, hay matices distintos, fragancias variadas, pero que nunca restarán protagonismo a nuestro atún en lata. Porque las conservas son una fuente de inspiración y se pueden realizar platos curiosos y de alta gama por un precio razonable. Espero que os sirva para "despertar el quinqué imaginativo" de vuestras mentes en las futuras cenas que nos avienen. ¡Mandiles arriba!

MINITARTAS DE ATÚN EN CONSERVA CON CITRICOS Y NUECES

MINITARTAS DE ATÚN EN CONSERVA CON CITRICOS Y NUECES

Ingredientes (8 mini-tartas)
  • 300-350 grs de atún o bonito en conserva (de buena calidad)
  • 1 cebolleta (el tallo)
  • 2-3 hojas de lima keffir 
  • Cilantro fresco picado
  • 1 lima (y su ralladura)
  • 1-2 tomates secos en aceite
  • 1 trozo de jengibre fresco
  • Nueces picadas (Nueces de California)
  • Salsa de soja
  • 2 huevos
  • Sal, pimienta y aceite de oliva
Para la salsa
  • 2-3 cdas de Salsa de soja, Cilantro fresco, unas gotitas de lima, 1-2 cdas de azúcar moreno, 1 cda  de vinagre de arroz
Tiempo
  • 20 minutos

La mezcla

Sacamos el atún de la lata y lo colamos bien. Aplastamos ligeramente para que suelte todo el líquido y nos quede lo más seco posible. Lo vertemos en un bol amplio.

Añadimos el cilantro picado, la cebolleta en rodajas finas, las hojas de lima keffir (nos harán las veces de condimento aromático y cítrico), los tomates en aceite troceados, el jengibre rallado... NOTA: Para pelar el jengibre ayudaos de una cucharilla de café para rascar la piel.

APUNTE: Las hojas de lima keffir (Keffir Lime Leaves) se consiguen en tiendas especializadas, yo siempre os recomendaré que os deis un paseo por Sabores del mundo (presencialmente o vía online) para conseguir productos exóticos de primerísima calidad. 

Incorporamos también las nueces troceadas, sal y pimienta. Removemos bien. 



Ahora vamos con los toques líquidos: la soja y la lima. Tendréis que hacerlo un poco a vuestro gusto. Id probando (es la mejor forma de dar con el toque maestro) hasta dar con ese sabor con personalidad que estáis buscando. NOTA: Puedes sustituir la soja por salsa Teriyaki (mira este link para ver mi receta) o dale un toque picante con unos chiles o unas gotas de Tabasco

Batimos los dos huevos y los incorporamos a la mezcla del bol. Los amalgamamos bien con las manos hasta obtener una pasta. Vamos haciendo bolitas con las manos y las aplastamos ligeramente (a modo de mini hamburguesa) y las vamos disponiendo, listas para la acción del fuego.


Al fuego

Ponemos a calentar una sartén con 2 cucharadas de aceite, lo extendemos bien por toda la superficie. Vamos colocando las mini-tartas. NOTA: La mejor forma de controlar la cocción es colocarlas según las agujas del reloj, así sabremos cuál debemos voltear primero. Las dejamos cocinar 1 ó 2 minutos (sin que se nos quemen) y las giramos con cuidado y con ayuda de una espátula para que no se nos deshagan, y dejamos cocinar por el otro lado.


La salsa. En un bol añadimos todos los ingredientes y emulsionamos bien. Como siempre, id catando la mezcla y corrigiendo si hiciera falta para dar con el sabor que más os satisfaga. 

Emplatado 

Disponemos las mini-tartas en un plato o bandeja y espolvoreamos por encima unas nueces troceadas. Decoramos con unas hojas de cilantro y unos gajos de lima. Acompañamos con la salsa aparte para ir mojando - o dippeando - a gusto del comensal. Ideal para comer con las manos a modo de aperitivo o snack. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

MINITARTAS DE ATÚN EN CONSERVA CON CITRICOS Y NUECES

Película ideal para degustar este plato
MONKEY BUSINESS
("Pistoleros de agua dulce" de Norman Z. Macleod - 1931)

Tal vez una de las películas menos conocidas del tridente cómico neoyorkino (o cuarteto, en esta ocasión, con la presencia del anodino Zeppo) pero que ya daba muestras o asentaba las primeras bases de lo que sería la explosión humorística, absurda, anárquica y rocambolesca de los años venideros. "Pistoleros de agua dulce" es la tercera incursión cinematográfica de los genios Marx; es una obra veloz, cargada de sketches memorables, de acidez, ironía, y dardos envenenados. Por supuesto aún quedan por materializarse sus grandes piezas maestras ("Una noche en la ópera" - mi favorita de siempre -, "Un día en las carreras", "Sopa de ganso"...), aunque en esta ocasión vamos siendo testigos de sus afilados diálogos, de los gags físicos, del caos que generan allá por donde pasan...
He escogido "Pistoleros de agua dulce" por varios motivos. Tal vez el que sea una obra "menor" (visto el grueso de su filmografía) y desconocida me hace quererla aún más y romper lanzas en su favor. Pero también goza de un componente marítimo importante (como nuestra receta) ya que la historia transcurre casi en su totalidad a bordo de un lujoso transatlántico. A lo que sumo la presencia de cuatro mini-tartas haciendo las veces de los cuatro hermanos. Ahí encuentro la conexión...

"Pistoleros de agua dulce" no se caracteriza por tener uno de los guiones más redondos de los Marx. Más bien es un cúmulo de situaciones delirantes, con un hilo argumental un tanto endeble. Aunque poco nos importa cuando la función es carcajear. Y aquí se cumple... Debemos ver la obra con perspectiva. Los Marx estaban encontrando su hueco en la comedia, estaban sentando cátedra, probándose al gran público, dándose a conocer, generando la leyenda...

Nuestra receta parte de cuatro polizones (o mini-tartas según la foto) escondidos en cuatro barriles. Casi como un atún metido en su lata de conserva mientras el plato surca los mares de la encimera. Una vez que salen de su "guarida" comienza a reinar la comedia, las situaciones disparatadas, y se van sumando gags e ingredientes de lo más variopintos que enriquecen cada momento. Que van dotando de diferentes simbologías cada sketch. Es lo que tiene la comedia: que es rica en variaciones y conceptos. Desde el chiste irónico de texto hasta el resbalón mudo.

En el bol se van dando cita toda clase de aromas. Obtenemos de esa forma la acidez de los diálogos de Groucho con los cítricos (lima, keffir, cilantro...), el humor negro de Chico (salsa de soja, azúcar moreno...), el desparpajo en crudo de Harpo (las nueces, la cebolleta...) y la sequedad de Zeppo (los tomates... aunque debo reconocer que en esta obra el "hermano soso" tiene más peso que en films posteriores, donde básicamente hace de atrezzo)

La mezcla (a mano, artesanalmente, a la vieja usanza...) va llenando la película y dándole forma. Nuestras mini-tartas caminan por separado y el hilo argumental - que se va trenzando y amalgamando gracias a la presencia de los huevos - les hace reunirse en todo tipo de momentos locos. Todos se hacen guardaespaldas de diferentes gángsters y, como es normal, los equívocos empiezan a sucederse para satisfacción de nuestra mandíbula, que no para de abrirse en modo carcajada. 

El atún (que en nuestra cabeza siempre simboliza a los 4 hermanos) se fríe, se hace, se dora, se cocina a medida que el metraje avanza. Las piezas (que no terminan de ser iguales a la vista, como lo eran ellos: cada uno tenía sus virtudes cómicas muy bien diferenciadas) se nos muestran en el escenario cinematográfico del plato y cada bocado nos transmite una sensación. En uno pillaremos esa ironía fina (y judía) de Groucho, en otro la mordacidad de texto de Chico, en otro las patochadas a "pecho descubierto" de Harpo...  Cada mini-tarta nos otorga distintos sketches en el paladar, y ahí es donde brillaba con luz propia el "toque Marx": el abanico de humor era tan extenso como lo es nuestra receta con su variedad de aromas y texturas. 

"Pistoleros de agua dulce" es un aperitivo o entrante para los platos fuertes de su filmografía. Nuestra receta goza de ese privilegio comparativo, ya que es un "abrir boca" para un menú más contundente. Pronto llegarían las joyas de la corona pero había que sentar las bases, captar a la audiencia, mostrar el repertorio y las posibilidades que atesoraban. Estas mini-tartas tratan de eso mismo: de marcar el camino culinario para esa gran comilona. Cuatro bocados, cuatro hermanos, una saga familiar que masticaremos gozosos por el resto de los días...