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martes, 6 de marzo de 2018

LOMO DE SALMÓN ESTILO THAI

Como buen amante del salmón que soy siempre ando a vueltas para indagar nuevas preparaciones y cocciones. Y si a esto le sumamos mi pasión exacerbada por las especias y los sabores exóticos, el resultado no puede ser otro que un buen macerado para catapultar el sabor del pescado a otra dimensión culinaria.

En esta ocasión vamos a dar un buen baño a unos lomos de salmón fresco con todo un surtido de ingredientes orientales. La idea es dejarlo toda la noche para que los aromas entren bien en el pescado y nos otorguen ese toque maravilloso de la cocina thai. Acompañamos la jugada con un sencillo y aromático arroz basmati para que cada bocado sea puro placer. ¡Mandiles arriba! 



INGREDIENTES (2 personas)

  • 2 lomos de salmón fresco
  • 3 cucharadas de salsa de soja
  • 1 cucharada de Salsa de Ostras
  • 1 trocito de jengibre fresco picado
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cucharada de miel
  • 1 cucharada de azúcar moreno
  • Cilantro fresco
  • Sésamo tostado
  • Ralladura de limón
  • Arroz basmati (150 g) 
Tiempo: 20 minutos + 2 horas (como mínimo) del marinado


EL MARINADO 

Mezclamos en una bandeja amplia (para que nos entren bien los lomos de salmón) la salsa de soja, la salsa de ostras, el jengibre y los dientes de ajo picados, la miel y el azúcar. Removemos bien con unas varillas o una cuchara para disolver la miel y el azúcar. 

Colocamos el salmón y lo cubrimos bien con la marinada. Tapamos con papel film y dejamos reposar en la nevera 2 horas como mínimo aunque siempre es conveniente toda la noche, para que así los sabores se mezclen y penetren bien en el pescado.

COCCIÓN

Precalentamos el horno a 200º con calor arriba y abajo.

Colocamos la bandeja con el salmón ya marinado y horneamos 8 minutos.

ARROZ BASMATI

El truco del arroz basmati es enjuagarlo bien antes de cocinarlo. Habrá que darle varios "lavados" con agua fría para que suelte todo el almidón y el agua salga como debe, es decir: transparente. 

Echamos el arroz en una olla y le añadimos los aromatizantes: anís estrellado, cardamomo, laurel... Salpimentamos y añadimos el agua. NOTA: 1 parte de arroz por 1 parte 1/2 de agua (450 ml) Ahora el truco importante: cubrimos con la tapa y llevamos a ebullición, cuando rompa el hervor bajamos el fuego y dejamos cocinar SIN LEVANTAR LA TAPA durante 8-10 minutos.

Retiramos las especias y removemos con cuidado con un tenedor para separar los granos.

EMPLATADO

Colocamos una cama con el arroz basmati y sobre ella disponemos el lomo de salmón. Regamos bien con la salsa y espolvoreamos sésamo y cilantro fresco picado. Por último rallamos un poco de la corteza de limón sobre el plato y listo. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

martes, 26 de diciembre de 2017

BOL DE POLLO TERIYAKI CON ARROZ BASMATI

Sé que os tengo algo abandonad@s, pero siempre por buenos motivos laborales. Así que antes de acabar el año vamos con un último "Plato a cámara rápida" de lo más sencillo, vistoso, aromático y salivante. Este Pollo Teriyaki es una opción fantástica para una cena exótica, creedme. 

En mi caso cociné el pollo con Anova Culinary (cocina a baja temperatura) pero se puede cocer el pollo o asarlo (abajo os digo cómo) El resultado en todos los casos es una carne jugosa, cocinada por dentro y con un bonito toque dorado por fuera. Y luego está la salsa teriyaki, que podéis fabricar usando el mínimo esfuerzo. Todo ello aromatizado con un perfecto arroz basmati para culminar un bol de lo más completo y sabroso. ¿Nos ponemos? Pues ya sabéis... ¡Mandiles arriba! 


Ingredientes (4 personas)
  • 2 pechugas de pollo por la mitad (4 en total)
  • 4 cdas de Salsa de Soja
  • 2 cdas de Vinagre de Arroz
  • 1 cda de azúcar moreno
  • 1 cda de vino seco o sake 
  • 1 cda de jengibre picado
  • 1 cda de ajo picado
  • 1 cda de Harina de maíz (Maizena) 
  • 1 cda de agua 
  • Cilantro fresco picado
Para el arroz basmati
  • 300 grs de arroz basmati
  • Para aromatizar: cardamomo, anis estrellado, laurel... (opcional)
  • Sal y agua para cocer
  • 1 chorrito de Aceite de Oliva Virgen Extra
Tiempo: 35 minutos


Cocinando el pollo y la salsa

Podemos cocer el pollo en abundante agua hirviendo o asarlo en el horno. Si optamos por lo primero luego lo salpimentaremos después y lo pasaremos por la parrilla con aceite para darle un bonito tostado por fuera. Si elegimos el horno, lo precalentamos a 180º, untamos con aceite, sal y pimienta las pechugas y las asamos durante 15-20 minutos aproximadamente. 

NOTA: En Anova Culinary Sous Vide (a baja tempertatura) envasaremos al vacío las pechugas con la salsa en su interior y cocinaremos a 63º durante 50 minutos. Pasado el tiempo sacamos, reducimos la salsa por un lado y doramos las pechugas en sartén.

Por otro lado ponemos los condimentos de la salsa en una olla al fuego: la salsa de soja, el vinagre de arroz, el azúcar moreno, el sake o vino blanco seco, el jengibre, el ajo y la cucharada de agua. Dejamos que vaya cogiendo cuerpo y reduciendo.

Cuando esté a punto, diluimos la Maicena en un poco de agua y lo vertemos en la olla. Removemos y dejamos que espese un par de minutos.

El arroz 

El truco del arroz basmati es enjuagarlo bien antes de cocinarlo. Habrá que darle varios "lavados" con agua fría para que suelte todo el almidón y el agua salga como debe, es decir: transparente. 

Echamos el arroz en una olla y le añadimos los aromatizantes: anís estrellado, cardamomo, laurel... Salpimentamos y añadimos el agua. NOTA: 1 parte de arroz por 1 parte 1/2 de agua (450 ml) Ahora el truco importante: cubrimos con la tapa y llevamos a ebullición, cuando rompa el hervor bajamos el fuego y dejamos cocinar SIN LEVANTAR LA TAPA durante 8-10 minutos.

Retiramos las especias y removemos con cuidado con un tenedor para separar los granos.

Últimos retoques 

Si hemos cocido el pollo es buen momento para dorarlo en una sartén con un poco de aceite para que coja color de parrilla. 

Disponemos en un bol el arroz basmati con un chorrito de Aceite de Oliva Virgen Extra, sobre él la pechuga de pollo y regamos generosamente con la salsa teriyaki reducida. Por último damos un toque de color y frescor con unas hojas de cilantro y listo. 

¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

martes, 7 de marzo de 2017

POLLO KUNG PAO CON ARROZ BASMATI (Mulan)

Hoy tengo la sana intención de llevaros de viaje gastro-cinéfilo a las lejanas tierras de China. En concreto a la región de Sichuán, de donde es originario este bocado maestro llamado Pollo Kung Pao o Pollo Palaciego, siendo éste último término una técnica culinaria que consiste en freír productos a fuego fuerte y a gran velocidad

Pollo kung pao con arroz basmati

Según cuentan todo provino de un oficial chino de nombre Ding Baozhen, cuya pasión por el pollo, los cacahuetes y las salsas picantes, le hizo desarrollar un plato que mezclase todos los ingredientes en una sartén. El resultado es una explosión de sabores vivos, que combinan perfectamente con la suavidad y frescor de un arroz basmati aromatizado. 

Para la ocasión mi mente se ha posado en la joya de animación "Mulan" y podrás ver la comparación tras la receta. Así que hoy toca viajar a Oriente, dejarnos llevar por la supremacía e inventiva de Disney y preparar un fantástico plato chino. Afilad los palillos y... ¡mandiles arriba! 

Pollo Kung Pao con arroz basmati

Ingredientes (4 personas)

Para el marinado del pollo
  • 500 grs de pollo (pechuga o contramuslos deshuesados y limpios)
  • 1 cda de Maicena 
  • 2 cdas de Salsa de Soja 
  • 1 cda de Vinagre de arroz 
  • 1 cdita de Aceite de Sésamo
Para la salsa
  • 2 cebolletas (y sus tallos verdes)
  • 1 zanahoria 
  • 3 dientes de ajo
  • 1 trozo de jengibre fresco y picado (como 2 cucharadas)
  • 1 cda de pimienta de Sichuán 
  • 1 cdita de guindilla seca 
  • 40 grs de Salsa de Soja
  • 40 grs de Caldo de pollo
  • 80 grs de cacahuetes o anacardos 
  • 1 cdita de azúcar 
  • Aceite de Oliva y aceite de sésamo
  • Cebollino fresco picado
Para el arroz 
  • 200-250 grs de arroz Basmati
  • 1 estrella de anís 
  • 2 semillas de cardamomo 
  • 1 hoja de laurel
  • Agua y sal
  • Un poco de aceite de oliva Virgen Extra
Tiempo: 25 minutos + 30 minutos de macerado
Película comparada: "Mulan" (Barry Cook y Tony Bancroft, 1998)


Cómete la comparación cinematografica tras la receta...
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Macerando 

Lo primero de todo es dejar macerando el pollo. Para ello limpiamos bien la pieza que hayamos escogido y la secamos con papel de cocina. NOTA: Es importante asegurarnos que no haya huesecillos o tendones, nos arruinarían el bocado y todo el esfuerzo se irá al garete. Una vez "adecentado" nuestro pollo, lo cortamos en trozos grandes o tacos y las echamos en un bol.  


Le añadimos el resto de ingredientes del macerado y removemos bien con una cuchara para que se integren bien los sabores e impregnen el pollo. Dejamos reposar al menos 30 minutos en la nevera, tapado con papel film.

Vamos con la salsa

Primer paso, picamos muy finamente - sin llevarnos la yema del dedo - los ajos y el jengibre. 


Segundo paso, le damos al mortero. Echamos la pimienta de Sichuán y la guindilla (si es que has decidido añadirla) y machacamos bien sacando bíceps y eliminando estrés.


Tercer paso, picamos la cebolleta y la zanahoria en juliana (en tiras). Ya tenemos toda nuestra materia prima dispuesta a salir a escena, "mise en place" lista.

En un wok doramos el pollo con un poco de aceite de oliva. No tiene que hacerse por dentro, sólo coger color por fuera. Una vez que lo tengamos lo sacamos y reservamos.

Añadimos al aceite restante (si hiciera falta, echamos un poco más) y lo aromatizamos con la pimienta de Sichuán y la guindilla bajando el fuego.

Incorporamos la cebolleta, la zanahoria, el ajo y el jengibre y sofreímos todo removiendo unos 4-5 minutos, vigilantes siempre que no se nos queme nada.


Reincorporamos el pollo a escena con un chorrito de aceite de sésamo (lo justo, que se lo puede llevar todo por delante), la salsa de soja, el azúcar y el caldo de pollo. Subimos el fuego y removemos bien todo. La idea es que la salsa reduzca bastante y "caramelice" el pollo.

Por último vertemos los cacahuetes o los anacardos antes de que reduzca del todo y damos el golpe final a nuestra gran obra.

El arroz basmati

Piensa que este arroz tarda unos 12 minutos y no hay que tocarlo, así que calcula más o menos los tiempos. O bien puedes hacerlo durante el macerado del pollo o durante la preparación de la salsa.

Lavamos bien el arroz con agua fría para eliminarle el almidón (el agua debe salir cristalina, no borrosa) y lo echamos en un cazo. Lo cubrimos de agua. NOTA: Tiene que cubrir muy poco el arroz, hunde el dedo y que te asome la primera falange. 


Añadimos por encima la estrella de anís, la hoja de laurel, el cardamomo levemente machacado y un poco de aceite de oliva. Ponemos a fuego fuerte sin tapar durante 3-4 minutos (hasta que aparezcan unos hoyos en el arroz) y luego bajamos el fuego al mínimo, tapamos y dejamos cocer 8 minutos más. NOTA: ¡¡No destapes en ningún momento la cazuela!! NOTA 2: Si quieres darle más aroma, puedes tostar unas semillas de cilantro o comino en una sartén y mezclarlas luego con el arroz.

Emplatado: montaje final

En bols individuales echamos en una mitad el arroz y en la otra el pollo Kung Pao. Espolvoreamos cebollino fresco picado y unas ruedas finas de la parte verde del tallo de la cebolleta. Cogemos unos buenos palillos y nos disponemos a disfrutar, que de eso se trata y de nada más. ¡Que aproveche, hitchcookian@s!

Película ideal para degustar este plato 
MULAN
("Mulan" de Barry Cook y Tony Bancroft, 1998)

Los elementos orientales y la procedencia de este plato, así como los vivaces colores que lo gobiernan, han catapultado enseguida mi imaginación hacia tierras chinas. Su cine - de siempre - ha sido uno de los mayores exponentes en cuanto a cromatismo y belleza plástica, por lo que era fácil irme a cualquier exponente de su cultura cinematográfica. 

Unos pocos antecedentes...

Pero como soy mente inquieta, me he dejado llevar por el fantástico colorido y ver en él pura animación. China. Dibujos. Fantasía. Tenía que caer en el saco "Mulan".

La década de los 90 fue para Disney toda una revolución porque ya había emergido con fuerza el 3D (con la monumental "Toy Story" en 1995) y parecía haber tocado techo con obras clave como "La bella y la bestia", "Aladdin" y, sobre todo, "El rey león". La presencia de personajes femeninos fuertes, independientes, que luchan por su propio sueño al margen del elemento varonil, que tomaban sus propias decisiones, brillaba por su ausencia. Había que hacer algo más allá de las princesas...

De ese modo emerge "Mulan", no ya como todo un espectáculo visual o un entretenimiento familiar, sino como una reivindicación y un golpe en la mesa para dar el protagonismo total a una chica con ansias de combatir al enemigo opresor (los hunos) y a la propia tradición machista que le impide hacerlo (el propio ejército chino). Conviene saber que se enmarca entre las obras "Hércules" y "Tarzán" de claro dominio masculino. Todavía le costaría a Disney... 

Pero "Mulan" es arriesgada en animación (que rememoran a las acuarelas chinas) y sobre todo en temática, ya que propone batallas a tumba abierta y basa todo su mensaje en que una mujer se tenga que hacer pasar por un hombre para poder acceder al ejército imperial y así evitar que su anciano padre tenga que acudir al combate. Tendrá que someterse a un duro entrenamiento, a mantener intacta su farsa y a demostrar la valía de cualquier ser humano, más allá de su sexo. 

En su personal cruzada surgen los clásicos secundarios amigables y cómicos (aquí las veces de conciencia y protector las hace el dragón Mushu) y el romance propio de Disney. Aún así la película se atreve a plasmar terror (la llegada a la muralla de Shan Yu es escalofriante), la tristeza (la despedida de Mulan de sus padres) o el sobrecogimiento que proporciona la gran escena del alud.

Nuestra cine-receta...

Claramente se empieza a fusionar con la película, como decía antes, debido a la paleta cromática. La imagen del plato con los colores vivos de la caramelización del pollo, los toques verdes del cebollino y la cebolleta, el blanco puro del arroz o el rojo vibrante del mantel o telón de fondo, evocan el milimétrico trabajo visual de la obra.

Así mismo se me antoja que la disposición de los elementos pudiera recordar al símbolo del "yin" y el "yang" (dos conceptos del taoísmo), que en la filosofía china significa que dos energías opuestas se necesitan y se complementan. Pues algo semejante le sucede al personaje de Mulan. Sus dos caras (la real femenina y la falsa masculina) simbolizan dos modos diferentes de enfrentarse a la vida, y que se necesitan para cumplir sus deseos. Sólo cuando ambas conjugan, puede hacer prevalecer su destino. Así como el pollo macerado y salteado necesita del arroz para que el bocado se mantenga en perfecto equilibrio. En absoluta armonía culinaria. 

También intuyo el argumento de la película en el plato. Fijemonos en la diferencia de colores y de ingredientes, que se asemejan a la doble personalidad que debe ejercer Mulan. Pero también a los dos mundos que en ese momento histórico combaten sin piedad. Los hunos y el imperio chino, dos ejércitos delimitados por una (aquí fantasiosa) gran muralla, que batallarán hasta el límite. 

En nuestra mano está la materialización de ese enfrentamiento, porque una vez que los mezclemos se desatará la contienda, el asalto al palacio, la carga a caballo por las cumbres nevadas (tal vez imitado por el blanco del bol) y el duelo final, donde los palillos se convierten en firmes y poderosas espadas.

"Mulan" es una maravillosa película de Disney, tal vez (a mi juicio) una de las mejores piezas que nos ha entregado la todopoderosa factoría en los últimos años. En ella se conjuga un dibujo fantástico, una realmente buena confección de personajes, una banda sonora épica (a cargo de la batuta de Jerry Goldsmith), unas secuencias de acción pocas veces vistas y una heroína que asentaría las bases para futuras "guerreras" de animación. 

Nuestra cine-receta ha pretendido emular su espíritu combativo, su acidez, su tono "picante" y su esplendor visual para catapultarte a un mundo donde la fantasía y la imaginación dejaron hace tiempo de ser una cosa de niños...

jueves, 24 de noviembre de 2016

ROTI DE POLLO CON CEBOLLA CARAMELIZADA

Hoy os traigo una receta muy sencilla que aúna dos grandes fuerzas culinarias: Nutrave e Ibsa (Bierzo), que me han suministrado la materia prima para confeccionar este plato ideal para cenas a cámara rápida. Intentamos sacar el máximo partido a grandes productos. Prueba conseguida.

El roti de pollo es muy jugoso y viene fantásticamente preparado para su elaboración. Todo el trabajo te lo dan hecho, tú sólo tienes que idear qué salida le darás. Y la cebolla caramelizada te ahorrará un trabajo costoso y que requiere paciencia. Estamos hablando de obtener una gran receta en esos momentos en los que el tiempo apremia y quieres comer bien, pero estar poco en la cocina.

Acompañamos esta pequeña joya de un arroz basmati con jengibre. De esa forma ya obtenemos una foto final vistosa, nutritiva y muy aromática. Poco esfuerzo, gran resultado. ¡Mandiles arriba!



Ingredientes (2 personas)

  • 2 rotis de pollo Nutrave
  • 5 dientes de ajo
  • 1/2 vaso de Vino de Oporto
  • Hierbas aromáticas: orégano, tomillo...
  • Cebolla caramelizada IBSA BIERZO
  • Arroz basmati
  • Jengibre fresco
  • Sal, pimienta y aceite de oliva Virgen Extra 
Tiempo

  • 25 minutos


 Nutrave Ibsa Bierzo

Precalentamos el horno a 200º. Si tiene ventilador, se lo ponéis. Si no, con calor arriba y abajo.

En una bandeja de horno echamos una pizca de aceite de oliva. Salpimentamos los rotis de pollo y los disponemos en la bandeja.

Regamos con el vaso de vino de Oporto (puedes usar un Pedro Ximénez o un Jérez...) y espolvoreamos nuestras hierbas aromáticas. 

Chascamos los dientes de ajo y los echamos enteros y con piel en la bandeja. 

Horneamos durante 20-25 minutos. A media cocción daremos la vuelta a los rotis y los empaparemos bien del vino de Oporto de la bandeja, para que vaya caramelizándose el exterior.

Salteamos un poco de arroz basmati cocido en una sartén con aceite y jengibre fresco muy picado. Salpimentamos al gusto, o sea, al tuyo.

Sacamos el roti del horno y lo cortamos en rodajas gruesas. Colocamos en un plato el arroz salteado con jengibre y en el centro el roti. Cubrimos generosamente con la cebolla caramelizada y decoramos con los dientes de ajo asados.

¡Que aproveche, hitchcookian@s!

lunes, 13 de junio de 2016

CALAMARES A LA PLANCHA CON JENGIBRE Y CILANTRO (Healthy dinners)

Un nuevo lunes sin carne nos trae otro plato a cámara rápida. Y en esta ocasión vamos a degustar la sencillez en todo su esplendor con estos calamares a la plancha acompañados de arroz cocido.

Por estas cocinas ahora se ha impuesto la ley #sinfructosa y nuevos retos se avecinan. De ahí que en este plato haya hecho unas leves variaciones sustituyendo el ajo por el jengibre y el perejil (que nada tiene que ver con la fructosa) por el cilantro para acompañar ese toque exótico. 

El resultado es una receta de lo más sana, saciante y veloz que te resolverá cualquier cena. Toda una delicia marítima con aromas diferentes y que hace gala de una extremada sencillez. ¡Mandiles arriba!

Calamares a la plancha con jengibre y cilantro

Ingredientes (2 personas)

  • 4 calamares pequeños
  • 150 grs de arroz basmati + agua
  • 1 trocito de jengibre fresco
  • Cilantro fresco picado
  • Sal, pimienta negra y Aceite de Oliva
Tiempo

  • 20 minutos


El calamar.

Si nuestro pescadero es amable, que entiendo que sí, nos podrá limpiar el calamar. Pero si resultase que no está por la labor, la faena de limpieza toca hacerla en casa. No es complicado, pero lleva cierto tiempo para garantizarnos el mejor resultado posible del plato.

Les retiramos las cabezas y cortamos los tentáculos. Los vaciamos bien por dentro y les retiramos la piel exterior. Los lavamos bien y, lo más importante, los secamos a conciencia. De ese modo se nos freirán sin soltar agua. 

El arroz.

Lavamos el arroz con agua fría. Lo echamos en una olla y cubrimos de agua. Rociamos con un chorrito de aceite de oliva y llevamos a ebullición. Dejamos cocer a fuego fuerte unos 4 minutos y luego bajamos la potencia y tapamos la olla durante 8-9 minutos. 

Preparación. 

Por otro lado pelamos el jengibre (con ayuda de una cucharilla de café) y lo picamos finamente. Hacemos lo propio con el cilantro. Reservamos.

Ponemos la plancha o sartén a calentar con un poco de aceite. Cuando coja temperatura incorporamos los calamares (cuerpos, tentáculos y aletas) salpimentados al gusto y dejamos que se cocinen a fuego vivo. Necesitamos que tomen color. 

Añadimos el jengibre picado y salteamos todo el conjunto. 

Emplatamos los calamares con el jengibre por encima y espolvoreamos cilantro fresco. Acompañamos con el arroz cocido y terminamos regando con un hilo de buen aceite de oliva Virgen Extra por todo el escenario. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 


viernes, 4 de diciembre de 2015

POLLO ORIENTAL A LA NARANJA (Reservoir Dogs)

No es ningún misterio que cada vez más, me voy dejando caer por las tierras orientales para dejarme seducir con su aromática gastronomía. Soy un apasionado de los sabores exóticos, así que ha sido todo un disfrute aprender y ejecutar esta receta extraída de Cocino Thai (Kwan) Una fantástica página que hará las delicias de los paladares más aventureros. 

Este Pollo Oriental a la Naranja es una versión propia y el resultado es espectacular. Goza de muchos elementos que, al conjugarlos, sobresalen en sabor y textura. Tienes acidez, dulzor, picante, crujiente... una amalgama de sensaciones en boca de lo más apasionante. Cada uno puede ir graduando los ingredientes según el gusto (o el atrevimiento) de los comensales, y podemos servir solo o acompañado (como es mi caso) de un fantástico arroz Basmati. 

Una propuesta original (y que en esta ocasión nos la dirige nada menos que Tarantino) para sorprender en la mesa y viajar a golpe de palillo. Fácil, sabrosa y aromática. Hoy se desatan los "reservoir dogs" de la cocina, y tú eres uno/a de ellos/as. ¡Mandiles arriba!

POLLO ORIENTAL A LA NARANJA




Ingredientes: 2 personas



Para el macerado y el rebozado


  • 300 grs de pollo en trozos 
  • 2 cucharadas de Jerez seco
  • 2 cucharadas de salsa de soja
  • 100 grs de Maizena 
  • 1 huevo (Tamaño M)
Para la salsa
  • 2 naranjas grandes exprimidas
  • 1 cda de vinagre de arroz
  • 2 dientes de ajo
  • Maizena diluida en agua
  • Salsa de soja
  • Chili flakes (chili seco)
  • Aceite vegetal y Aceite de Sésamo
  • 2 cdas de azúcar moreno
  • Ajonjolí (sésamo tostado)
  • Cebolletas
Tiempo
  • 15 minutos + 30 minutos de macerado
Película comparada
  • "Reservoir dogs" (Quentin Tarantino - 1992) ---- Tras receta

Macerado y rebozado

Lo primero de todo es dejar preparado el macerado. Para ello cortamos el pollo en trozos o tacos (si es que no nos lo ha hecho ya el gentil carnicero) y los disponemos en un bol amplio. 

Le añadimos el Jerez Seco, la salsa de soja y el huevo. Lo mezclamos muy bien con las manos - bien limpias -, lo cubrimos con papel film y dejamos reposar en la nevera 30 minutos (como mínimo)


Pasado ese tiempo le añadimos la Maicena y lo removemos para que cada trozo se impregne de esa masa de rebozado. 


Fritura y salsa

Freímos el pollo por tandas en una sartén o freidora con aceite muy caliente. Cuando esté dorado por fuera lo sacamos a un plato con papel absorbente y reservamos. 

Vamos con la salsa. En un wok o sartén con 1 cda de aceite vegetal y 1 cda de aceite de sésamo (que nos dará aroma oriental) sofreímos los ajos picados durante 1 o 2 minutos (sin que se nos quemen) Añadimos el zumo de las naranjas y removemos dejando que reduzca ligeramente.


Incorporamos el vinagre de arroz, el azúcar, la salsa de soja, el chile seco y la Maicena diluida en un poco de agua. Dejamos que se cocine todo y que vaya espesando lentamente. 


Añadimos el pollo frito y le damos un último hervor para que la carne se impregne bien de la salsa y se caramelice. Apagamos el fuego. 

Servimos en cuencos individuales arroz basmati o arroz blanco. Sobre él disponemos las piezas de pollo y bañamos generosamente con la salsa. Decoramos con unas ruedas de cebolleta y espolvoreamos semillas de sésamo tostado. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

Película ideal para degustar este plato
RESERVOIR DOGS
("Reservoir dogs" de Quentin Tarantino - 1992)

Unos trozos encerrados entre los límites de un cuenco me han servido para catapultar mi alocada mente a los primeros noventa. Muchos ingredientes se dan cita en un lugar de confinamiento, por lo que había que pensar en seres atrapados - mental y físicamente - y bañados de sangre o salsa. Y es ahí donde colisiona esta receta con "Reservoir dogs", la segunda obra tras la cámara (la primera es "El cumpleaños de mi mejor amigo") de ese enfant-terrible del celuloide llamado Quentin Tarantino.

El año 1992 supuso la irrupción en el panorama de un joven cineasta con una obra que se salía de toda norma. Un thriller de atracos, un drama de gángsters, una comedia negra teñida de violencia, un film-noir atípico... "Reservoir dogs" es una cinta que rompió moldes tanto en concepción como en ejecución. La estructura narrativa salta temporalmente de modo continuado, al tiempo que se suceden diálogos afiladísimos y brillantes (nunca antes habíamos oído con tanta naturalidad a los gángsters debatir sobre Madonna, sexo o propinas) y una dirección atrevida, sin tapujos, que se recrea en el sufrimiento humano y que logra mantener la tensión - y hacerla crecer - con muy pocos recursos pero extremadamente efectivos: el arranque con un ensangrentado Tim Roth en el asiento trasero, mantener en off el atraco, mostrarnos desde el inicio al topo, son solo algunos ejemplos de ese universo tarantiniano que empezaba a gestarse y a mostrarse al mundo. Surgía así un nuevo cine independiente. Un nuevo genio inusual.

Tarantino siempre ha sido un "hombre de cine" y son numerosos los homenajes y recursos de los viejos clásicos que usa, aún en la actualidad. En "Reservoir dogs"- que en pocas palabras trata de un grupo de delincuentes que son reclutados para ejecutar un atraco y que, tras el violento desenlace donde algunos mueren, se confinan en el "punto de encuentro" sospechando unos de otros-  se dan cita Peckinpah ("Grupo salvaje"), Kubrick ("Atraco perfecto"), Scorsese ("Taxi Driver") y el cine policíaco de Hong-Kong, del que es fan confeso el director en cuestión. 

Nuestra receta, con claros tintes orientales en toda su ejecución y concepción, encuentra un primer nexo de unión en el amor de Tarantino por el cine oriental (que luego se materializaría en todo su esplendor con la saga "Kill Bill") Los toques de la soja, el aceite de sésamo, el vinagre de arroz o el chili, representan esa tendencia al Oriente cinematográfico tan presente en su obra. 

Pero yendo más allá podemos hallar semejanzas en los trozos de pollo como ese "grupo violento" de delincuentes, que se ven inmersos en un crimen común. Pedazos o seres que no se conocen (nadie sabe el nombre real de cada uno) pero a los que mueve la misma ambición y virulencia. Inicialmente se nos muestran crudos, impolutos, sin señales ni rasgos distintivos - vamos conociendo sus personalidades a partir de los flash-backs o del macerado-. El huevo, la harina, el jerez y la soja les van cubriendo de un rebozado o coraza que les hace temibles e inesperados, pero también compasivos y solidarios (como se nos muestra el líder Harvey Keitel cuidando y animando al tiroteado Tim Roth). 

La fritura termina por desatar la fuerza de los personajes, que se endurecen tras el robo de diamantes. Si en el inicio eran piezas inocuas, ahora son seres recubiertos con una crueldad insoportable (caso de la célebre y despiadada secuencia de Michael Madsen "desorejando" a un policía con una sangre fría temible...) Esa coraza oculta sus verdaderas intenciones por lo que entre ellos surge inevitablemente la sombra de la sospecha. Hay un topo, un soplón, un perro de otra perrera, que puso sobre alerta a la policía. Y todos son culpables e inocentes. Ninguna pistola tiene una cabeza clara a la que apuntar.

Es entonces cuando comienza a emerger el suspense, la tensión, los nervios... La salsa va formándose lentamente mientras se le añaden elementos como la naranja (ácida como la comedia negra), el chile (potente como la violencia), el vinagre de arroz (amargo como el destino que les espera), los ajos (incisivos como los diálogos)...  Y va tiñendo de un cromatismo sanguinoliento las paredes de la olla y del garaje donde están esos perros encerrados.

Llega el climax, ese enorme final donde el crescendo de la historia encuentra su punto álgido. La locura explota entre sospechas, dudas, agónicas súplicas y ansias de venganza. Un corrillo de bandidos blandiendo armas y apuntándose entre sí. Tarantino congela el tiempo, ahoga el aire, y nos secuestra en el sitio. Todo queda en vilo mientras observamos a esos trozos de pollo arremolinados alrededor del cuenco. Estalla la furia. Los dedos se hunden en los gatillos y las balas hacen de banda sonora terrorífica. La salsa baña toda nuestra vista, la sangre se derrama sobre los personajes...

"Reservoir dogs" fue y es uno de los referentes de los años 90. Sirvió no solo para descubrir a un cineasta - cuando menos original e innovador - que adaptó el cine negro clásico a los tiempos modernos, sino para entender una nueva concepción narrativa, que dos años más tarde terminaría por redondear con la obra maestra "Pulp Fiction". Nosotros nos dejamos llevar por su corriente más oriental para encerrar a unos ambiciosos trozos de pollo y rodar una receta de lo más deliciosa y, sin embargo, cargada de violencia culinaria. Es Tarantino, es cine, es algo nuevo...

lunes, 2 de noviembre de 2015

RAJMA MASALA CON ARROZ BASMATI (El río)

Hoy vamos a dejarnos ir por el río que diseñó Jean Renoir para descubrir y acercarnos un poco más a la maravillosa comida hindú. El Rajma (o judía roja seca) es un guiso vegetariano cargado de las más apasionantes especias y de fragancias típicas del país asiático. Hay comino, hay cúrcuma, hay cilantro, hay jengibre, hay Garam Masala... (te dejo aquí mi receta de esta fantástica mezcla de especias) para catapultarte a la cocina india sin moverte de tus fogones. Te lo cuento paso a paso, para que tú sólo disfrutes del trayecto...


Así que déjate guiar por el cineasta francés (y por mí mismo, a modo de intermediario) y sorprende con este original, sano, aromático y apasionante plato. La mayoría de los ingredientes-personajes los puedes adquirir en tiendas especializadas (yo siempre te recomendaré Sabores del Mundo), te aseguro que sólo con entrar y aspirar profundamente, estarás viajando. ¡Mandiles arriba, hitchcookian@s!

RAJMA MASALA CON ARROZ BASMATI
INGREDIENTES (4 personas)

350 grs de judías rojas (rajma)
500 grs de tomates
1-2 dientes de ajo
1 cebolla morada
Jengibre fresco
1 cda de cúrcuma
1 cda de comino en grano
1 cda de Garam Masala
750 grs de agua
Cilantro fresco
Sal, Aceite de Girasol

Para el arroz basmati

200 grs de arroz basmati
1 cda de aceite de oliva
Sal y agua

Tiempo: 45 minutos 
Remojo: 24 horas

Película comparada: "El río" (Jean Renoir, 1951) - Tras receta

Con esta receta participo en el Concurso de Top Chef La Revista y Claudia&Julia. 


Las judías (rajma): actrices principales



Ya que se tratan de nuestras protagonistas debemos darles el mimo que se merecen. Ponemos las judías o alubias rojas en remojo - con dos o tres dedos de agua - la noche anterior y dejamos que se vayan ablandando a su ritmo. NOTA: Si no tienes tiempo o el hambre te acucia, puedes usar de bote, pero asegúrate que sean de buena calidad, a fin de cuentas, son tu estrella...

Al día siguiente las escurrimos y las ponemos a cocer en la olla exprés. El tiempo estimado serán unos 35-40 minutos desde que suba la válvula. Nos aseguramos que están tiernas y reservamos.

La salsa: mezclando historias

Vamos preparando todos nuestros ingredientes ("mise en place") para trabajar con mayor comodidad. Lavamos los tomates, pelamos el ajo, el jengibre (siempre con ayuda de una cucharilla de café, para limpiar bien la corteza sin llevarnos mucha carne por delante) y la cebolla morada en trozos grandes, picamos el cilantro y disponemos por separado las especias.

Con ayuda de la Thermomix o de una trituradora, picamos los tomates, la cebolla, el ajo y el jengibre hasta obtener una consistencia homogénea. Salpimentamos al gusto, es decir, al tuyo.


En una olla amplia echamos 1 cucharada de aceite de girasol y vertemos las semillas de comino. Las cocinamos hasta que "exploten" y saquen toda su fragancia. Incorporamos la pasta de tomate y removemos bien unos minutos para que vaya espesando la salsa. 


Añadimos las judías cocidas, las especias (cúrcuma y Garam Masala), el agua (750 grs) y probamos el punto de sal. NOTA: Siempre es importante ir catando nuestros platos para corregir antes de que sea demasiado tarde y echemos a perder la creación.

Llevamos a ebullición y dejamos que se cocine todo el conjunto a fuego lento durante 30-35 minutos. Sin prisa, que burbujee suavemente, dejad que la cocina se invada de aromas.


Pasado ese tiempo espolvoreamos el cilantro picado y, con ayuda de un triturador de patatas - o con el dorso de la cuchara - vamos a ir aplastando ligeramente las alubias (sin romperlas del todo). De ese modo la salsa espesará y la judía soltará su sabor impregnando aún más el conjunto del plato.

El arroz basmati: actor secundario

Secundario pero fundamental en el desarrollo de nuestra historia. Es importante saber cocerlo en su punto justo para que la textura potencie cada bocado. Primero enjuagamos o aclaramos dos o tres veces el arroz en agua para quitarle cualquier tipo de impurezas. Colamos y escurrimos bien.

Lo ponemos en una olla y cubrimos de agua. Añadimos un chorrito de aceite - o una nuez de mantequilla - y llevamos a ebullición a fuego vivo. 


Cocemos sin tapar unos 4 minutos (hasta que se formen los huecos que veis en la foto). Bajamos el fuego, tapamos y dejamos cocer 10 minutos más.


Emplatado: montaje final

Al final son vuestros ojos y vuestro sentido del buen gusto los que mandan en la tarea de la presentación final. Yo os propongo usar un plato hondo. Cubrimos la base con el arroz basmati y "regamos" con cuidado y mimo con la salsa Rajma Masala. Decoramos con unas hojitas de menta o de cilantro frescas. Todo un hallazgo culinario - rico, fácil y sano - para los paladares más viajeros. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 


RAJMA MASALA CON ARROZ BASMATI


Película ideal para degustar este plato
THE RIVER
("El río" de Jean Renoir - 1951)


La receta que hoy nos ocupa goza de una obvia naturaleza india. Había que catapultar la mente al sur de Asia y rebuscar un espejo cinematográfico acorde con este Rajma Masala. Nuestro plato de hoy posee un espectacular cromatismo y textura plástica, y es ahí donde me he topado con el maestro Renoir y su primera incursión en el Technicolor: "El río". Una obra poética, dominada por los paisajes indios, por los cielos abiertos, por una paleta de coloridos infinita. Casi como un cuadro de su padre (Auguste Renoir), donde cada pincelada es vida, movimiento...

"El río" supuso, como digo, la primera película en color del aclamado cineasta francés. El que fuera sumo hacedor de piezas fundamentales del séptimo arte como "La regla del juego", "La gran ilusión", "La bestia humana" o "Esta tierra es mía", encontró en la novela homónima de Rumer Godden el texto idóneo para adentrarse en la cultura, costumbres y belleza pictórica de la India. Renoir estaba fascinado con el país asiático y necesitaba el color para poder plasmarlo en la pantalla, para poder recrearse en los paisajes, en los escenarios naturales, en la viveza de sus telones de fondo. Un mundo aparte, cargado de símbolos, de tradiciones tal vez ajenas al mundo occidental, que Renoir pretendió a toda costa acercarnos a través de las bellísimas imágenes de su cámara. 

La historia, tan sencilla como universal, nos cuenta el primer amor. Ese despertar romántico en el complicado universo de la adolescencia. Y lo hace a través de una joven inglesa, asentada en Calcuta junto a su familia, que descubrirá en la tierra de los aromas las virtudes y dramas de la vida. Renoir supo insuflar energía a las interpretaciones (noveles), a sacar el máximo partido de los escenarios, y a generar una fantasía narrativa impecable, usando recursos, dotando cada fotograma de sentido, cada detalle de emoción... Era Renoir, no era cualquiera. 

Nuestra receta encuentra sus primeras conexiones en el paraje indio que gobierna el film. Los elementos que protagonizan el plato emanan aromas, fragancias, sabores de la India: la cúrcuma, el comino, el Garam Masala... Actores secundarios de la trama que dotan de olor y personalidad el conjunto final, tanto en nariz, como en boca, haciendo las veces de un buen vino. 

La historia de "El río", como el cocinado de la judía roja (ojo al detalle, la protagonista es una adolescente pecosa y de cabellos pelirrojos) se nos cuenta a través de la protagonista. Seguimos secuencia tras secuencia sus andanzas y descubrimientos gracias a su voz en off y a su presencia omnipresente en la película. Nuestras alubias (o Rajma) llevan un proceso (o viaje iniciático) lento, pausado, el remojo y la cocción van ablandando su textura y abriéndoles los ojos a un mundo desconocido, gobernado por adultos, por emociones jamás vividas.

Y es entonces cuando los universos paralelos (las amigas, una india y otra americana) empiezan a mostrar la diversidad de sabores y aromas (o civilizaciones y culturas) que se van dando cita en el escenario de la olla. Nuestra niña-Rajma empieza a vivir y a sentir la profundidad humana, donde convergen el amor, la pasión, la pérdida, la soledad. Latigazos que otorgan el comino explotando, la sensualidad de la cúrcuma, el ardiente deseo de la pasta roja de tomate, la mezcla de emociones del Garam Masala, que, a fin de cuentas, es una mezcolanza de especias. 

Viajamos a lo largo del cocinado a fuego lento, dejándonos maravillar por la cámara de Renoir, que nos traslada a la viveza de la India con un abanico de colores de ensueño. Nuestra receta trata de reproducir la variedad de cromatismo: el verde del cilantro asemejado a los bosques, el blanco del arroz rocoso, a modo de empedrado de mercadillo; el rojo vibrante del guiso que serpentea y cruza por el plato como el personaje del río Ganges...

Renoir nos hizo viajar y nos hizo cómplices de una historia humilde. Pero su gran virtud fue la de acercarnos a una cultura ajena y nos enseñó con toda la magia de su talento, un mundo colorista, casi sacado de un sueño. Su padre pintaba, él hacía cine... nosotros únicamente tratamos de usar su gran obra para ensalzar las cualidades de la cocina exótica y dejarnos llevar por el río de su maestría.

sábado, 22 de agosto de 2015

POLLO CHIFLADO CON SALSA DE NARANJA PICANTE

No puedes dejar pasar esta receta. Si eres amante de la cocina oriental y de los sabores intensos, este será uno de los platos fijos de tu recetario. Encontré la receta en el canal de Youtube de Seonkyoung Longest  y debo reconocer que me enamoré de inmediato. Ya asiduo de su canal, me puso a investigar para llevar a cabo yo esta pequeña perla asiática. El resultado es un espectacular y sencillo pollo aromático (chiflado a mis ojos) que despierta todos los sentidos. Insisto, tenéis que prepararlo, y los ingredientes son de fácil acceso en grandes superficies. Un 10 para esta receta. Pues venga, que hay hambre... ¡mandiles arriba! 

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INGREDIENTES (4 personas)
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1 pechuga de pollo entera
Cilantro fresco
Arroz basmati
Cebolleta
1 trocito de jengibre fresco
1-2 dientes de ajo
1 zanahoria

Para el marinado:
2 cdas de Salsa de Soja
2 cdas de vinagre de arroz
2 cdas de Maizena (Harina de maíz)
1 cda de Bicarbonato sódico
Pimienta negra molida

Para la salsa:
2 cdas de Salsa Hoisin
1 cda de Salsa Sriracha (Picante)
1 cda de azúcar
2 cdas de Salsa de Soja
1 naranja exprimida

 Tiempo: 20 minutos (+ 30 minutos de marinado)

Preparamos el marinado

Limpiamos bien las pechugas de pollo y las cortamos en tiras grandes. Las colocamos en un bol amplio, que ahora les llega lo bueno...

Añadimos al bol la salsa de soja, el vinagre de arroz, la Maizena (que dará al pollo una textura más crujiente), la pimienta negra molida y el bicarbonato sódico. Este último ingrediente es todo un hallazgo para mí y se lo debo a Seonkyoung Longest que nos ha rebelado esta técnica de la cocina oriental para darle un toque meloso al plato. De verdad que es una maravilla...





Mezclamos bien el pollo con el marinado y lo dejamos reposar (cuanto más tiempo mejor, pero en mi caso tenía prisa y lo dejé unos 30 minutos)

Preparamos la salsa

En un bol añadimos todos los ingredientes junto al zumo de naranja y removemos bien. NOTA: Aquí vuestro paladar y tolerancia al picante manda, yo soy muy dado a la "hot food" así que abusé un poco. Id midiendo las cantidades según dictamine vuestro criterio, como siempre.

Cocinando...

Ponemos un wok (o sartén) con un poco de aceite de oliva (o girasol) Picamos los dientes de ajo y el jengibre y los añadimos al fuego. Sofreímos 1 minuto a fuego medio-alto. Añadimos unas láminas de zanahoria y removemos bien (esto le dará un toque crocante al plato)

En ese momento añadimos el pollo con su marinada y salteamos bien para que se dore por todas sus caras y vaya cogiendo todos los aromas.





Cuando veamos que ya se ha sellado bien, incorporamos la salsa picante al wok y removemos con energía para mezclarlo todo. En este punto añadimos un poco de cebolleta picada (mejor si es la parte verde, bien lavada eso sí) y salteamos. 

Ya sólo queda emplatar esta delicia. En bols individuales colocamos un poco de arroz basmati cocido y vertemos el pollo bien cubierto de la salsa. Picamos cilantro fresco y espolvoreamos por encima para darle frescor y color al plato.

Una joya asiática en tu mesa. ¡Que aproveche, hitchcookian@s!