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viernes, 16 de octubre de 2020

Albóndigas de boniato y setas con salsa Marinara (Receta de temporada)

En estos lares estamos entrando cada vez más en el maravilloso mundo vegetal como modo de alimentación. Y aquí os traigo una prueba infalible de ello: unas albóndigas de boniato (o batata o camote) con setas, arroz, especias y una salsa Marinara casera de aplauso lento. 

Esto es un espectáculo, pero para creerme tendrás que preparar estas pequeñas joyas gastronómicas.

Estamos en temporada de boniatos (de octubre a marzo) y hay que darles una salida a la altura de su sabor. Este tubérculo cada vez está más extendido entre nuestras cocinas (bajo contenido calórico y aporta vitamina B y C, además de calcio o potasio) y ya no sólo en platos salados, se amolda a cualquier receta que tengas en mente. En mi caso ha sido "rehacer" las clásicas albóndigas con tomate en formato "vegeta". El resultado es esta maravilla que podéis contemplar. Puedes llamarle un trampantojo si quieres, yo lo llamo: recetón de otoño.


Pero ya sabéis que yo soy un mero inductor, un motor para animaros a probaros en los fogones y a que vuestra memoria y sapiencia culinaria explote como está mandado. Podéis usar calabaza (también de temporada), o mezclar ambas. Podéis cambiar algunas especias y añadir comino y canela al estilo magrebí, o darle un toque mexicano con chile y lima. O un toque hindú con Garam Masala y cúrcuma. Haced una salsa de yogur en vez de tomate o incluso calzaos un bocata de albóndigas con aguacate laminado y mayonesa de cilantro... Esto va de lo que va: que disfrutes cocinando. Ni más ni menos.

Y sin más rollos nos bajamos al barro, echamos vino en la copa de avituallamiento y... ¡mandiles arriba! 

Ingredientes

Para las albóndigas vegetales

  • Boniato (500 g)
  • 300 g de setas 
  • 100 g de arroz cocido
  • 1 cucharada de Ras El Hanout
  • 1 cucharadita de pimentón ahumado
  • 1 cucharadita de pimienta negra 
  • 1 cucharadita de comino molido
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cebolla o cebolleta 
  • Guindilla (opcional)
  • Harina de garbanzos (2-3 cucharadas), copos de avena o pan rallado.
  • Sal al gusto
  • Perejil y cilantro fresco picado
Para la Salsa Marinara 
  • 500 g de tomate entero (1 bote)
  • 2 cucharada de puré de tomate o tomate concentrado
  • 1 cebolleta y 2 dientes de ajo (o 2 chalotas)
  • Orégano y perejil
  • Albahaca fresca (si tienes)
  • Sal, pimenta negra y Aceite de oliva Virgen Extra
  • Un poco de agua o caldo de verduras 
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Tiempo: 1 hora + algo de reposo para asentar la mezcla
Comensales: 25-30 albóndigas
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Sugerencia de presentación en mesa.

Haciendo la mezcla

Lo primero de todo es cocinar nuestro boniato. Aquí ya se te abre el abanico de posibilidades: lo puedes asar durante 45 minutos a 180-200 grados (el tiempo dependerá del tamaño). Puedes cocerlo hasta que este tierno y luego saltearlo ligeramente para que coja aroma a tostado. O puedes hacerlo al vapor bien troceado. Ahí ya tendrás que tomar tú la decisión. Lo que se busca es que quede bien tierno.



Hecho esto echamos la carne del boniato en un bol amplio y lo trituramos con un tenedor. HITCHCONSEJO: Espera a que se enfríe un poco, no se trata de perder huellas dactilares porque sí. 

Por otro lado, pica finamente en brunoise (trocitos) la cebolla, el ajo y las setas. Calienta aceite en una sartén amplia y empieza a sofreír la cebolla con el ajo y una pizca de sal, para que sude. Al cabo de unos 5-6 minutos añade las setas picadas y sofríe todo bien, que quede perfectamente cocinado. 

Incorpora ese sofrito al boniato triturado. Añade el perejil y el cilantro picado y las especias. Te doy unas medidas orientativas, guíate por tu olfato y paladar para añadir más o menos según tu gusto. Salpimenta. IMPORTANTE: Ve probando cada vez para dar con tu toque maestro.


En ese punto añadimos el arroz blanco cocido (muy bien cocido, incluso un poquito pasado) y mezcla todo muy bien. Añade la harina o los copos de avena o el pan rallado para "aglutinar" la mezcla. Nos debe quedar algo blandita pero manejable. 

Tapa con papel film el bol y guarda en la nevera unas 2 horas. 

La salsa Marinara

Pica los ajos y la cebolla muy finamente. Y sofríe en una sartén con buen aceite de Oliva Virgen Extra hasta que estén transparentes (que no se quemen, ojo).

Incorpora el tomate concentrado y salpimenta. Ahora vuelca el bote de tomate entero, añade orégano y perejil y la albahaca fresca. HITCHCONSEJO: La albahaca fresca JAMÁS se pica a cuchillo, se queda el aroma bueno en el filo. Mejor siempre con las manitas. 


Remueve todo bien, añade un pelín de agua (cuando lo veas necesario para que no se quede una salsa muy compacta) y cocina unos 20 minutos con la sartén tapada y otros 20 destapada. Más o menos. Tú no te vayas muy lejos, por si acaso.

Yo no trituro la salsa, me gusta el toque rústico, encontrarme la cebolla y el ajo... 

Las albóndigas

Pasado el tiempo de reposo en frío, sacamos la mezcla y precalentamos el horno a 180-200 grados. Sí, vamos a hacer las albóndigas al horno, quedan de lujo. 

Forra una bandeja con papel sulfurado y echa un poco de aceite de oliva para evitar que se peguen en el proceso de horneado. Ve formando las albóndigas con las manos (ligeramente impregnadas de aceite) del tamaño que te plazcan, pero procura que tengan todas el mismo grosor. 


Las dispones en la bandeja. HITCHCONSEJO: Puedes congelar en este punto las que quieras. 

Hornea las albóndigas unos 40-45 minutos. No hace falta girarlas. 

Vuelca las albóndigas en la sartén de la salsa Marinara y remueve con cuidado para que se vayan mezclando y cogiendo el aroma de la salsa. Termina picando un poco de perejil fresco y se lo espolvoreas por encima al conjunto final.

¡Que aproveche, hitchcookian@s!

lunes, 11 de julio de 2016

PEZ ESPADA A LA CORDOBESA (Un amor por revelar)

Hoy os traigo una receta de lo más sencilla y deliciosa. Muchas veces (más de las que nos creemos), lo simple es el acierto. Y aquí tenéis una prueba de ello. Un pez espada dará buena cuenta de este plato aderezado con una salsa de tomate y cebolleta (adquiridos de mi frutería predilecta Tropicana) y coronada con ajo y perejil frito. 

Esta receta tiene muchos elementos positivos: es muy rápida de preparar, tiene una buena carga de nutrientes (el pescado contiene grasa Omega 3 y el tomate aporta muchas vitaminas y minerales), no hay que enloquecer con los ingredientes y es una idea estupenda para lo más pequeños de la casa al tratarse de un pescado sin espinas. Eso sí, es fundamental hacerse con un buen aceite de oliva Virgen Extra para garantizarnos un éxito en boca. Nuestro oro líquido marcará la diferencia.

Para la ocasión rindo un homenaje cine-culinario a mi buen amigo José Manuel Montes y su cortometraje "Un amor por revelar". Le debía este plato, ya que tuve la oportunidad de colaborar en la producción de su pequeña gran obra. Su viaje a las entrañas de Córdoba me ha sugerido esta receta, y misión cumplida. Sin más, os dejo con este maravilloso plato. ¡Mandiles arriba!

Pez espada a la cordobesa

Ingredientes (2 personas)

  • 2 filetes de pez espada 
  • 2 tomates 
  • 1 cebolleta mediana 
  • 2 dientes de ajo
  • Perejil fresco
  • Sal, Pimienta negra y Aceite de Oliva Virgen Extra
Tiempo

  • 20 minutos



Ponemos una sartén al fuego con un poco de aceite de oliva. Rehogamos la cebolleta picada en brunoise (finamente) y el tomate picado. Dejamos unos minutos para que se vayan ablandando y cogiendo sabor. Ponemos a punto de sal y les damos libertad para que vayan cocinándose sin prisa.

Picamos los dientes de ajo y el perejil. En otra sartén con otro chorrito de aceite de oliva, freímos el ajo y el perejil hasta que cojan color pero sin llegar a quemarse.

Por último salpimentamos los filetes de pez espada por ambas caras y calentamos una plancha con un poco de aceite. Los cocinamos por los dos lados a fuego vivo. NOTA: Mejor que sean filetes "gorditos", ya que si son muy finos pueden quedarnos demasiado secos. Y no debemos pasarnos en su cocción, así que vigilantes como halcones en la plancha.

Para emplatar disponemos el pescado en el centro del plato, trazamos una línea gruesa con el tomate y la cebolleta pochada y por encima la picada frita de ajo y perejil y su aceite. Opcionalmente podemos rallar algo de corteza de limón o naranja. 

Y no hay más. Tan sencillo y delicioso como parece. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

Cortometraje ideal para degustar esta película 
UN AMOR POR REVELAR
(José Manuel Montes, 2015)


Trailer Oficial "Un amor por revelar"

Tenía esta deuda pendiente. Y las deudas se pagan o se cocinan. The Hitchcock: cocinando a cine lento tuvo el placer de participar como "mecenas" en la producción de este cortometraje diseñado en su integridad por José Manuel Montes, así que no podía por menos que rendirle un culinario homenaje a esta pequeña pieza romántica y mágica llamada "Un amor por revelar".

La historia - como todas las grandes historias - parte de una historia de amor imposible de primeras, y que poco a poco, va mutando en un encuentro ineludible. Las calles de la Córdoba nocturna, los callejones, las esquinas,  los épicos puentes o los rincones secretos, son testigos (tal vez cómplices) de ese paseo de la pareja protagonista: Mickey, un apocado joven con un defecto en un ojo - que le hace ver la mitad de la realidad en negativo - y Cate, una turista inglesa de vacaciones -. Un viaje de conocimiento y descubrimiento. Conocimiento por cómo indagan en las vidas de cada uno a lo largo de la madrugada cordobesa y de descubrimiento para ella, casi como una ruta turística privada a través de los misterios y memorias de la ciudad.

Ese amor que surge por su conexión cinematográfica inicial, va cobrando forma, levantándose como un emblemático monumento, a cada paso que dan, a cada copa que comparten, a cada confidencia que se hacen. A la memoria nos vienen obras como "Antes del amanecer", "La gran belleza" "Breve encuentro" y hasta reminiscencias woodyallenescas por sus pinceladas mágicas. 

En este cortometraje nos vamos a topar con un fragmento en las vidas de dos seres solitarios, que entrelazan sus destinos (sin saber qué será de ellos más allá de la noche compartida) para encontrar un poco de calor humano, de compañía, un hombro amigo sobre el que descansar las penas y las ilusiones. Y mientras tanto, la ciudad observa silenciosa el devenir de su romance.

Nuestra receta evoca a Córdoba, tercer personaje principal de "Un amor por revelar". En sus entrañas se aglutina todo el deambular de esta pareja noctámbula. Tomemos el pescado como el mapa de la ciudad, que sirve como escenario o laberinto. En su alfombra (o carne) se trazan caminos marcados a fuego en la plancha que nos catapultan a esos pasadizos y callejuelas que serpentean por la localidad. La irregularidad del propio pez espada también nos hace pensar en esos caminos de adoquinado agreste, abombado, por cuyos rostros han pasado millones de suelas. Y su color tostado, brillante, como lo es el suelo a la luz tenue de las farolas.

Mickey y Cate comienzan su aventura por separado, como la cebolleta y el tomate. Cada uno por su lado hasta que un encuentro forzado les hace intercambiar las primeras palabras. Él, dulce como la cebolleta, sin un sabor demasiado fuerte, tierno en su forma de hablar y de mostrar sus sentimientos. Ella representa la fantasía, la tentación, el rojo pasión del tomate. En los compases iniciales ambos se nos presentan esquivos, algo nerviosos, marcando las distancias... Pero cuando toman la decisión de vagar por la inmensidad de la noche (o a lanzarse al vacío de la sartén) la tensión va desapareciendo, dejando hueco a la unidad. Un pochado a fuego lento que va mezclándoles, en sabor y en emociones.

El ajo y el perejil nos otorgan ese punto de secretismo, de oscurantismo, que sobre todo invade a Mickey y su coqueteo con sustancias que le hagan sobreponerse al fallecimiento de su madre. Un lado oculto que trata de mantener lejos de Cate, sin saber que ella es final y realmente la droga que necesita para salir a flote y ver la realidad en su entera composición.

Al final, Mickey obtiene un mundo en color. Nada "negativo" se encuentra ya en su visión. Y explota el amanecer sobre Córdoba y su Mezquita, llenando la pantalla de una paleta de colores infinita. Nuestro plato florido, así como la flor decorativa, se asemejan a las macetas que bailan en los balcones. Y la salsa de tomate y cebolleta cruza el Guadalquivir (el pez espada como elemento marítimo o al menos, acuático) como lo hace el Puente Romano. 

"Un amor por revelar" es una estupenda comedia romántica, o un romance de trazos cómicos, que se sirve de unos decorados naturales estupendamente fotografiados y plasmados. Pocas veces se habrá indagado en la noche cordobesa como lo hace José Manuel Montes. Y el resultado final es un óleo lleno de texturas, matices, sabores y olores perfectamente trazado. Y todo, como nuestra receta, sin prisa, disfrutando de cada paso, deteniéndonos a respirar el aliento de una ciudad única...

jueves, 24 de marzo de 2016

STEAK TARTAR SIN STEAK (El precio del poder)


STEAK TARTAR SIN STEAK

Hoy toca un remake en toda regla al gran chef Gonzalo D'Ambrosio. Con motivo del concurso "Fácil y resultón" de Canal Cocina, me he lanzado a la odisea de homenajear uno de sus platos que captó mi atención desde el primer momento. Se trata de un "falso steak tartar" que sustituye la carne por tomate. La idea, ya de por sí, me pareció estimulante. Y el resultado aún más. 

Un trampantojo de lo más original y sano para sorprender a todo tipo de paladares. Yo le he incluido algunos "personajes secundarios" como las alcaparras o el crujiente de Parmesano - que nos servirá además a modo de tosta - para darle ese toque personal. Pero lo que resulta indudable es que la obra original es una delicia y que sin duda repetiré en más de una ocasión. Y ya que se trata de un "remake" le he pedido a Brian de Palma que me preste su maravillosa y poderosa obra "El precio del poder" para la comparación cine-culinaria. Todo un festival de emociones se aglutinan en este plato. Así que ya sabéis... ¡Mandiles arriba! 

STEAK TARTAR SIN STEAK

Ingredientes (4 personas)

  • 8 tomates maduros
  • 1 cebolla morada
  • 1 puñado de alcaparras
  • 20 pepinillos pequeños 
  • 4 yemas de huevo (codorniz o gallina)
  • 1 cda de Salsa Inglesa (Salsa Perrins)
  • 1 cda de Mostaza de Dijon
  • 1 cda de Salsa de Soja (baja en sal)
  • 1 limón
  • 1 golpe de Tabasco
  • Sal en escamas y pimienta negra molida
  • Canónigos o Rúcula
  • Queso Parmesano para el crujiente
Tiempo
  • 15 minutos
Película comparada (Tras receta)
  • "El precio del poder" (Brian de Palma, 1983)

Rallamos los tomates de forma gruesa (tiene que notar su textura, no quedar demasiado una masa demasiado pastosa). Colocamos un colador sobre un bol y procedemos, de esa manera conseguiremos ir eliminando la mayor cantidad de líquido posible. Aplastadlo con cuidado para que "sude".


En un bol amplio vertemos el tomate y añadimos la cebolla morada muy picadita, los pepinillos también picados y las alcaparras. 

Momento de "aliñar". Incorporamos la mostaza de Dijon, la salsa de soja, la salsa Perrins, la pimienta negra molida, el golpe de tabasco - opcional, pero le sienta de lujo - y el zumo del limón. Mezclamos todo bien para integrar sabores y aromas. Probamos y rectificamos si hiciera falta.


Dejamos reposar mientras preparamos el crujiente de Parmesano. Aquí podemos usar varias técnicas: en el horno, en la sartén o en el microondas. Ésta última es la que utilicé, ya que es más rápida y sobre todo, me permite controlar los tiempos para que no se queme. 

En un plato extendemos un poco de papel de horno y rallamos sobre él queso Parmesano. Lo introducimos en el microondas a máxima potencia (800 w en mi caso) y lo cocinamos 30-40 segundos. Si vemos que necesita más, darle unos segundos adicionales. Dejamos enfriar y que se endurezca a temperatura ambiente.

Emplatado

STEAK TARTAR SIN STEAK

Disponemos un molde redondo en un plato hondo y vertemos el "tartar" para que coja la forma. Hacemos una leve hendidura en la cima y colocamos la yema de huevo. Añadimos sal en escamas y decoramos con el crujiente de Parmesano y unas hojas de canónigo.

Todo un trampantojo sano y delicioso para sorprender a tus comensales de la mano del chef Gonzalo D'Ambrosio. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 


Película ideal para degustar este plato
SCARFACE
("El precio del poder" de Brian de Palma, 1983)

El género de los "remakes" se ha ido extendiendo de manera preocupante en los últimos tiempos del celuloide. Hoy en día podemos presenciar la falta de imaginación en algunos sellos, que, lejos de crear nuevos contenidos, se dedican a fusilar antiguos éxitos dotándoles de supuesta modernidad y efectismo. 

Es duro ver cómo se desvanece el viejo espíritu y nos apabullan con tecnicismos, menospreciando de esa forma la belleza artesana de antaño. Pero hubo un tiempo en el que los "remakes" se tomaban en serio. Cogían la obra original y la adaptaban a un nuevo entorno manteniendo viva la historia y la personalidad que una vez tuvieron. Es el caso de "El precio del poder", una revisión descomunal, violenta y atroz del clásico de Howard Hawks "Scarface" (aquí cine-receta). Todo funciona en esta película y, lo mejor de todo, late en todo momento el reflejo del pasado.

En 1983, Brian de Palma - que ya había consagrado su estilo en la prolífica década de los 70 con obras como "El fantasma del paraíso", "Fascinación" o "Carrie" - se alió con un emergente guionista llamado Oliver Stone - quién ya había firmado los guiones de "El expreso de medianoche" o "Conan, el bárbaro" - para revisitar el clásico de Hawks los años 30 y trasladarlo al Miami de los años 80. No se trataba de copiar, se trataba de moldear los tintes clásicos a un entorno moderno, colorido, vistoso, y recorrer "el sueño americano" a través de los ojos cansados de un Al Pacino todopoderoso en la piel de Tony Montana. 

La historia de "El precio del poder" - que transita por los mismos puntos clave a la hora de la narración y los conflictos que la clásica - se enclava en la llegada de un emigrante cubano a tierras americanas. Sus ansias por convertirse en un importante gángster y por dominar el mundo desde su trono, le harán inmiscuirse en un universo plagado de violencia, crímenes, droga, narcotráfico, sexo y crueldad en su máximo y desmedido esplendor. 

Pacino - que desarrolla así una de sus más demoledoras interpretaciones de toda su irregular carrera - dota a su Tony Montana de una expresividad y, al mismo tiempo, de una frialdad pocas veces vista en pantalla. Somos testigos y cómplices de su alzamiento, de su caminar hacia la cima, de su ristra de muertes, de su implacable violencia  y de su final. Un epílogo grandilocuente, donde el antihéroe, atiborrado de cocaína hasta las cejas, se bate en duelo contra un ejército en las entrañas de su fastuosa mansión - símbolo de la riqueza obtenida - y es devorado preso de una lluvia de balas. Un monstruo derrotado. Un animal imperfecto que acabó siendo humano...

Nuestra receta comienza su comparación siendo un remake culinario. En este caso cogemos el original rodado por el chef Gonzalo D'Ambrosio y lo adaptamos a nuestro estilo. Seguimos los pasos narrativos y mantenemos a (casi) todos los protagonistas. Llamadlo homenaje, llamadlo reconstrucción, llamado nueva versión, nosotros haremos como De Palma y Stone con la obra de Hawks y Hetch: poner nuestra pincelada a una pieza maestra.

El entorno en el que se ubica la historia de Montana (el gran protagonista) es el Miami de los 80. Es decir, un paraje de excesos, de colores vivos, de playas bañadas por el océano, de personajes pintorescos, de vestimentas imposibles. Nuestro "falso tartar" despliega su abanico de colores en clara conexión con la película: el rojo del tomate, el naranja de la yema, el verde canónigo, el amarillo tostado del queso, el morado de la cebolla... El ropaje de Montana, los horteras interiores o los chirriantes decorados son elementos que se reflejan en la paleta cromática del plato.

Ahora bien, no debemos omitir uno de los emblemas clave de la película: la violencia. Se dice que Stone pasó meses inmiscuido en una organización de narcotráfico de Sudamérica para dotar de absoluta verosimilitud a su historia "prestada". Y no sería de extrañar, puesto que la virulencia y la absoluta crudeza humana que respira cada fotograma nos deja el estómago del revés. En nuestra receta lo vemos plasmado con el rojo sanguinolento del tomate dominando todo el plato blanco (que bien podría asemejarse a una montaña de cocaína) Montana es la historia  del "rise and fall" (ascenso y caída) y del trayecto alocado. Hay asesinatos a sangre fría, hay traiciones, hay torturas, hay duelos, hay hasta una guerra abierta, que demuestran el espíritu altamente sanguinario de la película. Y luego la yema de huevo termina por ser la metáfora de Montana, en la cima del mundo, a sus pies un legado de muerte y destrucción. Pero es tan frágil al final, tan humano, que acabará por resquebrajarse y fundirse entre el pepinillo, las alcaparras, la cebolla, la mostaza... 

"El precio el poder" es una de las más grandes piezas de gángsters - al menos - y todo un puñetazo al espectador, que es vapuleado sin cuartel durante la andadura criminal de un Pacino en estado de gracia. Nuestra receta ha tratado de asemejarse al alma de la película, con sus coloridos latinos, su potencia en cuestión de sabores, su voracidad en el tomate, su amalgama de personajes arremolinados en un molde redondo y compartiendo sueños y pesadillas. 

Esto es un señor remake, tal vez el más contundente de todos. Los demás sí que son un trampantojo cinematográfico: no son lo que parecen. Hora de volvernos Tony Montana y acribillar a todo aquel que cuestione nuestro plato. 


martes, 8 de septiembre de 2015

CHULETÓN DE TOMATE (Remake de Tasca Celso&Manolo)

Hoy nos ponemos en modo homenaje o remake. Tras descubrir este fabuloso plato de la Tasca Celso y Manolo, bueno, más bien me lo descubrió mi amiguete Valentín, supe que tenía que reproducirlo (a mi modo) en mi cocina. El "Chuletón de tomate" es una receta de lo más sorprendente y vistosa, sana y aromática, que conjuga unos ingredientes-personajes de primera categoría y los expone en un maravilloso escenario-tomate. Tendréis que rebuscar en las mejores fruterías para haceros con el botín: un magnífico tomate rosa de Huesca que, claramente, marca la diferencia porque sabe a tomate-tomate. Luego ya vienen las estrellas invitadas (papaya, mango, aguacate...) que redondean este peliculón culinario. Vamos a ponernos creativos, que hoy se cena chuletón... ¡Mandiles arriba!

INGREDIENTES (2 chuletones)
1 tomate rosa de Huesca, 1 aguacate, 1/2 pepino, 1 trozo de papaya, 2 mangos pequeños,
Tomatitos cherry, 1 cebolla roja, Pipas peladas, Aceite de oliva, Zumo de 1 lima, Cilantro fresco
Sal gorda

Tiempo: 10 minutos

Según he visto lo más importante para el montaje de este plato, es dejarnos preparada toda la materia prima. Así que vamos a ello...

Vamos primero con el aceite de cilantro, que es rápido y nos quitamos una cosa de en medio. Cogemos las hojas de cilantro fresco (desechando los tallos) y les damos un remojón en agua fría. Los secamos con cuidado con un paño y picamos las hojas finamente.

En un bol añadimos el cilantro y añadimos un buen aceite de oliva. Salamos ligeramente, añadimos el zumo de una lima y emulsionamos durante 1 minuto para que se integren todos los aromas. NOTA: Si te sobra, guárdalo en un tarro de cristal para futuras elaboraciones o en un biberón de cocina. Les dará a tus ensaladas un toque de lo más original. 

Pelamos la cebolla roja, la partimos por la mitad y la cortamos en juliana.

Pelamos el mango y la papaya y la cortamos en cuadraditos gordos.

Cortamos por la mitad el pepino (previamente lavado) y lo cortamos en "medias lunas".

Lavamos y cortamos por la mitad los tomatitos cherry. (Si son de colores variados mejor, le dará más color a este paisaje)

Pelamos el aguacate y le sacamos la carne con cuidado de no romperlo. Lo troceamos en juliana.  NOTA: Podemos añadir un poco de zumo de lima o limón para evitar que se oxide.


Lavamos y cortamos la base al tomate rosa. Con un cuchillo bien afilado sacamos dos "chuletones" o "rodajas". Que sean de unos 2 cms de grosor. Colocamos cada "chuletón" en un plato y lo salamos ligeramente con sal gordita.


Montaje. Aquí se trata de ser creativos visualmente...

Colocamos en el centro del tomate unos trozos de papaya y mango. En los laterales disponemos unas lonchas de pepino y de aguacate y termianmos con la cebolla roja "incrustada" entre la fruta y los tomatitos cherry. Poned todo según os dicte el ojo, que sea atractivo...

Espolvoreamos unas pipas peladas por encima y una pizca más de sal. Terminamos regando bien toda la creación con nuestro aceite de cilantro y decoramos con unas hojas frescas de cilantro.

¡Que aproveche, hitchcookian@s! ¡No olvidéis comentar la película...! 

jueves, 6 de agosto de 2015

MILHOJAS DE PATATA, TOMATE Y HUEVO CON VINAGRETA DE ACEITUNAS (Receta de aprovechamiento)

Receta de aprovechamiento en toda regla para una cena a cámara rápida de altura. ¿Qué hacer cuando te sobra una patata cocida, un tomate grande y un huevo? Pues echarle imaginación... y fabricar una ensalada original en un momento. Hay ciertas ocasiones en las que te pasas preparando comida y siempre queda algún ingrediente pululando por la cocina, sin destino, sin meta, asolado... Ese fue mi caso, y había que darle una misión digna. El resultado, improvisado 100%, fue una original "milhojas" aderezada con una sencilla y refrescante vinagreta de aceitunas verdes (casi un "tapenade"). Hagamos que esos ingredientes "desterrados" cobren protagonismo una última vez. ¡Mandiles arriba! 

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INGREDIENTES (2 personas)
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1 patata grande cocida
1 huevo cocido
1 tomate grande
1 paquete de aceitunas sin hueso
1 diente de ajo picado
1 cdita de tomillo
1 cdita de romero
1 chorrito de vinagre de vino
Sal y Aceite de Oliva Virgen Extra


Tiempo: 5 minutos (o 20 minutos si debes cocer los ingredientes)

La gracia de esta receta está en sacar el máximo partido a elementos desechados o sobrantes. Y darle una vuelta a la presentación para que luzcan en escena. O sea, en el plato.

Ingredientes cocidos. 

En mi caso ya tenía una patata cocida de una ensaladilla. Pero si queréis cocerla, no es más que ponerla en agua fría con una pizca de sal, llevar a ebullición y bajar el fuego. NOTA: Las patatas deben cocer a fuego moderado, un leve burbujeo, para que no se rompan ni se deshagan. Dependiendo del tamaño estarán más o menos tiempo, para asegurarnos pincharemos con un cuchillo en la carne y calibraremos la textura deseada.

Lo mismo sucede con el huevo cocido. 10 minutos en agua hirviendo con un poco de sal. Sacamos, refrescamos y pelamos. 

Lavamos el tomate y lo cortamos en rodajas grandes. Como de 1-2 cm de grosor.

Vamos alternando los ingredientes para crear la "milhojas" de huevo, tomate y patata. 

Vinagreta de aceitunas. 

Es una especie de "tapenade" (paté de olivas) aunque yo lo preparé de una forma algo más tosca, ya que no era para untar en pan sino para aliñar una ensalada. En una picadora colocamos las aceitunas verdes sin hueso, añadimos un poco de romero, de tomillo, un diente de ajo y una pizca de sal. Trituramos parcialmente, dejando ver trocitos de aceitunas. 

Añadimos un buen aceite de Oliva Virgen Extra, un chorrito de vinagre y removemos bien. Probamos el punto de sal y regamos la "milhojas" con la vinagreta. 

Decoramos con unas hojas de rúcula y listo. Hemos conseguido darle un papel protagonista a unos ingredientes-actores cuyo teléfono había dejado de sonar hace mucho tiempo. Qué gusto da hacer recetas de aprovechamiento y no tirar nada. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 



lunes, 27 de julio de 2015

DORADA EN SARTÉN CON AJITOS Y TOMATE (La mujer pirata)

Volvemos a los fogones con energías recuperadas e ideas en la sesera. Para la reentrada en la órbita culinaria vamos a preparar una fantástica dorada (aunque podría servirnos una lubina perfectamente) con una salsita de lo más sencilla y sabrosa. Elementos frescos y que combinan a la perfección para secundar a esta actriz del mar en un peliculón que se rueda en poco tiempo y que se devora en menos aún. Tiempos marítimos, tiempos de cocinar. ¡Mandiles arriba!

DORADA EN SARTÉN CON AJITOS Y TOMATE
INGREDIENTES (2 personas)
2 doradas limpias
8-10 tomatitos cherry
3-4 dientes de ajo
Perejil fresco
Cayena (opcional)
1/2 vaso de agua
Sal, pimienta y Aceite de Oliva
Pan tostado (para acompañar)

Tiempo: 15 minutos

Película comparada: "La mujer pirata" (Tras receta)

Lo fundamental, en la mayoría de casos, es la materia prima. Así que vamos a hacernos con los servicios de un simpático pescadero y que nos seleccione dos buenas piezas. Que nos las limpie bien y que nos deje a nosotros la parte creativa.

Ingredientes preparados para la creación...
Nos metemos en faena. Colocamos una sartén al fuego con un poco de aceite de oliva. A fuego medio-alto. Depositamos con cuidado las dos doradas y dejamos que se tuesten ligeramente. Salpimentamos al gusto... 


Añadimos los ajos troceados (en trozos grandes) y dejamos que se cocinen. NOTA: En este punto podemos añadir una cayena o chili picado. Damos la vuelta al pescado e incorporamos los tomatitos cherry partidos por la mitad y el perejil fresco.


Vertemos medio vaso de agua y tapamos la sartén. Dejamos cocer todo el conjunto unos 5 minutos, hasta que el pescado se haga bien y la salsa espese. NOTA: Podéis introducir un cuchillo en la carne del pescado para ver si está al punto una vez pasado el tiempo de cocinado.

En el tiempo que lleve hacerse el pescado lo aprovechamos para tostar en una sartén unas rebanadas de pan (chapata pequeña en mi caso) con un poquito de aceite de oliva Virgen Extra.

Ya sólo nos queda emplatar esta joya marítima. Servimos la pieza de pescado en un plato grande, rociamos con la salsa y acompañamos con el pan tostado. ¡Que aproveche, hitchcookian@s!


Película ideal para degustar este plato
LA MUJER PIRATA
("Anne of the Indies" de Jacques Tourneur, 1951)

Puede que muchos/as no os hayáis dejado caer por esta superproducción épica. En esta chifladura cine-culinaria intento no sólo servir buenas recetas en la mesa sino también sembrar la curiosidad cinéfila por grandes obras del séptimo arte. De esa forma surgen piezas tan poderosas como desconocidas para el gran público a las que hay que prestar atención y no dejarlas escapar.

Como en esta ocasión la cosa huele a mar y su protagonista absoluta es una mujer, mi mente alocada ha encontrado en "La mujer pirata" el espejo ideal para la comparación.

Película de aventuras en toda regla. Una epopeya pirata que conjuga los grandes elementos del género: drama, acción y romance. "La mujer pirata" es un entretenimiento puro, contundente y original, intensa y emocionante. Tiene todos los ingredientes para atarnos al palo mayor y dejarnos atónitos con un espectáculo cinematográfico de una altura inusitada.

No es de extrañar que englobe tantos elogios, puesto que tras la cámara se encuentra el genial Jacques Tourneur. Un artesano francés afincando en Hollywood, que sacó a la luz piezas de renombre como "Regreso al pasado", "Yo anduve con un zombie", "La mujer pantera" o la maravillosa obra que veía una y otra vez en mi infancia "El halcón y la flecha". En esta incursión en el cine de aventuras, se lanza por primera vez al color, y tiñe la pantalla de una maravillosa paleta que no hace otra cosa sino engrandecer la historia y vestirla de un toque onírico magnífico. No hay más que fijarse en los cielos, en el color del océano...

Su cámara se muestra certera y directa a la hora de narrar la acción y las andanzas de Anne (Jean Peters). Una bucanera, cuyo padre adoptivo Barbanegra, le ha educado entre la calaña marinera. Lejos de mostrarnos una heroína a la usanza, Tourneur plasma una figura femenina llena de crudeza, de tosquedad y ansias de venganza. Su odio hacia los ingleses por matar a su hermano, será el motor de revancha que moverá a esta inusitada protagonista por los mares más violentos.

Nuestra receta tiene como elemento fundamental la dorada, que aquí nos hace las veces de "mujer pirata". Y su protagonismo en el plato es total. Sobre sus espaldas (o espina dorsal) se sustenta todo el desarrollo de la historia-receta y su presencia en todo el proceso es absoluta. Desde la preparación, el cocinado y la presentación. En ningún momento sale de escena, como Anne.

Su apariencia inicial no da grandes muestras de sus verdaderas intenciones. Sólo a medida que la venganza se va haciendo más latente y su rabia crece a fuerza de introducir elementos: la traición amorosa, la muerte del hermano... que en nuestra alocada mente se simbolizan como el ajo, el tomate, el perejil. Ingredientes vitales que van bañando a la protagonista, impregnándola de motivaciones y de deseos por acabar con el enemigo común.

La cocción lenta de los jugos que suelta el propio mar (o el pescado) van hirviendo la sangre en sus venas, hasta que finalmente se ve preparada realmente para llevar a cabo su cruel cometido. Un cocinado vital, que nos conduce a bordo de un barco de bucaneros, a lo largo de un viaje existencial, sensual, romántico, emocionante, despiadado...

La "dorada pirata" concluye su odisea en el plato y su imagen final nos evoca la dureza del personaje en ese pan tostado y a ese planteamiento colorista de Tourneur. El azul del plato oceánico, el rojo del tomate sangriento, el verde del perejil, la salsa marítima y el pescado listo para la última batalla. Una obra por descubrir. Una receta por preparar. Os llegó el momento, piratas...

jueves, 18 de junio de 2015

INSALATA CAPRESE

Ingredientes (2 personas)

2 tomates rojos y grandecitos
2 Bolas de Mozzarellas
Albahaca fresca (de hoja grande)
Aceite de oliva Virgen Extra
Sal y unas gotas de Vinagre Balsámico

Tiempo: 5 minutos

Lavamos los tomates bien y los cortamos en rodajas no muy gruesas. Que queden enteras y dignas para salir a escena.


Sacamos unas láminas de la mozzarella (cuanto mejor sea su calidad, mejor será el plato)


Lavamos las hojas de albahaca y las secamos.

Y ya está... Bueno, sólo queda buscar la pose perfecta para nuestra estrella. Yo he optado por hacer una pequeña torre. En este orden: tomate, una pizca de sal, mozzarrella y albahaca. Así hasta conseguir una altura chula pero no excesiva. Se trata que quede bonita a la vista pero sea cómoda de comer... que de eso se trata esto de la cocina al fin y al cabo.

Rociamos con un buen chorro de Aceite de oliva virgen Extra y echamos unas gotas de vinagre balsámico.

Presentamos nuestra ensalada y devoramos. Más rápido, difícil... ¡Que aproveche, hitchcookianos!

martes, 29 de julio de 2014

ENSALADA DE TOMATE Y ATÚN CON VINAGRETA DE LIMÓN (Cena#48)

Seguimos la tendencia natural del calor (aunque hoy ha dado una escasísima tregua) para apaciguar nuestros estómagos con ideas y propuestas sanas y refrescantes. Entra en plató una ensalada maravillosa que requiere muy poco tiempo y esfuerzo, como siempre hacemos en nuestras cenas a cámara rápida. Este plato está basado en hechos reales (del Cocinero Fiel, para más señas) esta receta basa todo su guión en unos buenos tomates (los míos de Candeleda, recién recogidos) y a partir de ahí he hecho mi propia versión añadiendo un personaje inesperado como el Parmesano. La película acaba siendo una fusión altamente fresca con la vinagreta de limón y los toques de cilantro. Poco más que añadir, únicamente... ¡Mandiles arriba!

ENSALADA DE TOMATE Y ATÚN CON VINAGRETA DE LIMÓN
INGREDIENTES (2 personas)
3 tomates buenos buenos
2 latas de atún al natural
1 cebolleta
Alcaparras
1 limón y su ralladura
Cilantro fresco
Unas lascas de Parmesano
Sal, pimienta y Aceite de Oliva Virgen Extra

Tiempo: 5 minutos

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1. Lo primero es escaldar nuestros tomates en un cazo con agua hirviendo. Les hacemos unos cortes en cruz en la base y los metemos en el agua unos 20 segundos (dependerán del tamaño) Enseguida los sacamos a un bol con agua con hielo (o agua muy fría) para así cortarles la cocción.

2. Escurrimos y desmenuzamos el atún, escurrimos las alcaparras y cortamos en juliana (tiras) la cebolleta. Colocamos en una ensaladera el tomate y el resto de los ingredientes. Así, en bonito. 

3. Rallamos por encima la cáscara del limón sin llegar en ningún momento a la parte blanca, que amarga y nos interesa muy poco. 

4. Salpimentamos al gusto, añadimos el mismo limón exprimido y un buen chorro de nuestro mejor aceite de Oliva.

5. Con ayuda de una mandolina o de un rallador vamos sacando lascas del trozo de queso Parmesano y las disponemos alrededor. 

6. Picamos bastante cilantro (o perejil) y lo espolvoreamos por encima de la ensalada.

7. Dejamos que el verano entre en nosotros en cada bocado. ¡Que aproveche, hitchcookianos!

NOTA: Podéis añadir a esta ensalada los ingredientes que más os gusten: pepinillos, maiz dulce, algo de fruto seco... No hay límites.