Mostrando entradas con la etiqueta Cocina casera. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cocina casera. Mostrar todas las entradas

sábado, 23 de mayo de 2020

PATATAS CHIPS CASERAS


Llegará un día en que las patatas chips (las de bolsa) ya no serán un misterio para ti y te lanzarás a preparar tus propias creaciones. Hoy es ese día. Desde este momento tus habilidades culinarias van a gestar uno de los aperitivos más comunes, efectivos, sabrosos y crujientes del planeta. Y encima controlando los productos, los aderezos, los aceites y la sal. 

Deja volar tu imaginación porque las patatas chips aceptan cualquier locura de mezcla que se te ocurra. Dales un toque marroquí con comino, o mejicano con un poco de chile en polvo. Vete a la India con unos chispazos de curry o cúrcuma. A Italia con orégano y albahaca. O ponte mediterráneo con un pellizco de ajo o pimentón. No hay límite. Sólo hay que echarle ganas, mimar tu producto y te aseguro que tendrás unas patatas chips de locura. 

Te dejo aquí mi versión para inspirarte. ¡Mandiles arriba! 


Ingredientes

  • 300-400 g de patatas 
  • Aceite de oliva Virgen Extra 
  • Sal y pimienta
  • Aderezos al gusto: pimentón, orégano, pimienta blanca, tomillo, guindilla, ajo, vinagre...

Elaboración

Pelamos las patatas y las lavamos a conciencia. Luego las secamos, con más conciencia aunque si cabe. Es importante el secado de la patata para conseguir textura después.

Con ayuda de una mandolina (o tirando de precisión quirúrgica con cuchillo muy afilado) vamos sacando láminas muy finas, casi que se puedan ver a través de ellas.   

Volvemos a secarlas bien extendiéndolas sobre un trapo de cocina o con papel. 



Calentamos una buena cantidad de aceite de oliva Virgen Extra en una sartén honda. Vamos a ir echando una a una las láminas en la sartén. Buen momento para ponerte un vino o una caña e ir disfrutando del momento. 

NOTA: Puedes usar el aceite que tengas o quieras, pero recomiendo efusivamente el Virgen Extra. Catapulta el sabor a otra dimensión. O incluso podrías aromatizarlo con alguna hierba fresca (romero, tomillo, laurel...) o unos dientes de ajo... Ideas-ideas-ideas.


ATENCIÓN: No las atiborres, incluso ellas necesitan distancia de seguridad. Deja que estén holgadas en el baño de aceite y ve friendo por tandas. Y removiendo ligeramente con la espumadera. 

FRITURA: A fuego medio alto, tienen que freírse no confitarse ni carbonizarse. Así que borboteen con cierta mesura. Que cojan un poco de color y las sacas a un colador o a papel absorbente para que vayan soltando el exceso de grasa. Vete friendo hasta acabar con todas las patatas. 

ADEREZOS: Espera a que se enfríen para sazonar y mezclar bien. A partir de ahí se abre tu imaginación gustativa y puedes animar las chips con las especias o hierbas que te plazcan. Y hacer tantos combos como se te ocurran.

¡Que aproveche, hitchcookian@s! 


sábado, 2 de mayo de 2020

ARROZ CON SETAS Y TRIGUEROS (Y SALMORRETA ALICANTINA)

Hablar de arroces o paellas ya son palabras mayores. En este país son casi un ritual y no hay lugar en el que no se tercie un plato representativo. Por no hablar de los ingredientes, caldos o aderezos. O de los tipos: seco, caldoso, meloso... Todo este festín de opciones sube el mundo del arroz al rango de universo. Verduras, carnes, pescados, legumbres... poca materia no cabe en esta maravilla de nuestra gastronomía. Pocos paladares no se dejan seducir por ellos.

En este caso en concreto nosotros vamos a lanzarnos con un brutal arroz con setas y trigueros, al que hemos animado con una salmorreta alicantina, un sofrito espectacular con ñoras, tomate, ajos y buen aceite Virgen Extra. No dudéis en probarlo, es un potente aliado para este tipo de arroces de corte alicantino. 


Pero tengamos en cuenta que preparar un buen arroz en casa es complicado, muy limitado a veces y carente de las herramientas más necesarias, sobre todo si la cocina es vitro o inducción. La falta de fuego hace emerger la imaginación y el mimo. Claro que se sacan arrozacos pero hay que conocer tus herramientas para dar con el puntito, la clave de todo este increíble proceso.

Yo te propongo mi versión y mi forma de hacerlo (con sus fallos y su virtudes, sin duda) y puedo asegurar que los resultados suelen ser altamente notorios. Quitaos el miedo de encima: hacer un arroz tiene complejidad, pero se simplifica haciéndolos. Probando. Catando. Errando. Mejorando. Vamos, como todo en esta vida. No hay misterio. 

Y por supuesto yo propongo mis ingredientes y mis mezclas, tu creatividad e intuición culinarias deben soltar nuevas ideas. Tus gustos comandan, así que hazles caso. Nos lanzamos sin temor y con mucha hambre a por este platazo. Abrid un vino, servíos una copa y... ¡mandiles arriba! 


Ingredientes (3-4 personas)
  • 250 g de arroz bomba o redondo 
  • 200 g de setas (se pueden usar de cardo, boletus, champiñones, las que os plazcan o tengáis)
  • 1 manojo de espárragos trigueros
  • 600 g de caldo casero vegetal (o de ave)
  • 1 cebolla (o media si es muy grande
  • 5 arbolitos de brocoli (o un poco de judia verde, o calabacín...)
  • Caldo de verduras (unos 600 g, aunque se puede añadir algo más
  • 1 cucharada de pimentón de la Vera
  • 2-3 cucharadas de Salmorreta 
  • Sal y aceite de oliva virgen extra
Para la salmorreta:
  • 3 ñoras 
  • 6 dientes de ajo
  • 110-120 g de aceite de oliva Virgen Extra
  • Perejil fresco (opcional) 
  • Sal
  • 150 g de tomate rallado 
Tiempo: 45 minutos + 2 horas si haces el caldo casero


---------------------------------------------------------

Notas iniciales
    • Siempre recomiendo hacer el caldo casero, aparte del sabor y aroma que da, es una buena salida para algunas verduras o recortes. Yo hice un caldo con la parte verde del puerro, los troncos del brócoli, puntas de judías verdes, zanahorias un poco blandas, patata, cebolleta y su tallo...
    • Yo cocino en inducción y ya se sabe que los buenos arroces necesitan sentir la llama. Pero cada uno en su casa hace lo que puede. El resultado es bastante notable, pero estad siempre al loro, que el fuego cubra la paella bien para que se haga todo por igual, o ir girando el recipiente para que todo pueda cocer de forma uniforme. Eso es CLAVE.
    • Yo uso estos ingredientes pero en vuestra mano dejo hacer cualquier combinación. Y que no os tiemble el pulso a la hora de añadir un poquito más de caldo si veis que se seca. La teoría dice que una vez el arroz y el caldo arrancan no se tocan. Pues mira, haz lo que creas conveniente para dar el buen punto al arroz (sin pasarlo, que eso ya es herejía y sobre todo, incomestible) 
Salmorreta al canto
  1. Quitamos el rabito (pedúnculo) de las ñoras y las vaciamos de semillas. Luego las troceamos. Pelamos los ajos, los cortamos por la mitad y les retiramos el germen interior.
  2. Ponemos el aceite en un cazo y añadimos las ñoras. Calentamos. Y cuando empiece a chisporrotear añadimos los dientes de ajo.
  3. Cocinamos hasta que empiecen a dorarse, en ese momento echamos el tomate rallado. Dejamos cocinar todo a fuego medio unos 5-6 minutos. Sazona al gusto.
  4. Pasa todo por la batidora o por un robot de cocina hasta tener una salsa fina y cremosa.

Mise en place

Lo primero de todo es organizarse para disfrutar bien de este ritual gastronómico. Ponte un vino o un vermú, siempre ayuda. 

Lava bien las setas, frotando para eliminar restos de tierra, y luego las secas a conciencia. Las troceamos y las reservamos. 

Cortamos la parte más dura de los tallos de los espárragos y trocea el resto. Reservamos. Picamos la cebolla, el brócoli y ponemos a calentar el caldo vegetal. Todo listo para el abordaje. 

Arrozaco

Ponemos la paella (o una sartén amplia y baja) al fuego con el aceite de oliva Virgen Extra. Sofreímos la cebolla picada unos minutos, que se ablande, pero que no se tueste. Al loro. 

Añadimos nuestras setas troceadas y bien secas. Le damos caña, que se hagan bien. Y metemos en escena al brócoli y los espárragos trigueros. Baja un poco el fuego, necesitamos que el sofrito vaya a su ritmo, soltando jugos, absorbiendo aromas, dotando de personalidad la paella...

Echamos una cucharada de un buen pimentón de la Vera y removemos con energía para evitar que se queme. Turno de la salmorreta: 3-4 cucharadas y a mezclar, que vaya aromatizando al resto de ingredientes y tintando de su particular y soberbio color las verduras. 

Sube el fuego y echa el arroz dentro, vamos a sofreírlo 1-2 minutos para que vaya cogiendo los sabores de todo ese festival que tenemos dentro de la paella. Mojamos con el caldo calente (echa unos 500-550 g, el doble de arroz y un poquito más, y guarda un poco por si debes seguir mojando) y llevamos a ebullición. Reparte con cuidado el arroz y las verduras, haciendo movimientos envolventes con la paella o con la ayuda de una espumadera. 

EL PUNTO: Que hierva primero unos 5-6 minutos a fuego alto (no exagerado) y luego lo bajamos y lo dejamos unos 12-13 minutos más. En total unos 18 minutos, pero leed el paquete del arroz que vayáis usar, y seguid sus recomendaciones, que eso es otro universo. Id mojando con caldo si veis que se seca muy rápido. Sin miedo. Pero poco a poco, buscamos un arroz seco.

 

TRUCO: El socarrat es obra del fuego, pero se puede intentar conseguir en inducción. Para ello y cuando haya concluido el tiempo de cocción, subimos a tope el fuego y echamos un hilo de aceite de oliva por los laterales de la paella y dejamos unos 30-40 segundos. Puede que haya suerte...

IMPORTANTE: Deja reposar el arroz fuera del fuego unos 3-4 minutos. Puedes cubrirlo con papel de aluminio pero estate atent@ que no queremos que se nos pase...

EMPLATADO: Removemos bien todo dentro de la paella y servimos acompañado de alioli o de unas rodajas de limón.

¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

jueves, 11 de julio de 2019

BUTTER CHICKEN CON ARROZ JAZMIN AL CILANTRO (Paso a paso)

Hoy nos embarcamos de nuevo en una de mis cocinas favoritas: la india. Su tratamiento de las especias, el picante, los infinitos sabores, me hacen salivar cada vez más. Y tal vez uno de sus platos más famosos y socorridos sea este Indian Butter Chicken o Murgh Makhani. Es decir, pollo a la mantequilla al estilo hindú. 

Yo os ofrezco una versión sencilla, que lleva su tiempo y que requiere que tengáis la despensa bien dispuesta de ingredientes. Esta cocina se basa en jugar con las especias, y por suerte hoy en día, no hay que irse muy lejos para poder adquirir todo lo necesario. Y dejarán un aroma de vicio en vuestras cocinas...

Este Butter Chicken se cocina con tomates y anacardos, y por supuesto mantequilla. Hay que dotarle de sabores exóticos y cremosidad, para que tu paladar se vaya de viaje. El Garam Masala o el fenogreco ayudan a ello. Luego está el tema del picante, yo pongo mis cantidades - como buen amante de la hot-food - pero de vosotros depende el nivel de picor. Hay que darle caña a esta cocina, no lo olvidéis.

Acompañad este fantástico pollo con arroz jazmín o basmati con hierbas frescas y si tenéis a mano un pan naan, pues bordáis el trabajo. Animaos a probarlo, me lo agradeceréis. ¡Mandiles arriba!


INGREDIENTES 

Para el pollo

  • 300 g de pechuga de pollo
  • 1 cucharada de pasta de ajo y jengibre
  • 1 cucharada de chili molido (guindilla)
  • Sal
  • Aceite de girasol 
Para la salsa
  • 500 g de tomates troceados 
  • 100 g de cebolla roja
  • 1 cucharada de pasta de ajo
  • 50 g de anacardos 
  • 1 cucharada de semillas de fenogreco (o de cilantro)
  • 1 cucharada de Garam Masala
  • 2 cucharadas de chili molido
  • 5 cucharadas de mantequilla
  • 3-4 cucharadas de azúcar moreno
  • 3 cucharadas de crema fresca o nata 
  • 2 cucharadas de vinagre de vino tinto
  • Sal
Tiempo
  • 30 minutos + maridaje

El pollo a escena

Limpiamos a conciencia las pechugas, las secamos con un poco de papel absorbente y las vamos troceando en porciones de un bocado. Las vamos echando en un bol amplio.

 

Añadimos la pasta de ajo y jengibre (si no tienes tritura ajo y jengibre con un pelín de agua), el chili molido y la sal. Mezclamos todo bien, tapamos y dejamos reposar durante 30 minutos. 

Ponemos una sartén al fuego con aceite de girasol. Vamos friendo el pollo hasta que esté bien hecho por todas sus caras. Al ser pequeños trozos no tardará mucho...

Sacamos y reservamos.

Nos metemos con la salsa (gravy) 

En la misma sartén donde hemos hecho el pollo añadimos la cebolla troceada (no os compliquéis la vida con este paso, luego irá todo triturado) y una cucharada de mantequilla. Sofreímos bien.


Añadimos en este punto el tomate troceado y los anacardos. Echamos un poco de agua, la pasta ajo, el Garam Masala, el chili molido, el azúcar y el fenogreco. 

Detalle del fenogreco...

Mezclamos todo bien en la sartén y dejamos cocinar y reducir durante 20 minutos. Pasado ese tiempo trituramos todo bien con ayuda de la batidora, de la Thermomix o del aparato triturador que tengáis por casa. Y luego volvemos a echar la salsa resultante en la sartén pasándola por un colador. Así nos ahorramos restos de piel del tomate, pepitas y demás historias que nos puedan molestar.


Ponemos al fuego y añadimos la crema fresca, el pollo reservado y lo más importante, lo que da sentido a este planto: la mantequilla. Cocinamos 5-7 minutos. 


Servimos caliente en platos individuales acompañados de arroz jazmín o basmati cocido con cilantro y lima. Decoramos con un poco más de crema fresca en hilo por encima.

¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

Sugerencia de presentación

jueves, 4 de julio de 2019

PASTEL DE CARNE CON PURÉ DE PATATAS (El diablo sobre ruedas)

Vuelven las cine-recetas al blog. Tras un parón o un descanso, acometo esta chifladura gastrocinéfila para vuestro deleite, quien lo tenga. En esta ocasión nos vamos a los años 70 para construir un Pastel de Carne frío ("meatloaf") comparado con la monumental opera prima de Steven Spielberg, "El diablo sobre ruedas". Todo un duelo de sabores, matices, violencia, locura...

Aquí te muestro el paso a paso de esta receta para que puedas lanzarte a esta odisea. Sé que hoy en día encender un horno es casi un castigo, pero merece la pena que lo probéis. Siempre se puede ir uno a otra habitación mientras se va escribiendo-horneando esta cine-receta. 

Además servimos una cama de puré de patatas casero. Nada que ver con los copos esos que inundan algunas despensas. Es vital que os lo preparéis vosotr@s, notaréis la inmensa diferencia. Ya no sólo de sabor, también de textura y de aroma. 

Pues sin más nos vamos a esa inhóspita carretera del demonio para tratar de sobrevivir a las continuas   embestidas de ese camión encolerizado. ¿Te subes, hitchoockian@? Entonces, ya sabes... ¡Mandiles arriba!



Ingredientes (4 personas)


Para el pastel de carne
  • 1 kg ternera picada
  • 150 g de mortadela de Bolonia picada
  • 1 rama de apio picado
  • 4 dientes de ajo picados
  • 2 Cebolletas picadas
  • Perejil fresco picado
  • 2-3 Huevos
  • ½ vaso de leche
  • ½ vaso de pan rallado
  • 1 cda de Salsa de soja y otra de kétchup
  • 1 cda de Salsa Inglesa (Perrins)
  • Tomillo, Orégano, Sal y pimienta
  • Salsa Barbacoa (la que más te plazca, yo usé a la cerveza negra)
Para el puré de patatas
  • 1 kg de patatas para cocer, harinosas (tipo Kennebec o Monalisa)
  • 50 g de mantequilla 
  • 60-70 ml de leche
  • Sal, pimienta negra y aceite de oliva Virgen Extra
Tiempo: 80 minutos
Película comparada: "El diablo sobre ruedas" (Steven Spielberg, 1971)

Tras la receta tienes la comparación cinematográfica, hitchcookian@...

Elaboración


En una sartén con un poco de aceite de oliva, sofreímos las cebolletas, el ajo y el apio. Todo troceado muy menudo. Dejamos que se cocinen 10 minutos a fuego moderado.

Mientras tanto en un bol grande añadimos la carne picada, la mortadela (o jamón York o bacon, si no tienes), las especias secas y frescas, la leche, el ketchup, la salsa de soja, la salsa inglesa, el pan rallado y los huevos. Mezclamos todo a conciencia. 

Vertemos las verduras sofritas y removemos para que se integren bien con el resto. 

Precalentamos el horno a 180º. Que vaya cogiendo calor sofocante esta carretera...

Nos hacemos con un molde tipo plum-cake y lo untamos de mantequilla o aceite, con el fin de evitar que se nos pegue el pastel durante el horneado.

Echamos de base una capa de salsa barbacoa. Volcamos toda nuestra mezcla dentro y aplanamos bien la superficie con ayuda de una espátula. Untamos la capa superior con más salsa barbacoa. Metemos al horno cubierto con papel de plata (sólo la parte de arriba, para que no se nos haga demasiado o se seque) y horneamos durante 50-60 minutos.

Mientras tanto...


Añadimos las patatas a una olla con agua (2 litros más o menos) y ponemos a cocer.


Cuando rompa el hervor bajamos para que cueza a fuego moderado (no a borbotones) durante 25-30 minutos, aunque dependerá del tamaño de las patatas. Se sabrá su punto cuando metamos una brocheta o el tenedor y notemos que están blandas. 

Las pelamos, con extremo cuidado de no acabar en urgencias con quemaduras, y las pasamos o bien por un pasa-purés o por una prensador de patatas, incluso un tenedor nos valdría. El toque más o menos rústico se lo tendréis que dar vosotr@s. 

Le añadimos sal, pimienta negra, mantequilla y leche. Darle la untuosidad que os plazca. Pero es altamente recomendable que lo hagáis todo con la patata aún caliente.

NOTA: El puré lo podéis preparar cuando vayáis a servir el pastel ya frío. Será mejor.

Terminamos...

Pasado el tiempo de horneado, sacamos el molde y dejamos enfriar. NOTA: No lo metáis caliente en la nevera. Esperad, sed pacientes, tomaos vuestro tiempo... Llevará como 1 hora.

Colocamos un plato hondo y hacemos una base con una buena cantidad de puré de patatas. Servimos encima unas rodajas del pastel, echamos un hilo de aceite de oliva Virgen Extra alrededor y decoramos con unas hojas frescas de perejil.

¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

Película ideal para degustar este plato
DUEL
("El diablo sobre ruedas" - Steven Spielberg, 1971)


En 1971 un desconocido director que respondía al nombre de Steven Spielberg, perpetró para la televisión americana una obra de sencilla apariencia que encerraba un monstruoso duelo a muerte entre un hombre de negocios y un camión diabólico. El film era "El diablo sobre ruedas", la primera muestra del innegable talento de un cineasta por explotar. No podíamos ser menos que dotar a su comparación gastro-cinéfila de un portentoso "meatloaf", de rasgos oxidados, temible.

Hablamos de thriller agónico y asfixiante, que pese a estar rodado a plena luz del día en exteriores, nos adentra en los miedos más oscuros del ser humano. Huir para sobrevivir, tratar de comprender lo incomprensible, batirse en duelo con la locura en estado puro. Todo confeccionado con una estética apabullante y un pulso narrativo a la altura de muy pocos, esta obra de la carretera se nos antoja un ejercicio de suspense y terror imprescindible. Amén de ser el trampolín definitivo para que el bueno de Spielberg arrancase su prolífica e icónica carrera.

Empieza la caza...

Nuestra receta es un clásico americano, un contundente “meatloaf”, que en nuestra alocada mente, se materializa en ese asesino del asfalto, monumental y letal. Pisaremos el acelerador, trataremos de escapar, de refugiarnos, de pedir auxilio… Nada nos servirá, una vez que encendamos los motores-fogones, nuestro destino estará escrito. Y sólo de nosotros dependerá sobrevivir a la implacable voracidad de ese diablo sobre ruedas.

David Mann conduce ajeno a todo por una carretera cercana a la frontera de Méjico pisando el acelerador. El sol azota y la temperatura sube lo suficiente, y nosotros lo materializamos precalentando el horno a 180 grados. Pasa a un camión cisterna que tiene delante, el conductor del mismo parece molesto por el adelantamiento. La locura se desata…

Mann trata de despegarse del morro del camión y acaba por casi chocarse con un valla en su desesperado intento. No lo sabe, pero ya está inmerso en la creación de un “meatloaf” que le hará la vida imposible. Todo empieza a chisporrotear como las cebolletas, el ajo y el apio saltando en el aceite hirviendo de la sartén. Se cocina la tragedia.

La tensión aumenta. Mann llega a una cafetería de carretera. Cuando ve que el camión está allí estacionado empieza a sospechar de todos los presentes, que le toman por loco. No es de extrañar. Es como ese bol en el que se mezcla la carne picada con el resto de ingredientes, una suerte de  grupo de personajes-ingredientes que conforman una ristra de sospechosos. Todos son inocentes, todos son asesinos…

Mann vuelve a huir. Pero el camión sigue al acecho. Cada vez con más virulencia y más contundencia, ya que en esta ocasión toda su maldad (o relleno) se ha aglomerado en un molde para horno (tipo Plum-cake)la. Ahora es más fuerte que nunca, está más acorazado y es más despiadado su ataque. La capa de salsa barbacoa con la que cubrimos la parte de arriba del molde no hace sino remitirnos a la virulencia de cómo arrolla al coche de Mann en las vías del tren esperando ser arrollado. Pero logra zafarse… 

En un último intento de salvación, Mann se encierra en una cabina telefónica (u horno) para llamar a la policía. Para él son minutos de agonía. Para el pastel de carne son 60 minutos de cocinado. Durante los cuales embiste la caseta, trata de aniquilar al desgraciado Mann… El calor del horno desata su furia como nunca antes.

Pasado casi todo el metraje de este terrible telefilme, llega el momento de la verdad. El último duelo. Sacamos del horno a nuestro “monstruo” y esperamos que se enfríe. En esa tensa espera llega la gran confrontación. Sólo puede quedar uno. 

Cortamos en rodajas el pastel de carne (que es probablemente lo que quisiera hacer el camionero con Mann) y servimos acompañado con la salsa barbacoa. Con esa sangre derramada en el original y sorprendente final. La carretera de tonos ocres, amarillentos, es ese puré de patatas que se extiende bajo las ruedas de los vehículos. Una especie de alfombra de asfalto seca, árida, agreste, que manda nuestra mente al desértico paraje, donde apenas hay brotes verdes, salvo alguna hoja de perejil.  Hemos sobrevivido al enfrentamiento. 

"El diablo sobre ruedas" fue sin duda un hito en la televisión de los años 70. Está plagada de energía y dinamismo narrativo, y logra encerrarnos en ese coche sofocante, continuamente perseguido por el mal. Nosotros hemos tratado de condensar ese espíritu en un plato muy americano que ensalza las virtudes del villano y protagonista casi total: su forma, su aspecto, su grandiosidad, su violencia... y ese relleno que no se ve, como al conductor (si es que lo hay).  

Hemos vencido al diablo. Ahora toca devorarlo… que nos lo hemos ganado.

miércoles, 11 de julio de 2018

ENSALADA CÉSAR CON POLLO MARINADO

La has comido docenas de veces. Y ya tienes que estar más que hart@ de usar una salsa preparada para esta elaboración. Aquí te propongo una versión muy sencilla y sobre todo, casera, de confeccionar la inmortal Ensalada César con tu propia salsa. Te llevará el tiempo justo...

Verás que en el fastuoso mundo de Internet hay millones de recetas y propuestas, pero no hay que enloquecer para satisfacer muy gratamente a tu paladar. Tienes que encontrar el punto de tu gusto, que es el único que vale en tu cocina. Como siempre yo te ofrezco una posibilidad pero atrévete a añadir ingredientes: alcaparras, algo de picante, zumo de naranja, vinagre de módena... Siéntete libre para crear y experimentar. De eso va esto, al fin y al cabo.


En esta versión añadimos unas tiras de pollo marinado que le darán un toque muy jugoso al plato. Si no quieres incluir carne, haz la receta tal cual o prueba a incorporar por ejemplo unos boquerones marinados, unas alcachofas a la plancha... Te dirán que no es lo original, y tú responderás: ¿tengo cara de que me importe? Es tu plato, tú mandas, el puritanismo culinario no nos interesa...

Así que sin más nos lanzamos a ejecutar esta Ensalada César con Pollo marinado. Un clásico de la cocina ya universal que ha ido evolucionando a medida que los países la iban adaptando a sus costumbres y gustos. Su origen parece fijarse en el chef Alessandro Cardini, que trabajaba en Tijuana (México) y que tuvo que inventarse esta receta para salir del paso con lo que tenía a mano. Pues eso haremos nosotros: jugar con lo que tengamos en la despensa. ¡Mandiles arriba!



INGREDIENTES (2 personas)
  • 2 cogollos medianos de lechuga bien lavados
  • 2 rebanadas de pan de molde sin corteza (o el pan que prefieras)
  • Queso Parmesano Rallado 
Para el pollo marinado
  • 6 solomillos de pollo 
  • 1 diente de ajo
  • 1 gajo de limón
  • 2 cucharadas de aceite de oliva Virgen Extra
  • 1 cucharadita de tomillo fresco
  • Sal
Para la Salsa César
  • 2-3 filetes de anchoa
  • 1 diente de ajo
  • 1 yema de huevo
  • 1 cucharada de Salsa Inglesa
  • 1 cucharada de Mostaza de Dijon
  • 1/2 limón
  • Queso Parmesano 
  • Aceite de Oliva Virgen Extra
  • Pimienta negra recién molida
  • Una pizca de sal
Tiempo: 10 minutos + el tiempo del macerado (mínimo 1 hora, mejor toda la noche)

Pasos para el marinado

Si usamos solomillos ya comprados no habrá que hacer nada. Si cogemos una pechuga entera, habrá que limpiarla bien y sacar unas tiras "gorditas" para que nos queden jugosas. 

Colocamos el pollo en un bol y le añadimos el diente de ajo troceado (no hace falta que sea fino), el limón, el tomillo, un poco de sal y el aceite de oliva. Mezclamos bien con una cuchara y tapamos con papel film. Dejamos que repose en la nevera mínimo 1 hora, aunque será mejor toda la noche.

Pasos para la salsa César

En un mortero echamos el ajo y los filetes de anchoa. Machacamos bien. Añadimos la yema de huevo, la pimienta negra, la mostaza, el limón exprimido y la Salsa Inglesa. Volvemos a mezclar con energía. Añadimos el aceite de oliva (más bien a ojo, hasta que nos quede una textura ligera pero homogénea, no buscamos una mayonesa muy densa).

Por último rallamos queso Parmesano y mezclamos con una cuchara. Probamos para rectificar si hiciese falta de sal, pimienta, limón... 

Terminando el plato

Cortamos el pan de molde (o el que tú prefieras) en cuadrados y los tostamos en una sartén con un poco de aceite. NOTA: También lo podrías hacer en el horno, vigilando que no se quemen. Ya tenemos los croutons caseros preparados.

Cocinamos a la plancha el pollo marinado hasta que nos quede bien tostado por fuera y jugoso por dentro. Depende del grosor, necesitará más o menos tiempo. Estad al loro...

Lavamos la lechuga a conciencia y sobre todo, la secamos bien-bien. La troceamos a mano y la disponemos en un plato hondo.

Colocamos encima las tiras de pollo y regamos generosamente con la Salsa César. Disponemos los picatostes alrededor. 

Terminamos rallando un poco más de queso Parmesano por encima. Y se acabó. Tienes frente a ti una de las ensaladas más clásicas, universales y deliciosas del planeta en tu mesa.

¡Que aproveche, hitchcookian@s! 






jueves, 28 de junio de 2018

MINIBURGERS MARROQUÍES CON SALSA DE YOGUR Y HARISSA

Hoy vamos a preparar unas poderosas y aromáticas Miniburger con claros toques marroquíes. Y acompañadas de una salsa fresca y picantona para catapultar cada bocado a otra dimensión. 

Este plato es un entrante o un aperitivo ideal para agasajar a los comensales de turno. Requiere muy poco tiempo y mucha imaginación con el juego de especias. Sólo necesitaremos trabajar con buena materia prima, manos bien limpias y retener el hambre que os va a provocar. La espera del macerado merece la pena para que se integren los sabores. Cuando lo coloquéis en la sartén o en el grill, la cocina se inundará de aromas de zoco


Como siempre os digo, esto no es más que una receta a "de inspiración" El resultado es sobresaliente, pero jugad vosotros con los sabores y picantes que más os plazcan. También podéis probar a sustituir el pan de hamburguesa por pequeños panes de pita para darle un toque marroquí aún más auténtico. 

Sin más nos ponemos en faena. Toca viajar a las entrañas de Marrakech desde los fogones. Toca sorprender al paladar. Pues ya sabéis... ¡mandiles arriba!



Ingredientes 
  • 500 g de carne picada de ternera (de buena calidad)
  • 2 cucharadas de Ras Al Hanout 
  • 1 diente de ajo
  • 1 huevo 
  • 1 cucharadita de comino
  • 1 cucharadita de cúrcuma
  • 1 cucharada de pasas picadas (opcional)
  • 1/2 taza de perejil fresco picado
  • Panes de miniburger 
Para la salsa
  • 2 yogures 
  • 1 cucharadita de Harissa (salsa picante marroquí)
  • 1 limón
  • Menta fresca picada 
  • Sal, pimienta negra y Aceite de Oliva Virgen Extra

______________________________________________________

Macerando la carne

Cogemos un bol amplio y añadimos la carne picada. 
Picamos el diente de ajo bien fino y lo añadimos.
Hacemos lo mismo con el perejil fresco y las pasas, si las usamos... 
Vertemos dentro las especias: cúrcuma, comino...
En último lugar incorporamos el huevo y ahora sólo queda mezclar bien. 
NOTA: Sugiero encarecidamente que lo hagáis a mano, para sentir la comida y conseguir que todos los ingredientes  y aromas se aúnen bien.

Dejamos reposar en la nevera unos 30 minutos tapado con papel film

La salsa

Tan sencilla como mezclar todos los ingredientes bien. 
El único truco depende de tu gusto y tu osadía con el picante. Prueba a añadir más o menos cantidad de "heavy metal", añadir algo más de cítricos, a lo mejor un poco de pepino muy picado... 

A la plancha 

Sacamos la carne de la nevera y nos disponemos a formar las hamburguesas. 
Cogemos bolitas de unos 40 gramos y les damos forma. Así hasta acabar con toda la carne. 
NOTA: Si te sobra carne puedes reutilizarla para unos espaguetis boloñesa con toques marroquíes, por ejemplo. O para unas albóndigas al vapor, o para rellenar unos tacos... 


Calentamos una sartén con un poco de aceite de oliva. 
Vamos friendo cada hamburguesa hasta que estén cocinadas a tu gusto.
TRUCO: Pon varias en una sartén y colócalas según las agujas del reloj, así sabrás cual debe salir antes o cual es cual, según el gusto de cada comensal. Ejemplo: la muy hecha está a las 6.

Abrimos los panecillos y colocamos la carne encima.
Regamos generosamente con la salsa de yogur y harissa y terminamos decorando con una hoja de menta o hierbabuena fresca. 

¡Que aproveche, hitchcookian@s!

miércoles, 13 de junio de 2018

TACOS DE NUECES Y CHAMPIÑONES (Trampantojo 100% vegano)

Hoy vamos a ponernos creativos. Aprovechando la propuesta de Nueces de California para que participe en su segundo concurso "Nuez Lover del Año", he tirado de imaginación para confeccionar una receta sana, divertida, sencilla y altamente sabrosa. El resultado es un trampantojo en toda regla, donde las nueces y los champiñones - bien secundados de verduras - se disfrazan de "carne picada para sorprender al ojo y al paladar.

Un festival de sabores, colores, texturas... donde nada es lo que parece
La idea fue cobrando forma a medida que pensaba en qué plato construir que fuese sano y así, poder secundar los poderes nutricionales y saludables de las nueces de California. Enseguida me sobrevino tirar por el "lado vegano de la cocina" y jugar con los matices y texturas del fruto seco en cuestión. Había posibilidades: una boloñesa, unos canelones, unas patatas rellenas... pero cuando me acordé de los tacos de carne, había ganador. Porque el crujiente de las tortillas de maiz y de las propias nueces tenía que ser ya una explosión en la boca... Y lo es, creedme.


Así que tocaba divertirse en los fogones y jugar con las hierbas aromáticas, las verduras cocinadas y en crudo, un toque picante, y esa maravillosa mezcla de las nueces y los champiñones Portobello... Di con un resultado espectacular en todos los sentidos. Primero porque logra asemejarse perfectamente a unos "tacos de carne" corrientes y segundo porque el sabor es increíble. Una opción para el paladar vegano (y no vegano) de lo más recomendable. Un hallazgo. Un nuevo concepto. Una sorpresa culinaria que ni puedes ni debes dejar pasar, hitchcookian@... 

Así que... ¡Mandiles arriba!

Ingredientes (8 tacos)
  • 1 taza de Nueces de California
  • 6 champiñones Portobello
  • 3 ramas de apio
  • 1 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 1 pimiento rojo pequeño
  • Salsa de tomate (4 o 5 cucharadas)
  • 2 cucharadas de harina de trigo
  • Albahaca fresca, orégano...
  • Sal, pimienta negra y Aceite de Oliva 
  • Tortillas de maiz 
  • Unas tiras de lombarda 
  • Lechuga romana 
  • Unos golpes de Tabasco
Tiempo: 30 minutos

Primeros pasos

Tiramos de Thermomix o de trituradora para moler. También se puede usar batidora, y hasta de trabajo a cuchillo, pero os llevará tiempo porque debe quedar todo muy picado. Y dios quiera que vuestros dedos se mantengan intactos... Ojo a eso siempre.


Añadimos las nueces al vaso batidor y trituramos. La idea es que queden trocitos, un picado rústico. Incorporamos los Portobello en cuartos y trituramos un poco más. 


Vertemos la harina, sal y pimienta negra recién molida, y mezclamos sin triturar más. 

Concluido este paso, volcamos la mezcla en una sartén con 1-2 cucharadas de aceite de oliva y lo vamos a cocinar durante 15 minutos a fuego suave. Vigilantes de remover para que no se queme.


El aspecto debe evocarnos a la carne picada cocinada, se trata de eso, de engañar al ojo...  NOTA: Si véis que os queda demasiado "pastoso" podéis añadir 2 o 3 nueces picadas a cuchillo para que se asemeje más a nuestro "truco".

El sofrito 

Por otro lado picamos en brunoise (trocitos pequeños) el pimiento rojo, la cebolla y el apio. Ni qué decir tiene que todas las verduras deberán estar limpias como patenas. 

Las vamos sofriendo en una sartén con 2 cucharadas de aceite para que se vayan ablandando. Unos 10-12 minutos. En ese momento añadimos el ajo picado y cocinamos 2 minutos más.


Añadimos la salsa de tomate al sofrito y mezclamos unos minutos. Picamos las hierbas y las añadimos igualmente. En mi caso albahaca fresca y orégano. Volcamos la "falsa carne" de nueces y champiñones en la otra sartén y removemos para integrar todos y cada uno de los ingredientes. NOTA: Aquí puedes añadir un toque picante con un poco de Tabasco al gusto...

El montaje final

Calentamos las tortillas en el horno (tal y como aconsejen los sabios fabricantes) y empezamos con el relleno. Picamos en juliana un poco de lechuga romana y la colocamos de base o cama. Por encima vertemos nuestra maravillosa mezcla. 

Terminamos decorando con unas tiras de lombarda para dar crujiente extra y fresco y ya puestos, colorido a este maravilloso bocado. ¡Que aproveche, hitchcookian@s!

lunes, 19 de diciembre de 2016

PASTEL DE ATÚN AL ESTILO DE MI MADRE


Tal vez esta sea la receta a la que más cariño tengo. A mi memoria viene la imagen de mi madre preparándola, y sabía entonces que ese día era especial: había pastel de atún. Cada bocado que le pego me traslada inmediatamente a otra época, a algún momento de felicidad extrema. Esta exquisitez siempre estará presente en mi cocina. En mi mente. En mi historia...

Llevar a cabo una receta materna siempre es una tarea compleja, motivadora sí, pero sueles patinar en algún punto del camino porque falta "ese toque secreto" que las madres suelen tener. En mi versión se suman todos los componentes originales y algunos nuevos para intentar evolucionar el plato. Pero la esencia, el sabor, el aroma, mi madre están presentes en esta deliciosa maravilla.


Esta receta es ideal para reuniones familiares, para festejos con amigos, para ir zampándotelo día tras día, porque es suave, meloso y muy sencillo de preparar. Es vital tener ingredientes de buena calidad, aunque también es un plato que puede servir para aprovechar materia prima que deambule sin destino por neveras y despensas. La elección es únicamente vuestra.

Y ya sin más os dejo con el proceso. Nunca será igual que el de mi madre, no me voy a engañar. Pero se asemeja bastante. Y cada vez que lo preparo pienso en ella y en cómo me inculcó su pasión por la cocina. Así que va por ti, mamá. Tu pastel de atún sale a escena... ¡Mandiles arriba!

Ingredientes (4-6 personas)

3 latas de atún natural (desmigado)
1 kg de patatas
1 vaso de leche
3 huevos
1-2 cdas de salsa de tomate
Mantequilla y pan rallado (para el molde)
Mayonesa o Salsa rosa
Tomate y canónigos (para decorar)
Semillas de sésamo negro
Sal, pimienta y nuez moscada rallada 

Tiempo: 10 minutos + 40 de horneado

El puré de patatas

Pelamos las patatas y las cocemos en abundante agua con sal durante 30 minutos, o hasta que estén tiernas. NOTA: Es importante que el "borboteo" sea flojo, no que hierva a modo de jacuzzi. 

Sacamos, colamos y las pasamos por el pasapurés. 

Añadimos la leche, sal, pimienta negra molida y un poco de nuez moscada. E integramos bien todo. Probamos y rectificamos, si hiciera falta.

Ahora incorporamos las cucharadas de salsa de tomate (puede ser ketchup, si no tienes) y así daremos un tono de color rojo. Acto seguido los tres huevos y el atún bien desmigado a mano y colado. Removemos de nuevo. Y listo...

Horneado


Precalentamos el horno a 180º, con calor arriba y abajo. 

Untamos un molde de horno (tipo plumcake) con mantequilla y espolvoreamos pan rallado. Vertemos la mezcla y colocamos el molde en una fuente con agua (para que se nos haga la parte de abajo al baño maría

Dejamos cocinar unos 40 minutos. TRUCO: Para saber si está hecho introducimos una brocheta y si sale limpia es que está en su punto. Para que no se nos queme demasiado la parte de arriba se puede tapar con papel de aluminio y destapar 10 minutos antes, para que coja color.

Dejamos enfriar y desmoldamos con cuidado sobre una bandeja. 

Regamos generosamente con mayonesa o salsa rosa, colocamos en la cima unos brotes de canónigos bien lavados, unas rodajas de tomatitos cherry y por último unas semillas de sésamo negro. 

¡Que aproveche, hitchcookianos!

viernes, 16 de diciembre de 2016

JAMONCITOS PICANTES CON KÉTCHUP TROPICAL (Navidad picante)


No es ningún misterio que me enloquecen los platos exóticos con su buen chispazo de picante. Aprovechando el concurso de HEINZ y mitoquedemagia.es (hasta el 15 de Enero de 2017) decidí fabricarme unos jamoncitos de pollo con aromas y tendencias tropicales. Mi paladar es aventurero, y hay que saciarle, hacerle viajar, que se sienta mimado...



La receta de hoy es increíblemente sencilla de preparar. Por un lado preparamos una salsa para "lacar" el pollo antes de perderlo en las profundidades del horno. Lleva bastante picante porque aquí nos va el heavy metal, pero medid vosotros la cantidad exacta acorde a vuestro gusto. Se trata de devorar el plato, no de sufrirlo. 


En épocas navideñas siempre nos dejamos arrastrar (y con razón) por recetas más típicas de las fechas que marcan el calendario. Pero nunca está de más saltarse las normas y probar nuevas fórmulas para sorprender. Estos jamoncitos tienen la virtud de ser un excelente entrante (también se podrían hacer con alitas troceadas) para llevar los aperitivos pre-cena-copiosa a otro nivel. 

Dejaos seducir por este abanico de aromas y sabores, dadle vuestro toque personal, experimentad con los toques picantes, con los chispazos de cítricos, probad con otro tipo de queso... Como siempre, vuestro paladar es sabio, y sabe lo que os gusta. Así que acatad su voluntad. ¡Mandiles arriba!

Ingredientes (4 personas)

Para los jamoncitos picantes

  • 8 jamoncitos de pollo sin piel (Nutrave)
  • 180 grs de kétchup HEINZ
  • 1 cda de azúcar moreno
  • Salsa picante al gusto
  • 1 cda de guindilla seca (chili flakes)
  • 2 cdas de Vinagre de Sidra o de manzana
  • 1 cdita de ajo en polvo
  • Sal, pimienta y Aceite de Oliva Virgen Extra
  • Queso azul y cilantro fresco (para finalizar)
Para el kétchup tropical

  • 340 grs de kétchup HEINZ
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cebolla
  • 1 mango
  • 2 mandarinas en zumo
  • 1 limón en zumo
  • Un chispazo de vinagre de arroz
  • Sal, pimienta y aceite de oliva Virgen Extra
Tiempo: 1 hora 

EN FAENA

Precalentamos el horno a 200º y nos ponemos manos a la obra.

Limpiamos bien los jamoncitos de pollo, les quitamos la piel y los secamos bien. Los disponemos en una bandeja de horno, tranquilos, que todavía no ha llegado su momento de salir a escena.



En una sartén vertemos aceite de oliva, ketchup, azúcar moreno, salsa picante (sin miedo), la guindilla seca, el vinagre, el ajo en polvo, sal y pimienta. Calentamos todo y lo cocinamos removiendo sin parar unos 8-10 minutos. Nos tiene que quedar una salsa espesita.

Salpimentamos los jamoncitos por ambas caras y los pintamos por una cara con la salsa ayudados por una brocha de cocina. Que se impregnen bien. 





Los metemos en el horno durante 30 minutos. Sacamos y les damos la vuelta. Volvemos a pintar con el resto del lacado los jamoncitos y dejamos hornear unos 15 minutos más. NOTA: Podéis subir al final un poco la temperatura o poner el grill para que se tuesten bien por arriba y nos den esa apariencia de grill o parrilla

KÉTCHUP TROPICAL

En un cazo echamos 1 cda de aceite de oliva y sofreímos la cebolla y el ajo cortado finamente durante 15 minutos aproximadamente.


Añadimos el ketchup, el mango cortado en dados, los zumos de los cítricos, el vinagre de arroz, sal y pimienta negra molida. Removemos bien, bajamos el fuego y cocinamos todo el conjunto hasta que espese. Sin prisa. A su ritmo. 


Dejamos enfriar ligeramente y lo pasamos por la batidora hasta obtener una salsa sin grumos ni trocitos pero densa. NOTA: Lo que nos sobre lo podemos guardar en un bote de cristal y usarlo para otras recetas o simplemente para untar unos nachos caseros.


EMPLATADO

Disponemos los jamoncitos en un plato de pizarra y el kétchup tropical en un bol para ir untando y que cada comensal se sirva al gusto. Espolvoreamos cilantro fresco picado y unos trocitos desmenuzados de queso azul, que se fundirán suavemente con el calor del pollo y les da un toque espectacular. Coged un buen puñado de servilletas y a disfrutar de este festín.

¡Que aproveche, hitchcookian@s!

Propuesta de presentación hitchcookiana...