Mostrando entradas con la etiqueta patatas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta patatas. Mostrar todas las entradas

sábado, 23 de mayo de 2020

PATATAS CHIPS CASERAS


Llegará un día en que las patatas chips (las de bolsa) ya no serán un misterio para ti y te lanzarás a preparar tus propias creaciones. Hoy es ese día. Desde este momento tus habilidades culinarias van a gestar uno de los aperitivos más comunes, efectivos, sabrosos y crujientes del planeta. Y encima controlando los productos, los aderezos, los aceites y la sal. 

Deja volar tu imaginación porque las patatas chips aceptan cualquier locura de mezcla que se te ocurra. Dales un toque marroquí con comino, o mejicano con un poco de chile en polvo. Vete a la India con unos chispazos de curry o cúrcuma. A Italia con orégano y albahaca. O ponte mediterráneo con un pellizco de ajo o pimentón. No hay límite. Sólo hay que echarle ganas, mimar tu producto y te aseguro que tendrás unas patatas chips de locura. 

Te dejo aquí mi versión para inspirarte. ¡Mandiles arriba! 


Ingredientes

  • 300-400 g de patatas 
  • Aceite de oliva Virgen Extra 
  • Sal y pimienta
  • Aderezos al gusto: pimentón, orégano, pimienta blanca, tomillo, guindilla, ajo, vinagre...

Elaboración

Pelamos las patatas y las lavamos a conciencia. Luego las secamos, con más conciencia aunque si cabe. Es importante el secado de la patata para conseguir textura después.

Con ayuda de una mandolina (o tirando de precisión quirúrgica con cuchillo muy afilado) vamos sacando láminas muy finas, casi que se puedan ver a través de ellas.   

Volvemos a secarlas bien extendiéndolas sobre un trapo de cocina o con papel. 



Calentamos una buena cantidad de aceite de oliva Virgen Extra en una sartén honda. Vamos a ir echando una a una las láminas en la sartén. Buen momento para ponerte un vino o una caña e ir disfrutando del momento. 

NOTA: Puedes usar el aceite que tengas o quieras, pero recomiendo efusivamente el Virgen Extra. Catapulta el sabor a otra dimensión. O incluso podrías aromatizarlo con alguna hierba fresca (romero, tomillo, laurel...) o unos dientes de ajo... Ideas-ideas-ideas.


ATENCIÓN: No las atiborres, incluso ellas necesitan distancia de seguridad. Deja que estén holgadas en el baño de aceite y ve friendo por tandas. Y removiendo ligeramente con la espumadera. 

FRITURA: A fuego medio alto, tienen que freírse no confitarse ni carbonizarse. Así que borboteen con cierta mesura. Que cojan un poco de color y las sacas a un colador o a papel absorbente para que vayan soltando el exceso de grasa. Vete friendo hasta acabar con todas las patatas. 

ADEREZOS: Espera a que se enfríen para sazonar y mezclar bien. A partir de ahí se abre tu imaginación gustativa y puedes animar las chips con las especias o hierbas que te plazcan. Y hacer tantos combos como se te ocurran.

¡Que aproveche, hitchcookian@s! 


lunes, 10 de abril de 2017

BACALAO A LA PORTUGUESA (Receta fácil de pescado)

La cocina portuguesa es toda una experta en el trato y manejo del bacalao. Materia prima no le falta, a lo que sumamos una perfecta combinación de acompañamientos y una aparente sencillez en el proceso. En esta ocasión posé mi mirada en una versión de Recetas de Rechupete para confeccionar este maravilloso plato de pescado al horno con patatas y cebolla. 

Bacalao a la portuguesa

Normalmente se trabaja con bacalao en salazón y posteriormente desalado, pero mi nevera (o mi pescadero) tenía a bien proporcionarme un buen pescado fresco que no ha dudado en ser el protagonista total de esta obra culinaria. Lo regamos todo con un buen vino de Oporto y dejamos que el horno nos termine esta delicia marítima y de campo que os aseguro repetiréis. 

Sencillo, saludable, económico, con personalidad... este plato de bacalao os hará viajar al país vecino a bocados. ¡Mandiles arriba! 

Bacalao a la portuguesa

Ingredientes (2 personas)
  • 2 lomos de bacalao fresco 
  • 2 cebollas 
  • 2 patatas medianas 
  • 4 dientes de ajo
  • 1 vasito de Oporto 
  • 1 cdita de Pimentón de la Vera (el mío de Candeleda, por supuesto)
  • Harina para rebozar
  • Sal, pimienta y aceite de oliva
Tiempo: 50 minutos 

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

La cebolla pochada

Pelamos la cebolla y la cortamos en juliana (en tiras) En una sartén con dos o tres cucharadas de aceite de oliva, la vamos a ir sofriendo hasta que quede tierna. Unos 20-25 minutos a fuego moderado tirando a bajo.


Cuando ya esté blandita, apartamos la sartén del fuego y añadimos el pimentón, de esta forma nos aseguraremos que no se queme. Removemos bien y volvemos a poner al fuego. 


Vertemos el Vino de Oporto y damos un hervor fuerte para que el alcohol se evapore.


Las patatas 

Pelamos y laminamos las patatas con ayuda de una mandolina. Conviene dejarlas en remojo un rato para que suelten parte del almidón y a la hora de freírlas no se nos peguen unas a otras.


Las freímos en una sartén con abundante aceite y sacamos a papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. NOTA: Dejaremos que se cocinen pero que nos queden ligeramente crudas, ya que terminarán su proceso en el horno.

El bacalao

Salpimentamos los lomos y los pasamos ligeramente por harina. Los vamos friendo en la misma sartén de las patatas. Con 2 minutos por cada lado será suficiente.



Horneado 

Precalentamos el horno - con anterioridad - a 170/180º. 

En una bandeja apta para el horno - yo usé una de barro - colocamos una cama con las patatas. Sobre ella depositamos el pescado y distribuimos por encima la cebolla y la salsa.

Horneamos durante 20 minutos.


Sacamos y servimos caliente en platos individuales. ¡Que aproveche, hitchcookian@s!

Bacalao a la portuguesa

lunes, 30 de enero de 2017

LUBINA AL HORNO CON PATATAS ESPECIADAS (Healthy Fish dish)


Un nuevo #FreeMeatMonday llega a nuestra cocina. Y, en esta ocasión, llega por mar. Esta receta de lubina al horno es de lo más sencilla y agradecida. Basta con hacerse con una buena materia prima para obtener un resultado espectacular. La calidad de los productos siempre, repito, siempre marcan la gran diferencia entre un buen plato y un plato sublime. Así que daos el capricho...

Para acompañar a esta "dama" del mar, preparamos unas patatas de guarnición de una manera también simple y llana, pero que aderezaremos con especias secas para darles un poco más de vida. Yo las cuezo y las paso por la sartén, pero nos sirven hechas al vapor o incluso como "cama" de la lubina cuando entre en el horno. Un plato a cámara rápida sano, delicioso y adictivo. Nos lanzamos al océano para preparar este pescado. Así que coged los arpones y... ¡mandiles arriba!



Ingredientes (2 personas) - 

  • 2 filetes de lubina fresca 
  • 6 patatas de guarnición
  • 2-3 dientes de ajo
  • Perejil fresco picado
  • 1 guindilla (opcional)
  • Un chorro de Vinagre de Vino Blanco
  • Sal, pimienta negra y Aceite de Oliva Virgen Extra
  • Especias secas para las patatas (orégano, albahaca, tomillo...)
Tiempo: 20-25 minutos 

---------------------------------------------------------------

Precalentamos el horno a 180º -200º

Las patatas

Llenamos una olla con agua y sal y añadimos las patatas. Le damos vida al fuego para que hierva. NOTA: Las patatas deben cocer con un hervor suave, no a borbotones. Dejamos que se hagan durante 15-20 minutos, o hasta que veamos que están blanditas. 

Sacamos, colamos y secamos las patatas. En una sartén calentamos un poco de aceite de oliva, añadimos las patatas y las aplastamos ligeramente. Dejamos que vayan cogiendo color por la piel. Salpimentamos al gusto y añadimos las especias secas que más nos plazcan.

La lubina

Echamos un poco de aceite en la base de una fuente de horno.

Salpimentamos los filetes de lubina por ambas caras y los "acostamos" en la fuente. Les rociamos con un poco más de aceite, echamos un poco de agua (si tenéis caldo de pescado, mejor que mejor) y horneamos durante 8-10 minutos (dependerá del tamaño y grosor)

Mientras freímos unos dientes de ajo laminados con una guindilla en una sartén con aceite (a fuego moderado). Cuando cojan color y desprendan su aroma, añadimos el perejil picado. Apartamos del fuego e incorporamos el vinagre de vino blanco.

Sacamos la lubina del horno y vertemos el sofrito por encima. 

Servimos los filetes de pescado acompañados de las patatas y terminamos con un chorro de buen aceite de oliva Virgen Extra en crudo por encima. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

jueves, 20 de octubre de 2016

CONEJO ASADO A LAS FINAS HIERBAS (En el campo)

La carne de conejo está muy de moda en la actualidad. Son infinidad las recetas que sacan provecho de esta fantástica materia prima, ya que se trata de una carne muy agradecida y que es divertida de comer. Lleva su tiempo, lo disfrutas, mordisco a mordisco, a tu ritmo...

Nos encontramos ante una carne blanca deliciosa y tremendamente sana, debido a su bajo contenido en grasa. Sumemos a todo esto que además es económica. Podemos alimentarnos por muy poco dinero y nuestra imaginación culinaria se verá intacta. 


Para extraer todo su potencial conviene llenarla de personajes secundarios que realcen su sabor. Lo ideal y clásico - soy muy de eso, ya lo sabéis - es juguetear con especias de campo: tomillo, romero, laurel... Y ya si lo acompañamos de buen aceite de oliva y unas patatas tendremos un plato diez. Pero que seguid probando: al ajillo, estofado, con tomate, en un arroz... No hay límites. Os dejo otras opciones hitchcookianas "Conejo asado con patatas" y "Conejo con miel y soja"

Una receta de lo más sencilla y de lo más socorrida que espero que hagáis más pronto que tarde. ¡Mandiles arriba!



Ingredientes (4 personas)

  • 1 conejo limpio y troceado
  • 4 dientes de ajo
  • Tomillo, romero, perejil... 
  • Unas hojas de laurel
  • Vinagre, vino blanco y Aceite de Oliva
  • 2-3 patatas
  • Sal y granos de pimienta
Tiempo


  • 40 minutos


Entendiendo que vuestro carnicero del barrio es gentil, le pedimos que nos trocee un conejo fresco para asar. Trabajo que nos ahorramos en casa y, seamos sinceros, lo hará infinitamente mejor.

Una vez en casa lo limpiamos bien con papel de cocina y lo secamos. NOTA: Si vemos alguna parte que se le haya "pasado", la retiramos. Salpimentamos con alegría todas las piezas y lo vamos colocando en una bandeja de horno, que estará precalentado a unos 180-190º

El majado

En este punto hacemos el majado. Con ayuda del mortero (bendita herramienta culinaria) trituramos los ajos, el tomillo, el perejil y el romero. Que sean frescos, que se nota la diferencia. Añadimos aceite de oliva Virgen Extra, un poco de vinagre y buen vino blanco. NOTA: Ya lo sabéis, el vino que os bebáis es con el que cocináis. 



Horneado

Impregnamos bien todas las piezas del conejo con la mezcla, añadimos unas hojitas de laurel y para el horno. Lo dejaremos cocinar unos 30 minutos. Podemos ir regando con parte del majado para que no se nos seque demasiado.


Mientras el conejo sufre los calores del horno, vamos a preparar la guarnición. Pelamos unas patatas y las cocemos durante 20 minutos. NOTA: Lo mejor siempre es arrancar con el agua fría y llevar a ebullición. Y procurad que cada tubérculo sea más o menos del mismo tamaño, para no llevarnos sorpresas de "una patata cocida y otra no". 

Colamos las patatas, las cortamos en rodajas gruesas y las pasamos por una sartén con un poco de aceite caliente. Les damos caña hasta que se doren bien por ambas caras.

Emplatado 

Disponemos en el centro del plato unas piezas de conejo - dependerá del hambre voraz que tengáis - y regamos con un poco de la salsa resultante de la bandeja. Trazamos un línea de patatas a un lado y espolvoreamos sal gorda y granos de pimienta variada. Una hojita de perejil nos dará un punto de frescor a la vista. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

martes, 3 de mayo de 2016

TRUCHA AL HORNO CON COSTRA DE VERDURAS Y PARMESANO (Delicia de mar y huerto)


Amantes del pescado en general y de la trucha en concreto, estáis de enhorabuena. Esta receta es un auténtico lujo que os llevará muy poco tiempo preparar y os aseguro que es una delicia. Un plato de pescado rápido, divertido y que fantasea con diferentes texturas en boca.

Lo único que vamos a necesitar es tener el horno a punto, que es el protagonista de la cocción. Más allá se abre un universo de sabores, aromas, colores... todo un tarro de esencias mediterráneas y saludables para dotar a una solitaria trucha de una vistosidad y jugosidad incomparable. Todo un juego de mar y huerta en la mesa.

Ni qué decir tiene que los elementos de la receta corren a vuestro gusto. Yo os planteo aquí una opción para que cojáis ideas y os soltéis la melena en la cocina. ¡Mandiles arriba! 




Ingredientes (2 personas)
  • 2 filetes de trucha
  • 2 patatas medianas 
  • 1 cebolla morada
  • 1 zanahoria
  • Alcaparras 
  • 1 tomate 
  • 1 bulbo de hinojo 
  • 1 limón 
  • Perejil fresco picado
  • Pan rallado 
  • Queso Parmesano rallado 
  • Sal, pimienta negra y Aceite de Oliva
Tiempo
  • 20 minutos

Lo primero de todo es blanquear las patatas laminadas. Puedes sacar las rodajas finas a cuchillo o con ayuda de una mandolina, teniendo extremo cuidado para no tener accidentes sangrantes. Blanquear es una técnica culinaria que consiste en una semi-cocción de algunos alimentos que luego terminarán de hacerse en otro proceso de cocción más largo (asado, braseado...) 

En una bandeja extendemos papel de horno y echamos un poco de aceite de oliva. Vamos disponiendo las patatas (a modo de repartir naipes de una baraja) por la superficie. Salpimentamos y regamos con otro poco de aceite. Metemos al horno a 200º y dejamos que vaya cogiendo un punto crujiente mientras seguimos con la receta. 


En un bol amplio añadimos la cebolla, la zanahoria, las alcaparras, el tomate y el hinojo. Todo picado muy finamente. Añadimos el zumo de un limón, sal y pimienta al gusto y 2 cucharadas de aceite de oliva. Mezclamos todo bien. Probamos y reservamos. 

Por otro lado mezclamos en un bol el pan rallado, el Parmesano rallado, el perejil picado y un chorrito de Aceite de oliva. NOTA: Si os sobra, podéis reutilizar esa mezcla para rebozados o para albóndigas. Aquí no se tira nada nunca...  

Sacamos las patatas del horno. Colocamos sobre ellas los filetes de trucha ligeramente salpimentados. Vamos a "napar" o cubrir con la mezcla de verduras el pescado. 


Introducimos en el horno de nuevo unos 3-4 minutos.

Por último volvemos a sacar la bandeja y espolvoreamos una cantidad generosa de nuestro pan rallado aromatizado con Parmesano. Volvemos a meter al horno durante 1 minuto. Lo suficiente para que coja color y crocante, no queremos sobre-cocinar el pescado. 

Para emplatar servimos los filetes de trucha y rociamos un poco más de limón y de aceite de oliva por encima. Decoramos con unas hojas frescas de perejil y listo. ¡Que aproveche, hitchookian@s! 

viernes, 15 de abril de 2016

PORRUSALDA O PURRUSALDA (A cuchara limpia)

La porrusalda o purrusalda tiene infinidad de variantes según uno va documentándose. Puede llevar calabaza, bacalao, arroz o incluso costilla de cerdo. Lo único que parece meridiano en todo este debate es que hablamos de un guiso de puerros (porru o purru, en euskera). Entiendo que luego, cada cual, irá añadiendo ingredientes a la olla según la cultura gastronómica o los recuerdos culinarios que albergue. Seamos estrictos hasta cierto punto... que aquí se trata de alimentarse debidamente.

PORRUSALDA

En mi caso he preparado un plato totalmente vegetal, homenajeando así los orígenes humildes de la receta donde no se podía optar a pescados ni carne. La patata, la zanahoria y la cebolla acompañan aquí a un buen manojo de puerros y dotan al plato de mayor sabor y distintas texturas. 

Es un guiso con potencia, muy económico y muy sencillo de preparar. Ideal para esos momentos (como el mío) en el que estás convaleciente y tu cuerpo necesita entornarse con calditos calientes que huelan a hogar. Así que sin más, nos ponemos a ello. ¡Mandiles arriba!

PORRUSALDA
Ingredientes (4 personas)
  • 4 puerros 
  • 2 patatas grandes para guisar
  • 1 cebolla
  • 1-2 zanahorias
  • Caldo de verduras o de pollo Aneto
  • Sal y mantequilla
Tiempo
  • 25 minutos

Mise en place 

Lo primero de todo será dejarnos bien preparados y limpios los ingredientes. Para ello cortamos el tallo verde de los puerros (que no tiraremos, sino que reutilizaremos para futuros caldos o sopas) y lavamos el resto bajo el chorro de agua caliente. Lo mejor en estos casos es practicar unos cortes en la parte delantera del puerro y frotar bien para eliminar posibles restos de suciedad o arena. Importantísimo siempre la limpieza del producto para garantizarnos el éxito.

Cortamos los puerros en rodajas gruesas. Reservamos.

Pelamos las patatas y las cortamos en trozos hermosos. Pelamos las zanahorias y las cortamos en rodajas. Picamos la cebolla. Y con esto tendremos toda la materia prima lista. NOTA: Yo he usado para la elaboración Caldo Aneto, pero podéis preparar vuestro propio caldo con unas carcasas de pollo y algo de verdura, o incluso con agua y una pastilla de concentrado de pollo o verduras. 

La cocción

Echamos en una olla amplia un trozo de mantequilla. Sofreímos unos minutos los puerros y la cebolla para que vayan soltando sus jugos, se ablanden y se caramelicen ligeramente. NOTA: Podemos añadir también un diente de ajo picado. Eso ya a vuestro gusto.

Incorporamos las zanahorias y la patatas. Y enseguida regamos con el caldo, que convendría que se hubiese mantenido caliente para no cortar la cocción. Sazonamos al gusto y dejamos cocer a fuego moderado durante 20 minutos

Servimos la porrusalda caliente en bols individuales. Blandimos una cuchara y a disfrutar de un fantástico guiso que entona cualquier estómago. ¡Que aproveche, hitchcookian@s!

viernes, 20 de noviembre de 2015

JUDÍAS VERDES CON PURÉ DE PATATAS Y POLVO DE JAMÓN

Hoy vamos a dejarnos inspirar por Don Karlos Arguiñano para "darle una vuelta" a un clásico de toda la vida. Pocos hogares no habrán sucumbido a esta receta tradicional, tan deliciosa como sana, tan de la infancia. Nos invaden recuerdos de ver a nuestras madres o abuelas pelando judías y ahora es el momento de homenajear ese culinario "flashback" y mostrarlo de una manera distinta. En esta ocasión montamos un plato de judías verdes con puré aromatizado y lo decoramos y potenciamos con un fantástico polvo de jamón. No es cocina de vanguardia, es lo de siempre visto con otros ojos. Espero que lo disfrutéis. ¡Mandiles arriba!


Ingredientes (2 personas)
  • 500 grs de judias verdes 
  • 4 patatas 
  • 2 dientes de ajo
  • Taquitos de jamón ibérico  
  • Perejil fresco
  • 1 cda de pimentón dulce o picante (el mío, cómo no, de Candeleda)
  • Agua para cocer
  • Aceite de Oliva Virgen Extra
  • Sal y pimienta negra molida
Tiempo
  • 45 minutos
Primeros pasos: judías y patatas

Lo primero es limpieza del producto, así que vamos a ello, con esa paciencia materna que siempre hubo a la hora de pelar judías. Les cortamos las puntas (muy de peluquería) y las hebras de los laterales y las troceamos para luego cortarlas por la mitad. De ese modo nos queda una judía más fina y elegante a la hora de comer.

Las ponemos a cocer con agua. Cuando estén tiernas, las colamos y reservamos.

Lavamos las patatas y las ponemos a cocer con agua y sal durante 30 minutos. O hasta que veamos que están tiernas. NOTA: Para cocer las patatas partimos de agua fría (así se hacen al mismo tiempo) y siempre-siempre con un borboteo leve. Una cosa hecha.


El puré de patatas

Colamos las patatas, dejamos que se enfríen y las pelamos. Las troceamos y las trituramos por el pasapurés.


En una sartén, añadimos un 2-3 cucharadas de aceite de oliva y freímos los ajos laminados. Cuando estén dorados los retiramos. Apartamos del fuego la sartén e incorporamos el pimentón (de ese modo no se nos quemará, al no estar al fuego) Removemos y vertemos ese aceite aromatizado sobre las patatas machacadas. 

Añadimos perejil fresco picado y mezclamos bien. Salpimentamos y listo.


Ya sólo nos queda hacer el polvo de jamón. Ponemos en un plato un trozo de papel de cocina o papel de horno, colocamos encima las virutas o lonchas de jamón y cubrimos con otro trozo de papel. Lo cocinamos en el microondas durante 1 minuto y medio a máxima potencia. NOTA: Habrá que ir vigilando, la idea es que al atemperarse se quede crujiente.

Pasamos el jamón por la batidora o por el robot de cocina para obtener un polvo o una arena deliciosa. Ya lo tenemos todo, ahora queda montar la película.

Emplatado

Con ayuda de un aro de emplatar extendemos el puré de patata sobre la base, apretando bien por los lados para que mantenga la forma a la hora de desmoldarlo. Colocamos encima las judías verdes y espolvoreamos el polvo de jamón

Decoramos con las láminas de ajo frito y culminamos rociando un poco de aceite de oliva Virgen Extra por la verdura y el plato. Un plato de toda la vida, mostrado de una forma diferente. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 



martes, 18 de agosto de 2015

PECHUGA DE PAVO CON SALSA DE NARANJA Y VERDURAS AL HORNO (Misery)

Plato sano, vistoso, aromático, jugoso y mucho más fácil de preparar de lo que pueda parecer. Esta pechuga de pavo tiene todos los elementos para ser un clásico de vuestra cocina. Sinceramente, hay veces en las que a uno le apetece salirse de la "era del pollo" y probar otras aves. La carne de pavo es especialmente nutritiva y digestiva, pero conviene alegrarla un poco para sacarle el mayor partido posible. Aquí vamos a aromatizar con especias y jugo de naranja y a acompañar a esta estrella de la gran pantalla culinaria con unas verduritas asadas para completar la jugada maestra... ¡Mandiles arriba!

PECHUGA DE PAVO CON SALSA DE NARANJA Y VERDURAS AL HORNO
----------------------------------------
INGREDIENTES (4 personas)
----------------------------------------

2 pechugas de pavo (o 1 si es grande)
300 grs de patatas pequeñas (de guarnecíón)
16 zanahorias tiernas (o baby)
5 dientes de ajo
2 naranjas
1 cda de granos de pimienta negra
3 clavos de olor
Perejil fresco
Sal y Aceite de Oliva Virgen Extra

Tiempo: 50 minutos + 1 hora (mínimo) de marinado

Película comparada: "MISERY" (Tras receta)



Empezamos la odisea.

Limpiamos bien la pechuga de pavo y la disponemos en una bandeja de horno. En mi caso era una Señora Pechuga, así que había más que de sobra para 4 comensales más la guarnición.

En un mortero echamos los granos de pimienta negra, los clavos de olor, 1 diente de ajo y un pellizco de sal. Machacamos bien hasta triturar todo mientras añadimos aceite de oliva. 

Vamos a embadurnar la pechuga de pavo completamente con la mezcla de especias.


Acto seguido exprimimos dos naranjas y añadimos su zumo a la bandeja. Dejamos reposar en la nevera una hora por lo menos. Iremos regando con el zumo de vez en cuando para que coja el sabor. 


Una hora después lavamos y pelamos las verduras (salvo los ajos, que los dejaremos con piel y ligeramente machacados) y ponemos a precalentar el horno (calor arriba y abajo) a 180º. 

Primero metemos la pechuga de pavo sola en el horno durante 20 minutos añadiéndole un chorrito extra de aceite de oliva. 


Tras pasar los 20 minutos, sacamos con cuidado y colocamos todas las verduras alrededor de la pechuga de pavo e introducimos al horno unos 30-35 minutos más. (Podemos añadir un hilo de aceite sobre las verduras y sal) NOTA: La pechuga nos tiene que quedar doradita por fuera y muy jugosa por dentro, por lo que la deberemos ir regando cada 10 minutos con la salsa.


Ya sólo nos queda emplatar. Yo opto por "lonchear" la pechuga, que queda más vistoso y es más cómodo de comer y servir. Disponemos en un plato 3-4 trozos y acompañamos con nuestras verduras asadas. Regamos con un poco de la salsa de naranja de la bandeja y decoramos con unas hojas de perejil fresco. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 



Película ideal para degustar este plato
"MISERY" 
(Rob Reiner, 1990)
Sé que la comparación no parece muy nítida a simple vista. Pero en este ejercicio de cine-cocina o co-cinefilia hay que ir siempre un poco más allá de las primeras apariencias y dejarse llevar... La extraña sensación de ver ese "trozo de carne" tendido sobre la bandeja y el plato me han evocado de forma irremediable a ese escritor desquiciado que acaba sufriendo las artes psicópatas de su "fan número uno". En efecto, mi mente se ha ido a la gran obra del terror psicológico de los 90 , se ha ido a  a la claustrofobia y asfixiante"Misery".

Rob Reiner (ejecutor de obras clave como "Cuando Harry encontró a Sally", "Algunos hombres buenos" o "Cuenta conmigo") llevó a la gran pantalla la popular novela del no menos popular Stephen King, en la buena pluma del gran William Goldman (que entre otras ha firmado el guión de "La princesa prometida", "Dos hombres y un destino" o "Marathon man", casi nada). El tridente confecciona una terrorífica pieza que se mueve entre el minimalismo del espacio (una casa en el bosque y poco más) y un duelo interpretativo a un nivel superior.

Y es que tanto James Caan como el sufrido escritor accidentado como Kathy Bates (justísima merecedora de un Oscar por su papel de Annie Wilkes, una admiradora cruel y despiadada) desempeñan unas interpretaciones colosales: el temor del cazado y la frialdad temible de la cazadora. El suspense, la ira, la claustrofobia, la angustia, la calma y la cólera desatada que inundan cada una de las secuencias nos sumergen en un estado de continuo desasosiego. En "Misery" (nombre del personaje ficticio de las novelas de Paul Sheldon, papel de Caan) sufrimos los martillazos en los tobillos, sudamos con la figurita del pingüino, queremos huir pero no podemos... Reiner y su elenco consiguen maniatarnos en esa espiral de agonía, de impotencia, de frustración, de pánico absoluto. Annie quiere que resucite a su personaje favorito, le obliga a reescribir la historia a su antojo. Paul debe teclear para sobrevivir. Simple premisa, impredecible desarrollo.

Nuestra receta goza de un protagonista total y absoluto como la pechuga de pollo. Que en nuestra perturbada mente se desdobla en los dos personajes de "Misery". Por un lado, como decía unas líneas antes, se me asemeja a ese escritor de éxito que tras sufrir un accidente de coche se ve postrado en una cama bajo los cuidados de su "amable" salvadora. La pechuga de pollo en este caso se nos tumba sobre el plato-cama, atendido por la guarnición, y que poco a poco (a medida que se proceso el cocinado) ve cómo se "oscurece" o "dora" su destino fatal.  Todas esas verduras coloristas van tostándose con el calor del horno (o de la curación por parte de la enfermera) y van mostrando sus zonas más negras: lo que antes era gentileza, se trastorna en locura. Y en hambre de venganza...

Por otro lado podemos tomar la pechuga de pavo en el doble gesto de Annie Wilkes, esa enfermera solitaria y retraída, que oculta bajo su rostro de amabilidad, una perversa intención criminal. En un inicio (cuando le saca de los amasijos del coche y le lleva a su hogar para curarle) Annie es una mujer afable, simpática, algo tímida y vergonzosa, y para colmo, admiradora en ciernes de la obra "Misery" de Sheldon. Es decir, se nos muestra sonrosada, impoluta, sin un ápice de maldad o grasa, como la pechuga de pavo.

Su conducta empieza a virar cuando elementos como el clavo, la pimienta o el ajo se impregnan en ella. Cuando recibe la información que "Misery" no va a volver a la vida, le supone un varapalo tremendo, puesto que sus novelas la mantienen viva, apasionada... Es ahí donde la oscuridad del macerado se cierne sobre Annie. Sus respuestas a su ídolo empiezan a ser más ácidas (tal vez proporcionadas por la naranja) y lo que antes era una situación calmada, ahora es inquietud. 

El horno, el calor de la ira, terminan por nublar y ennegrecer su personalidad. Llegando hasta límites tan desproporcionados como violentos: los martillazos en los tobillos para evitar que escape, el suministro de pastillas, los pinchazos, los gritos coléricos, la amenaza constante... Al final, Annie ya no es esa pechuga de pavo tímida y sin sal. En los últimos coletazos su locura llega a los límites más inhumanas posibles. Recubierta por una corteza proporcionada por el asado, enloquecerá por mantener a su lado a su gran ídolo. 

Nosotros somos Annie. Nosotros somos Sheldon. La pechuga de pavo es nuestra particular "Misery". Y haremos lo imposible por mantenerla a nuestro lado... o en nuestro estómago.