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miércoles, 5 de diciembre de 2018

QUINOA CON VERDURAS Y HUEVO EN FLOR

Hoy os traigo un plato a cámara rápida espectacular. Por todo. Por su sencillez, por su vistosidad, por su múltiples beneficios, por su sabor y por su velocidad de preparación. Como veis tiene virtudes, pero sin duda alguna la mejor de todas es... cuando la pruebes, estás condenad@ a repetirla una y otra vez. Ya lo aviso...

La protagonista es la quinoa, que lleva ya un tiempo en nuestras cocinas. Y es lógico. Tiene una buena cantidad de propiedades, proteínas, fibra y vitaminas que nos ayudan. Para los Incas era una planta sagrada, no es un cereal es una semilla, ¿y acaso podemos poner en duda lo que pensaban en Los Andes hace 5.000 años? No creo, ¿verdad? Sólo podemos cocinarla como es debido y arroparla con verduras y un huevo en flor que ya es el remate de la majestuosidad.

¡Mandiles arriba! 


Ingredientes (2 personas)
  • 160 g de quinoa 
  • 6 ramilletes de brocoli 
  • 6 ramilletes de coliflor 
  • 2 zanahorias 
  • 1 puñado de guisantes congelados 
  • 2 huevos 
  • Agua para la cocción
  • Aceite de Oliva Virgen Extra 
  • Sal y pimienta negra 
  • Escamas de guindilla (Chili flakes) 
  • Salsa de soja (opcional) 
Tiempo: 25 minutos 

Cosas de verduras 

Cortamos unos ramilletes de brócoli y coliflor.
Pelamos las zanahorias y las cortamos en bastoncillos, cuadrados, medias lunas, rodajas... Como más te plazca o te seduzca. 

Ponemos una sartén al fuego con un poco de buen aceite de oliva Virgen Extra y salteamos las verduras unos 8-10 minutos. Añadimos los guisantes en el último momento y salpimentamos. 

La quinoa en escena 

Enjuagamos bien la quinoa con ayuda de un colador bajo el agua. Es IMPORTANTE este paso para eliminar la saponina

Pasamos la quinoa bien escurrida a la sartén y la sofreímos con las verduras unos 3 minutos. 

Es el momento de echar el líquido. Para una perfecta cocción las medidas son 3 partes de agua o caldo por 1 de quinoa. Removemos ligeramente y dejamos que hierva durante 2 minutos. Luego tapamos la sartén y cocinamos 15 minutos. 

NOTA: Tiempos orientativos, hay que estar al loro para encontrar el punto justo. El grano debe quedar transparente menos por los bordes y soltar el germen blanco.

IMPORTANTE: La textura debe ser al dente, como la pasta. Nada de granos blandurrios...

El huevo en flor 

Mientras la quinoa y las verduras van a su ritmo preparamos el último toque del plato.

Ponemos un poco de papel film en un vaso o bol pequeño y cascamos el huevo dentro. Lo ponemos a punto de sal y pimienta y cerramos como si fuese un saquito. NOTA: Podemos atarlo con cordón de cocina para asegurarnos que queda perfectamente sellado.

Introducimos los huevos en agua hirviendo (pero no a borbotones) y dejamos que se cocinen unos 3-4 minutos. NOTA: La clara debe quedar cuajada y la yema líquida. Retiramos del fuego y con cuidado abrimos el papel film.

Servimos la quinoa con las verduras un plato hondo y coronamos con el huevo en flor. Rompemos la yema ligeramente para que salga su oro líquido y le damos vida con un poco de chili flakes y un chispazo de salsa de soja

¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

miércoles, 14 de noviembre de 2018

TORTILLA DE PATATAS Y BACALAO

No te quiero robar más tiempo del necesario en la lectura, porque cuando veas la foto sólo pensarás en hacer esta Tortilla de Patatas y Bacalao al momento. Te vale para cenar y para tener un tupper maravilloso al día siguiente en el tajo. Si es que puedes resistir la tentación, claro...

Sólo apuntar dos cosas: las migas del bacalao las puedes comprar ya desaladas  o las puedes desalar en casa. Para ello coloca las migas en un cuenco con agua durante 30-35 minutos. Enjuaga bien y sécalas. Si fuese un bacalao entero es otra película, pero nos centramos en la sencillez del plato... Y como segundo apunte no escatimes en productos de calidad. Cocinar unas buenas patatas en otro aceite que no sea de Oliva Virgen Extra roza casi el delito federal. Así que mima tus ingredientes...

Por supuesto que puedes añadir algún que otro ingrediente a esta receta: un poco de ajo en el aceite para aromatizar, un poco de perejil picado cuando la cuajes, espinacas rehogadas... Mira tu nevera, ella te dirá qué hacer... Pues poco más que añadir. ¡Mandiles arriba! 


Ingredientes:
  • 3-4 patatas grandecitas
  • 200 g de migas de bacalao desaladas
  • 5-6 huevos L
  • 1 cebolla
  • Aceite de Oliva Virgen Extra
  • Sal
Tiempo: 30 minutos

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Pelamos las patatas y las troceamos. O bien en trocitos, pequeñas láminas, daditos... Lo importante es que no sean muy grandes para homogeneizar la fritura.

Ponemos las patatas en un cuenco con agua para que suelten el almidón. Pasados unos 10-15 minutos enjuagamos y secamos a conciencia, que como queden restos de agua saltará el aceite.


Ponemos una sartén honda al fuego con aceite de oliva Virgen Extra. La cantidad no debe ser abusiva pero tampoco quedarnos cortos. El ojo es tu mejor aliado en este punto. Cuando esté caliente añadimos primero la cebolla y rehogamos unos 10 minutos para que coja color. 

Luego añadimos las patatas troceadas, añadimos sal, y subimos la potencia removiendo sin parar. Cuando coja caña, bajamos el fuego y tapamos la sartén. 


Dejamos confitarse a fuego bajo hasta que las patatas estén tiernas. NOTA: Importante vigilar siempre nuestro plato y darle vueltas y ayudarle a cocinarse por igual y evitar que se queme.


Sacamos con una espumadera las patatas y la cebolla cocinadas para evitar todo resto de aceite. También los puedes poner en un colador con un cuenco abajo para que suelten el exceso de grasa.

Batimos los huevos en un bol amplio y añadimos la patata y la cebolla. Removemos bien. Vertemos igualmente el bacalao desmigado y mezclamos.


Ponemos una sartén antiadherente al fuego con una cucharada del aceite de la patata y cuajamos por un lado. Volteamos con ayuda de un plato y cuajamos por el otro lado. NOTA: El gusto del cuajado me temo que depende única y exclusivamente de ti, amig@ mío... 

Servimos, cogemos un tenedor y disfrutamos de lo lindo.

¡Que aproveche, hitchcookian@s!

lunes, 20 de febrero de 2017

REVUELTO CREMOSO DE TRIGUEROS, SETAS Y AJETES

Acudo a tu rescate para esos momentos en los que llegas a casa cansado, sin ganas de perderte en la cocina, tal vez ni de levantarte del sofá. Pero tienes hambre y no te vale cualquier cosa. Pues aquí tienes una propuesta de lo más sencilla, rápida y jugosa. 

Este revuelto cremoso-cremoso viene acompañado de setas, espárragos y ajetes. Es casi como una receta de aprovechamiento, ya que los huevos nos ayudan a darle salida a infinidad de productos aislados en la nevera. Estos son mis "ingredientes perdidos" pero podéis tirar de gambas, champiñones, chalotas, puerros... Vuestra imaginación es la que domina la cocina. Escuchadla.

Sin más, os dejo con el fácil proceso de este plato a cámara rápida. Os aseguro que la pereza de "hacer la cena" se esfumará en un instante. ¡Mandiles arriba!


Ingredientes (2 personas)

  • 4 huevos medianos 
  • 8 espárragos verdes o trigueros
  • 200 grs de setas de cardo (o la variedad que más te guste o tengas)
  • 3 ajetes 
  • Sal y pimienta negra molida
  • Aceite de oliva Virgen Extra
  • 1 chorrito de Salsa de Soja
  • 1 poco de leche (opcional) 
  • Agua para cocer los espárragos 
Tiempo: 10-12 minutos

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Este plato va a ritmo vertiginoso, así que no perdemos tiempo.

Ponemos a calentar una cazuela con agua. Cortamos la base de los espárragos - la parte más leñosa -, los partimos en trozos dos-tres dedos y los echamos en el agua hirviendo. Dejamos que se ablanden unos 6-8 minutos. Enseguida los sacamos a un bol con agua y hielo para cortar la cocción y mantener intacto su bonito color verde.

Lavamos las setas y las secamos bien. Las cortamos en tiras o en juliana. 

En una sartén calentamos un par de cucharadas de aceite de oliva Virgen Extra y añadimos los ajetes troceados y las setas. Salteamos a fuego vivo.

Añadimos los espárragos y dejamos cocinar todo unos 2 minutos. Agitando la sartén bien, sin miedo. NOTA: Aquí yo le añadí un poquito de salsa de soja para dar salinidad y un toque "distinto", el resultado es más que recomendable pero se puede suprimir, lógicamente. 

Batimos ligeramente los huevos en un bol - no vamos a hacer una tortilla - y salpimentamos (con cuidado, si le hemos añadido soja...) NOTA: Puedes añadir un poco de leche en este punto...

Apartamos la sartén del fuego y añadimos los huevos. Yo suelo ir mezclando bien todo con el calor residual y, esporádicamente, lo vuelvo a poner unos segundos al fuego según os guste más o menos cuajados. Pero por aquí nos van cremosos... 

Servimos enseguida en platos hondos individuales. Nos hacemos con un buen pan para mojar y a disfrutar de un plato a cámara rápida sano y extremadamente bueno. 

¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

lunes, 6 de junio de 2016

HUEVOS REVUELTOS CON SALMÓN AHUMADO (O cómo tener una cena en menos de 10 minutos)



Hoy volvemos con un plato a cámara rápida de las de toda la vida. Tiempo mínimo, resultado máximo. Esta receta de huevos revueltos con salmón ahumado es una delicia para esos momentos de "no tengo nada para cenar" o de "me apetece entre poco y nada ponerme a cocinar ahora". 

La técnica empleada sale de los locos consejos de Gordon Ramsay y a la vista está, que el aspecto es de lo más apetecible. Podéis usar salmón, como es mi caso, u otro tipo de pescado ahumado (palometa, trucha, bacalao...) Además de añadir hierbas a vuestro antojo, que como siempre digo, para eso sois los amos y señores de vuestros fogones. ¡Mandiles arriba!


Ingredientes (2 personas)
  • 4 huevos L
  • 1 cda de mantequilla baja en sal
  • 4 lonchas de salmón ahumado
  • 4 cdas de Leche Evaporada 
  • 2 rebanadas de pan
  • Sal y pimienta negra molida
Tiempo
  • 10 minutos

En un cazo pequeño añadimos la mantequilla y dos huevos. Damos calor y vamos a ir batiendo suavemente mientras va cuajando. 



El truco radica en ir sacando e incorporando el cazo al fuego sin dejar de batir. De ese modo los cambios de temperatura ayudan a que los huevo queden hechos y melosos. 

Cuando ya los tengamos casi a punto añadimos la leche evaporada, sal y pimienta negra molida. Damos un último meneo con las varillas o la cuchara de madera y listo. 



Servimos los huevos acompañados con unas buenas lonchas de salmón ahumado y una rebanada de pan, fundamental para este plato. ¡Que aproveche, hitchcookian@s!

lunes, 12 de octubre de 2015

TOSTA DE HUEVO Y PANCETA AL HORNO

Aperitivo, cena o hasta desayuno contundente. Elige tu ocasión para preparar esta deliciosa y facilísima tosta al horno. Yo te sugiero unos ingredientes, tú puedes eliminar los que quieras y añadir los que más te plazcan: hazlo más vegetariano con unos espárragos trigueros, o más carnívoro con unas lonchitas de salami, o más francés cambiando el Parmesano por un queso Brie... Lo digo y lo diré siempre, es tu cocina, son tus normas, son tus platos, hazlos tuyos. ¡Mandiles arriba!

TOSTA DE HUEVO Y PANCETA AL HORNO
INGREDIENTES (2 personas)2 rebanadas de pan de molde rústico
2 huevos L o XL
50 grs de panceta
Salsa de tomate
Queso Parmesano rallado
Orégano y albahaca
Sal, pimienta y Aceite de Oliva


Tiempo: 10 minutos

Precalentamos el horno a 180º. 

Freímos en una sartén con una gota de aceite la panceta cortada en tiras. Hasta que nos quede crujiente y dorada. Sacamos a papel absorbente y reservamos.

Cogemos cada rebanada de pan de molde y la disponemos en una bandeja de horno, ligeramente untada de aceite.

En cada rebanada hacemos una leve hendidura (sin romper nunca la miga) a modo de "nido". En los laterales sobrantes extendemos una buena capa de salsa de tomate. 

En cada hoyito echamos un huevo (no importa si se sale de la costa, al cuajarse quedará de vicio) y salpimentamos la yema. Incorporamos la panceta reservada y rallamos queso Parmesano por encima. NOTA: Aquí puedes añadirle unos tomatitos cherry, unos champiñones, un poco de calabacín sofrito, atún desmigado... Tu imaginación manda.


Metemos en el horno de 5 a 7 minutos. NOTA: Id vigilando para dar con la textura ansiada: yema más o menos cuajada. Vuestro horno es vuestro amigo pero... hay que estar encima de él para que no nos la líe.

Sacamos y servimos en platos individuales. Espolvoreamos orégano y un hilillo de un buen Aceite de Oliva Virgen Extra y decoramos con una hoja de albahaca. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

viernes, 6 de marzo de 2015

REVUELTO DE TRIGUEROS, SETAS Y BACON (Cena#75)

La receta es bien simple, pero es tan socorrida y perfecta para las cenas, que se trata de darle nuestro toque personal e ir investigando nuevas mezclas. Desde los clásicos ajetes y gambas, pasando por algo más sofisticado como espinacas, gulas, jamón serrano, morcilla, cebolla caramelizada, pulpo, mejillones... Este recetón soporta casi todos los ingredientes, así que dejad que la nevera os nutra de buenas ideas. ¡Mandiles arriba!

INGREDIENTES (2 personas)
3-4 huevos
6 espárragos trigueros
200 grs de setas
100 grs de bacon
Sal, pimienta y aceite de oliva
Perejil fresco

Tiempo: 10 minutos

1. Cortamos el tallo (la parte más gruesa de la base) de los espárragos y troceamos.

2. Picamos el bacon y las setas (que estarán bien lavadas y secas)

3. Batimos los huevos en un bol con un pellizco de sal.

4. En una sartén con 2 cucharadas de aceite de oliva, vamos pochando los espárragos, el bacon y las setas durante unos 5 minutos. Salpimentamos al gusto. 

5. Añadimos los huevos batidos y removemos con rapidez. Apagamos enseguida el fuego y damos un par de vueltas para mezclar bien todos los ingredientes. Aquí la cosa va de gustos: más o menos cuajados. Yo soy de los de "poco hechos" pero ahí ya mandáis vosotros/as. 

6. Servimos en el momento y espolvoreamos perejil fresco picado.

No hay más. Tal vez, si acaso, agarrar un tenedor, partir un poco de buen pan y disfrutar, que es lo suyo. ¡Que aproveche, hitchcookianos!

domingo, 15 de febrero de 2015

HUEVOS AROMÁTICOS CON CÍTRICOS Y HIERBABUENA

Una receta tan espectacular como rápida y sencilla de recrear. Hoy nos toca salirnos de las corrientes más carnívoras, y centramos el tiro en un plato apto para ovo-vegetarianos y demás amantes de ese gran y socorrido ingrediente que es el huevo. Para la ocasión nos hemos puesto generosos y hemos dotado la base de una mezcla de verduras y fragancias que catapultarán vuestro paladar a la estratosfera. Ni que decir tiene (como siempre) que aquí os pongo mi muestra de materia prima, pero que os lancéis con otros ingredientes: pimiento, puerro, calabaza... Si no hay hierbabuena, pues perejil. Si no hay lima... pues naranja o limón. Que nada os detenga, pero probad a hacerla porque os aseguro un recetón. Silencio... se cocina.

INGREDIENTES (2 personas)
4 huevos L (de buena calidad)
1 cebolleta
1 diente de ajo
1 trozo de jengibre fresco
4-5 espárragos trigeros
2-3 tomates maduros
1 puerro (parte blanca)
1 rama de apio
1 cucharada de comino en grano
Hierbabuena fresca
1 lima (y su ralladura)
Sal, pimienta y aceite de oliva
1 trocito de Lemon grass (opcional)

Tiempo: 20 minutos

Película comparada: "El crepúsculo de los dioses" TRAS RECETA


Lo primero de todo es organizarnos. Vamos a lavar y trocear las verduras en brunoise para dejarlas listas e irlas echando poco a poco. Esto nos ahorrará trabajo luego.

En una rondón o sartén amplia y profunda, echamos un par de cucharadas de aceite de oliva y vamos a ir sofriendo la cebolleta, el apio, el lemon grass, el puerro y los espárragos. 

Cuando estén pochadas añadimos el comino en grano, el jengibre y el ajo picado. Y dejamos sofreír unos minutos. Que salgan a relucir los aromas...


Momento de meter en escena el tomate troceado. Removemos bien para que impregnar bien todas las verduras de las fragancias. Salpimentamos al gusto.

Ahora toca ponerse creativos. Hacemos cuatro huecos en la olla con la ayuda de la cuchara y vamos cascando un huevo en cada uno. Les echamos una puntita de sal en cada yema. Y tapamos la olla. Dejamos que se cocine a fuego moderado unos 5-6 minutos.


Pasado ese tiempo apagamos el fuego, rallamos la piel de la lima (sin parte blanca, que amarga) y espolvoreamos bastante hierbabuena fresca picada. Y voilá! ¡Que aproveche, hitchcookianos!


Película ideal para degustar este plato

SUNSET BOULEVARD
"El crepúsculo de los dioses" de Billy Wilder (1953)

Pese a que la receta goza de un gran colorido, he optado por el preciosismo del blanco y negro (tan amado por mi enloquecida mente cinéfila) para elaborar esta comparación. Hay muchos elementos que llaman mi atención: la mezcla de verduras diferentes, su "encerramiento" en la olla, el protagonismo absoluto de los huevos, una convivencia/cocción que desatará sus aromas... Más o menos lo que sucede en la sublime obra maestra wilderiana: El crepúsculo de los dioses.

No descubro nada nuevo sobre el genio austríaco, al decir que fue uno de los más importantes y determinantes talentos del séptimo arte. Su obra, tanto la abiertamente cómica: "Con faldas y a lo loco", "En bandeja de plata" o "Un, dos, tres..." como la dramática "Días sin huella", "Perdición" o "El gran carnaval", constituye un poderoso pilar narrativo para generaciones venideras. Wilder fue un dardo envenenado en la conservadora actitud del Hollywood de los 40 y 50, su pluma afilada sorteó censuras y supo hacer auténticas autopsias fílmicas sobre la conciencia y miseria humana. 

En "El crepúsculo de los dioses" va un paso más allá y se adentra en el género del "cine dentro del cine" para diseccionar el oscurantismo que se vivía en la edad dorada del cine. Esta película no tiene nada de amable y sí mucho de cruel, ácida y maquiavélica. Su mirada irónica y sus majestuosos diálogos se posan en un joven y conflictivo guionista (William Holden) que narra los hechos que precedieron a su muerte (detonante que luego se usaría para comenzar otra joya como "American Beauty") Y de cómo, huyendo de los acreedores, encuentra una tabla de salvación alojándose en la fastuosa mansión de una vieja gloria del cine mudo, Norma Desmond (Gloria Swanson). Que sobrevive rodeada de recuerdos y de antiguallas y es consolada por su hermético mayordomo, y antiguo director de cine (Eric Von Stroheim) 

Nuestra receta se basa en esa venenosa relación que surge inevitablemente entre los protagonistas. La olla hace las veces de casa-museo de Sunset Boulevard, delimitada por una verja y en la que no entra ni sale nadie sin el conocimiento de ella, la dominadora actriz. Esa olla se convierte en el escenario por el deambularán los personajes/verduras y donde se cocinará su autodestrucción.

A través del pechado iremos presenciando como las almas que una vez fueron grandes y reconocidas (genial el cameo de Buster Keaton), se van ablandando, agrietándose, perdiendo su esencia y formando parte de una amalgama de recuerdos que jamás volverán. Así el comino o el jengibre, presencias poderosas como la del guionista Holden, van perturbando la rutinaria vida de un sofrito y dotándolo de nuevas fragancias, que despiertan de su letargo a la trasnochada y fracasada actriz.

El tomate surge en la historia de este cocinado, tiñendo de rojo sanguinoliento el destino final de los personajes. El asesinato se muestra en "El crepúsculo de los dioses" desde el minuto uno, y nos da pistas para adivinar que todo ese mundo de fantasía y lujo, no es más que un escaparate bonito que encubre frustración, temor, soledad, demencia...

Y entonces emergen los huevos (que de un modo chiflado se nos asemejan flotando en la piscina de verduras, como el primer plano de la película con el cadáver de Holden sumergido en el agua) Esos cuatro protagonistas totales (la actriz arrogante y su fiel mayordomo, el pícaro guionista y su  joven e inocente ayudante) terminan mal conviviendo en una historia de traiciones y falsos deseos. Su crudeza se desata cuando se cocinan y se endurecen, como dando a entender que deben hacerse con una coraza frente a todas las miserias y locuras que tienen alrededor.

Y al final... la hierbabuena y la lima nos otorgan ese frescor y acidez que encumbra a Norma Desmond cuando es detenida por la policía. Tiene una última oportunidad vital de actuar ante las cámaras (de los periodistas, pero cámaras al fin y al cabo) y mostrar al mundo su enorme talento. Una especie de sensación agridulce (como la mezcla de hierbas y los cítricos). Decía ella que "yo sigo siendo grande, son las películas las que se han hecho pequeñas" Pues "El crepúsculo de los dioses" sigue siendo Desmond, es decir, muy grande... 

martes, 2 de septiembre de 2014

TORTILLA DE PATATA, BERENJENA Y CALABACÍN

INGREDIENTES 
4-5 huevos medianos
3 patatas medianas
1 berenjena (no muy grande)
1 calabacín mediano
Aceite de Oliva (de calidad)
Sal y pimienta

Tiempo: 1 hora
Película comparada (abajo): PLÁCIDO (Luis García Berlanga, 1961)

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La tortilla de patata... Esa delicia culinaria nuestra que ha navegado de generación en generación satisfaciendo estómagos. Es casi como la primera lección a aprender en cocina y, sin embargo, sigue siendo un misterio. Todos tenemos los trucos heredados de madres y demás, que la hacen única, irrepetible, incomparable... 

Lo único cierto es que sólo podemos rendirnos ante sus encantos y probar a mejorarla cada vez. En esta ocasión mis suegros me trajeron una berenjena y un calabacín de Candeleda (Ávila) que estaban llamadas a la gran pantalla. Debían estrenarse por todo lo alto, y qué mejor manera que formar parte de este titán culinario.

Una buena ensalada de tomate (del de verdad, digo) con un poquito de sal y aceite terminan por redondear este plato tan añejo como nuevo, que nunca dejará de hacernos salivar. 

Sssssh, silencio... se cocina.

Guión: creando los personajes

Lo primero de todo es dejar listos los ingredientes para empezar a trabajar con ellos. Por un lado cortamos en daditos la berenjena y la ponemos en un colador. Espolvoreamos bastante sal y dejamos que sude a su ritmo durante media hora. 

Hacemos lo mismo con el calabacín. Así logramos que suden y eliminen gran parte del agua que contienen. Mientras hacemos este proceso nos ponemos con las patatas.


Pelamos las patatas y las lavamos bien. Secamos (importante). Vamos sacando láminas de un 1-2 cms de espesor. Aquí ya al gusto, podéis pegar la tajada que más os plazca o la que haya sido herencia familiar y las colocamos en un bol y echamos un poco de sal.

Dirección: empieza el rodaje

Sacamos dos sartenes a escena. En una vamos a freír las patatas. Para ello echamos bastante aceite de oliva de buena calidad (que luego se nota en el resultado final, creedme) Añadimos las patatas saladas y dejamos que se vayan cocinando a fuego bajo. Esto llevará unos 20 minutos.

En la otra sartén echamos un poco de aceite y vamos a pochar la berenjena y el calabacín. Al principio a fuego más bien fuerte y luego lo bajamos, tapamos la sartén u olla y dejamos cocinar otros 20 minutos. Iremos removiendo de vez en cuando para comprobar que se van cocinando pero no quemando, que no nos interesa nada.

Cuando la patata esté hecha la sacamos y la pasamos a la sartén de las verduras y removemos unos dos minutos para luego retirar del fuego. 

 

Con todo ya bien pochado llega el momento de salpimentar 4 huevos y batirlos bien. Añadimos la patata, la berenjena y el calabacín y removemos para mezclarlo todo bien.


Hora de la verdad

En una sartén antiadherente echamos un poco de aceite de oliva y calentamos. Incorporamos la mezcla y cocinamos a fuego medio-alto durante 5-6 minutos. NOTA: Cuando agitemos la sartén y veamos que la tortilla empieza a bailar, separándose de los laterales, es el momento de darle la vuelta.

Con maña, fuerza y autoconfianza giramos la sartén sobre un plato. Añadimos otro poco de aceite a la sartén y echamos la (media) tortilla. Dejamos que se cocine otros 5-6 minutos.

 

NOTA: Dependiendo de si os gusta más o menos cuajada habrá que variar la cantidad de huevos y el tiempo de cocinado. Yo la hice cuajadita, que es como se estila por estos lares.

¡Y lista! Ya sólo nos queda presentarla en un plato vistoso, coger un cuchillo y sacar cuartos, dados o lo que os venga en gana. Pensad que ya estaréis salivando, así que cuanto antes... mejor. ¡Que aproveche, hitchcookianos! 

Película ideal para degustar este plato

PLÁCIDO
(Luis García Berlanga, 1961)

Estaba meridiano. En esta ocasión poca búsqueda en el disco duro mental he tenido que hacer. La ecuación era nítida: tortilla de patatas era igual a cine español. Y si hablamos del cine patrio, no hay otro nombre más grande que el de Luis García Berlanga. Como tenemos en cuenta que nuestra receta habla de uno de los más inmortales y genuinos platos de la cocina española, había que rendirle un culto a la altura. La filmografía es larga y maestra (en muchas ocasiones) pero el tono humilde, tan pegado a la calle y con aromas a neorrealismo me han llevado en motocarro hacia Plácido.

El listado o legado de Berlanga es de los grandes. Él fue uno de los artífices de expandir nuestro cine, abrirlo al mundo, desnudarlo y sortear con maestría a la condenada censura de antaño. Junto a él nombres como Rafael Azcona (su fiel pluma), Juan Antonio Bardem (Calle Mayor) o Marco Ferreri (El pisito), componen ese ariete artístico que buscaba reflejar la cruda realidad de la época a través del visor de su cámara al tiempo que hacían regates y requiebros a la mano implacable del Regímen. Y lo lograron, con una habilidad increíble, plausible. Dieron toda la cera que quisieron, criticaron, humillaron, condenaron, se rieron e ironizaron con todo lo que no era plato de su gusto. Y el censor... ni lo olió.

En el año 61 Berlanga estaba en la cima de su talento creativo. Tras el éxito de crítica y público de Bienvenido Mr. Marshall se sumaron piezas clave como Calabuch o Los jueves, milagro (ver receta) y comenzaba la década de los sesenta, asestando un golpe letal a la sociedad burguesa (como siempre) En esta ocasión, lanza una premisa tan cómica como diabólica: un grupo de señoronas adineradas deciden crear una campaña navideña como gesto de "bondad" en la cual deciden "sentar a un pobre en su mesa" con el fin de que comparta por un día las virtudes y comodidades de la clase alta.

Este dardo envenenado sirve de motor de arranque para una radiografía cruel y descarnada de una sociedad moribunda. Y lo ejemplifica en ese gran Cassen, un pobre diablo que va a participar en la cabalgata festiva montado en su motocarro, pero antes debe pagar la última letra. Un argumento tan simple, tan afilado, tan mordaz, tan inteligente... que os aseguro os clavará a la silla de principio a fin. Os hará reír, y os emocionará. Puro Berlanga. 

Nuestra receta goza del aroma español por los cuatro costados. Es una receta berlanguiana en todo su potencial: humilde, sencilla en apariencia pero que alberga en su interior un sinfin de sentimientos, emociones, sensaciones y sabor. Digamos que hasta que uno no clava el tenedor (o la cámara) en las entrañas de esa obra de arte, no es capaz de valorarla. 

Los ingredientes utilizados provienen además de un pueblo (Candeleda) que en ojos de un hitchcookiano bien pudiera parecer el telón de fondo de alguna obra del genial cineasta. Esa tierra trabajada por el hombre, donde las callejuelas encierran secretos de familias y toda la comunidad vive sabiendo la vida de los demás. Para bien y para mal. Que hacen piña para recibir al comité americano o se mofan de la pobreza humana, como en Plácido.

Berenjena, calabacín, patata, huevo... Ingredientes-personajes ocultos a nuestra vista puesto que han sido extraídos de la misma esencia de la naturaleza (como las creaciones de Berlanga), tan verdaderos y creíbles, tan sabrosos y tan poco parecidos a los de ciudad, que en cada bocado o visionado uno siente que entra en contacto con la realidad. Sin tapujos. Sin filtros. Sin falsedades. El sabor sin distorsiones. Como en Plácido, donde Berlanga y Azcona consiguen vapulear a una sociedad hipócrita y retorcida extrayéndonos una sonrisa. Y eso, sinceramente, no es nada fácil.

¡Viva la tortilla de patata! ¡Viva Plácido! ¡Y viva Berlanga, uno de los mejores cocineros de realidades de la historia del celuloide! 



miércoles, 18 de junio de 2014

FRITTATA DE CHAMPIÑONES, BACON Y TOMATE (Cena#40)

INGREDIENTES (3-4 personas)

250 grs de champiñones
2-3 lonchas de bacon
1 tomate
1 diente de ajo
4 huevos
Queso cheddar
Menta fresca
Aceite de oliva
Sal y pimienta

Tiempo: 20 minutos

Como estamos todos con la fiebre futbolera subida, y nos perdemos en eventos socio-gastronómicos para tal ocasión, hay que pensar en las prisas y en las pocas ganas de cocinar. Los piscolabis hogareños son socorridos, y las tortillas suelen tener un papel bastante protagonista: fáciles, deliciosas  y rápidas de hacer y comer. Hoy nosotros vamos a salirnos un poco de la rutina (bendita rutina, por cierto) y vamos a italianizar el convite. La frittata es la versión del país vecino de la tortilla francesa, que suele ir rellena y se termina de cuajar en el horno. Habrá mil opciones, variantes, propuestas... aquí va una de tantas, luego vosotros le dais vuestro toque maestro. ¡Mandiles arriba!

1. Precalentamos el horno a unos 180º. Lavamos los champiñones bajo un buen chorro de agua fría (otra opción es sumergirlos en agua con limón, pero cogen más agua) Los secamos y los laminamos.

2. En una sartén con un poco de aceite sofreímos ligeramente el diente de ajo picadito. Añadimos los champiñones y salteamos. Que suelten todo el agua, que no nos interesa nada de nada.

3. Unos minutos después incorporamos el bacon en láminas o trozos (a vuestro gusto) y removemos bien. Que se hagan un poco, que no necesitan mucho tiempo... 

4. Batimos los huevos con fuerza, los salpimentamos y los vertemos en la sartén. Removemos toda la mezcla y dejamos unos 3-4 minutos hasta que se cuaje la parte de abajo.

5. Colocamos por encima de la frittata las rodajas de tomate, las lonchas enteras de bacon y queso Cheddar (o queso rallado, el que tengáis por la nevera, seguro que sale genial) Metemos la sartén en el horno y dejamos que se termine de hacer y que se derrita el queso unos 10 minutos.

6. Sacamos con cuidado extremo (quemarse está prohibido) y espolvoreamos un poco de menta picada. 

7. Tenemos dos opciones de emplatado: presentarlo directamente en la sartén, que queda más artesanal, o volcamos la frittata en un plato grande (al estilo de la tortilla de patata de toda la vida) Vosotros mandáis, no lo olvidéis nunca. 

¡Que aproveche, hitchcookianos! 
¡No olvidéis comentar la receta, será mejor con vuestra ayuda!