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lunes, 27 de marzo de 2017

SPAGHETTI CON ALCACHOFAS Y PESTO DE ESPINACAS Y NUECES

Volvemos a tener ante nosotros un nuevo Free Meat Monday. Y lo vamos a cumplir a rajatabla con un espectacular y diferente plato de pasta. Para la ocasión tiramos de los detalles de Nueces de California para confeccionar una salsa pesto original a base de espinacas y nueces. La clásica lleva albahaca y piñones, pero os aseguro que esta variante le llega a la altura.

Todo ello además viene secundado con unas maravillosas alcachofas. Y os intento relatar una forma sencilla de limpiarlas para así ahorrarnos tirar de "las de bote". La diferencia, como casi siempre, es abismal, así que os animo encarecidamente a que os lancéis a prepararlas vosotr@s. 

Una receta sencilla, sana, vegetal y llena de sabor. Pues al lío... ¡Mandiles arriba! 

Spaghetti con alcachofas y pesto de espinacas y nueces

Ingredientes (4 personas)
  • 300 grs de Spaghetti 
  • 6 alcachofas medianas
  • Agua 
  • Sal
  • 1 limón
  • Aceite de Oliva
Para el pesto de espinacas y nueces
  • 100 grs de espinacas
  • 60 grs de nueces 
  • 1 diente de ajo
  • 50 grs de Queso Parmesano rallado 
  • Aceite de Oliva Virgen Extra
  • 1 poco de zumo de limón
Tiempo: 30 minutos

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Las alcachofas

Lo primero de todo es ir "tuneando" nuestras brillantes y hermosas alcachofas, aquí presentes. Preparamos un bol con agua fría y el zumo del limón para, según las vayamos limpiando, caigan en el baño y no se oxiden. Todo mimo es poco...


Les cortamos el tallo y con ayuda de una puntilla (o cuchillo pequeño y afilado) recortamos la parte más gruesa de la base. Quitamos las hojas exteriores hasta que veamos la base amarilla. Cortamos después la punta de las alcachofas para quedarnos con el corazón. Lo partimos en cuatro trozos y eliminamos los pelillos que veremos en el interior. 


Salteamos las alcachofas troceadas en una sartén con un poco de aceite de oliva y sal. Alrededor de 4-5 minutos, para que cojan color. Añadimos entonces un vaso de agua y dejamos cocer a fuego medio durante 8-9 minutos con tapa. Luego cocemos unos minutos más ya destapadas,  o hasta que se haya evaporado todo el líquido y veamos que estén tiernas.



El pesto de espinacas y nueces

Pelamos el ajo y lo cortamos por la mitad. Le retiramos el germen interior. Lo trituramos con la batidora.

Añadimos las espinacas - bien lavadas y secas - y trituramos un poco más.

Incorporamos las nueces y vuelta a la batidora. A mí me gusta que se note cierto crujiente del fruto seco, así que lo trituro pero no demasiado. Pero ahí ya, a vuestro juicio culinario...Rallamos un buen queso Parmesano en la pasta creada y exprimimos un poco de limón.

Por último vamos añadiendo Aceite de Oliva Virgen Extra - nuestro oro líquido - en la mezcla y vamos removiendo hasta obtener un pesto cremoso. La cantidad os la irá pidiendo el cuerpo, debe quedar únicamente a vuestro gusto.

NOTA: Es importante que vayáis probando según añadáis ingredientes para dar con el toque perfecto.





Resultado final del pesto de espinacas y nueces
La pasta y montaje final

Ponemos un cazo con abundante agua (SIN ACEITE, por favor) y lo llevamos a ebullición. Una vez que añadamos la pasta es el momento de incorporar la sal. Si lo hacemos antes retrasaremos el hervor. Dejamos cocer según nos recomiende el fabricante. Pero siempre recordar que terminaremos de cocinar la pasta en la sartén con la salsa, así que bajad un par de minutos de la recomendación.


Escurrimos ligeramente la pasta y la echamos en una sartén caliente. Añadimos un poco del agua de cocción (como 50 ml) y salteamos junto a las alcachofas. Añadimos el pesto de espinacas y nueces y removemos bien para que se impregnen bien los spaghetti. 



Servimos enseguida en platos hondos y rallamos si se quiere un poco más de queso Parmesano y decoramos con unas hojitas de albahaca o espinaca.

¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

Spaghetti con alcachofas y pesto de espinacas y nueces

viernes, 17 de junio de 2016

COCTELMOOTHIE PICANTE DE NUECES, FRUTAS Y JALAPEÑO (Desayuno con diamantes)

De repente, Nueces de California organiza un concurso de Smoothies para su 2ª Edición de Nueces de California Experience. Y me invitan a participar. Yo encantado de la vida de perderme siempre en una cocina y no encontrar la salida. Pero además le añaden un ingrediente sorpresa: el premio es un viaje a California en Octubre, para visitar los campos de cultivo de sus nueces y disfrutar de todo el amplio abanico turístico y gastronómico que ofrece el gran estado del Oeste estadounidense. 

La zanahoria delante para perseguirla sin cuartel. Todo listo para la tarea. Taurus nos obsequia con una Batidora Óptima Magnum 6 y Nueces de California nos aprovisiona del fruto seco estrella. Hay que pensar. Y enseguida me sobrevino la idea de un cóctel Margarita, me apetecía recrear esa fantasía en un smoothie, con toques frutales, verdura, cítricos, nueces y... un elemento picante y sorprendente: el jalapeño. De ese modo, en mi cabeza, se plasmarían sabores con personalidad dejando rastros aromáticos que estimulen el paladar: dulce y picante, almíbar y jalapeño con notas de fruta y verdura fresca y un crocante de nuez. Parecía un buen plan... y lo fue. 

Este "cóctelmoothie" es toda una sorpresa. Es elegante, es divertido, es vistoso y te aseguro que dejarás al comensal o al bebedor de turno, por lo menos, picado por la curiosidad. Le he pedido a Blake Edwards y a Audrey Hepburn que me ayuden a la comparación cinematográfica, y me han prestado para la ocasión su monumental comedia "Desayuno con diamantes". Todo un lujo de obra, para un trago de lo más tentador. ¡Mandiles arriba! 


Ingredientes (4 cóctelsmoothies) 
  • 2 plátanos congelados o frescos
  • 1 mango congelado o fresco
  • 2 tazas de hojas de espinaca baby
  • 30 grs de Nueces de California (unas para el smoothie y otras para el borde de la copa)
  • 1/2 cdita de jalapeño o una rodajita 
  • 1 golpe de lima
  • 2 tazas de agua fría
  • 1 toque de sal
Para el almíbar de nuez
  • 1 taza de agua
  • 1 taza de azúcar blanco
  • 30 grs de Nueces de California picadas
  • Ralladura de 1 limón
Herramienta utilizada

Personaje dispuestos para salir a escena...
Lo primero de todo será preparar nuestro almíbar, que nos servirá de "cemento" para adherir las nueces y fantasear con la idea de la clásica sal colocada en el borde de un cóctel Margarita. 

En un cazo añadimos el agua y el azúcar y removemos bien. Ponemos al fuego y añadimos la ralladura de limón y las nueces picadas en mortero. Cocemos durante 10 minutos sin dejar de remover con unas varillas, de lo contrario se podría caramelizar. 


Pensad que el almíbar tiene muchos usos (para conservar frutas, para tartas o bizcochos), pero nosotros necesitamos que haga las veces de pegamento. Así que unos pocos minutos de ebullición ya nos dará la textura pegajosa que buscamos. 


Luego colamos las nueces para quedarnos sólo con la parte líquida. Al estar en el almíbar se habrán ablandado, y buscamos el supercrocante de una nuez en crudo para la presentación final. 

En el vaso de nuestra Batidora Óptima Magnum 6 de Taurus añadimos las espinacas (bien lavadas y secadas), el mango troceado, los plátanos partidos, las nueces, el jalapeño (yo eché dos porque soy un loco del picante pero con uno será más que suficiente), una pizca de sal, un toque de lima y las dos tazas de agua. NOTA: Puedes congelar las frutas o verduras previamente para que el smoothie esté mucho más refrescante a la hora de servirlo. 


Batimos todo a velocidad 2 hasta conseguir una mezcla homogénea. NOTA: La textura o cremosidad la tendrás que ir calibrando según tu paladar, que es el único que manda en la cocina. 

Batidora en pleno funcionamiento...
Ahora llega la parte creativa: el "envasado". Usaremos para crear la ilusión óptica copas de cóctel. Primero pasamos con tranquilidad el borde por el almíbar - también te puedes ayudar de un pincel de cocina - y luego hundimos la copa en la nuez picada. Pegamos bien el fruto seco al almíbar. 


Servimos desde el vaso nuestra mezcla especial y rellenamos la copa. Decoramos con una rodaja de lima en el borde y listo. Un cóctelmoothie de lo más original, divertido, delicioso y sorprendente para que te hagas con el personal. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 



Película ideal para degustar esta bebida
BREAKFAST AT TIFFANY'S
("Desayuno con diamantes" de Blake Edwards - 1961)

Audrey era elegancia en estado puro. Era pureza en estado elegante. Era una diva sin serlo. Era una belleza extraña, delicada, deliciosa, frágil, encantadora, de esqueleto pequeño y de mirada infinita... Pero siempre albergaba bajo su "cara de ángel" una picardía cómica que la hacía única. Puede que la mesa en la que se presenta el cóctelmoothie ya me debiera llevar a ella, pero no puedo huir de su rostro y de su personalidad para encontrar el símil de esta receta líquida. 

En ambas atisbo esa mezcla irrepetible que albergaba: dulzor y picante. Y si existe una película en su filmografía que reúna mejor que ninguna esas cualidades es sin duda la genial "Desayuno con diamantes".

En 1961 Audrey Hepburn ya se había consolidado en el panorama cinematográfico y su imagen era de las más deseadas en pantalla (pocos primeros planos fueron más bellos) En la década de los 50 la actriz ya tenía el favor de la crítica, la industria y el público gracias a maravillas como "Vacaciones en Roma" (que le valió su primer y único Oscar), "Sabrina", "Arianne", "Guerra y Paz" o "Los que no perdonan". Había bailado entre drama y comedia romántica para demostrar sus infinitas virtudes interpretativas. Pero cuando a principios de los 60, un genio como Blake Edwards la llama para la adaptación de la novel a de Truman Capote, se abría una época de grandes obras cómicas y, sobre todo, la creación de un mito, un icono, una leyenda...

La historia nos cuenta la vida, aparentemente fácil y alegre, de una joven neoyorkino: Holly Golightly (Hepburn), que sobrevive gracias a los aportes económicos de sus amigos nocturnos ocasionales. Su personalidad estrambótica y sorprendente - que le hace desayunar frente a la famosa joyería Tiffany's de la Quinta Avenida, por ejemplo - llama enseguida la atención de un nuevo vecino. Un escritor de poco éxito (George Peppard) que se nutre de las contribuciones "no desinteresadas" de una mujer madura (Patricia Neal). La joven pareja empieza una amistad que desembocará en los más altos niveles del romance urbano. 

Partamos que nuestra receta tiene un elemento físico que ya nos acerca a "Desayuno con diamantes": la copa. Que hace las veces de edificio de la Gran Manzana, que se alza orgulloso y que aglutina al puñado de variopintos convecinos que allí habitan: la fantasiosa y festiva joven, el apocado escritor, el quisquilloso vecino oriental (Mickey Rooney)... una mezcolanza de ingredientes de toda índole como nuestras frutas, la espinaca, la lima, el jalapeño... que conviven apiñados y batidos en un mismo espacio.

Pero yendo más allá, como siempre, la historia planteada narra las vicisitudes de dos personajes solitarios y desarraigados que viven en un mundo de lujo. Unos seres humildes "atrapados" en un palacio de cristal, en una ciudad que les acoge y maltrata. Como nuestra bebida, que tiene orígenes sencillos, y que se mueve en la elegancia que otorga esa copa de cóctel, con su rodaja de lima y su borde bañado en oro-nuez. Lejos queda la granja de la infancia, ahora todo es cool. Y toca no desentonar con el escenario creado, fingir si se quiere, para luego sorprender en el primer trago.

Como decía anteriormente, me fascina la perfecta combinación que tiene el personaje de Audrey de dulzura y picardía. En su aparente fragilidad (física y mental) se adviene una obsesión por las joyas y por encontrar un marido rico, para lo que tirará de sus múltiples encantos de mujer. Existen pues esas dos vertientes en esa joven que huye de sí misma y de un pasado que quiere olvidar: su encanto dulce y su picardía femenina para obtener sus pretensiones. Almíbar y jalapeño. 

Esa dualidad que emerge del smoothie se plasma constantemente en la película gracias a unas afilados diálogos, plagados de jovialidad, ironía y comedia. Hablamos de Capote, que no era manco. "Desayuno con diamantes" rezuma toques alegres como la fruta, el ligero amargor de la espinaca, los detalles picantones del pimiento, el dulzor humano de la nuez en el almíbar...  Y termina convirtiéndose en verde, color de esperanza, que es la que mueve a los protagonistas a desistir de  los sueños de grandeza y abrazarse bajo la lluvia al amor de verdad. 

Como veis la película y el smoothie comparten muchos elementos comunes. Estamos ante una de las obras más conocidas y admiradas de la comedia romántica, llena de matices, ambigüedades y con la música de Mancini - incluyendo la premiada "Moonriver"- revoloteando en cada plano. Nuestra bebida es un compendio de texturas, de sabores, de ingredientes con mucha y variada personalidad. Y estoy convencido que Audrey acudiría a las seis de la mañana frente al escaparte de Tiffany's para degustar este fascinante cóctelmoothie mientras su maravillosa mirada se pierde en un mar de diamantes.

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lunes, 11 de abril de 2016

SPAGHETTI CON PESTO DE ESPINACAS (Free Meat Monday)

Esta fabulosa, sencilla y nutritiva receta ha sido extraída y "versioneada" de Cocinando con Catman y su Pesto de Espinacas y Nueces. Al César lo que es del César (o al gato, lo que es del gato). Debo señalar que ha sido toda una grata sorpresa por su sabor y textura. La combinación de los frutos secos (en mi caso piñones) con la espinaca y la mezcla de quesos tiene una potencia en boca fantástica.

Lo bueno de la salsa pesto es que podemos combinar infinidad de ingredientes para realzar cualquier plato de pasta. Desde el clásico de albahaca, pasando por el Pesto Rosso o por un pesto de Eneldo. Jugando con piñones, avellanas, nueces y fusionando quesos curados de diferentes sabores. 

Y como hoy es "Free Meat Monday" nada mejor que este recetón de pasta. No tenéis excusas para probar esta delicia que os sorprenderá y que pasará obligatoriamente a vuestro recetario. Lleva poco tiempo, es increíblemente sana y muy fácil de preparar. ¡Mandiles arriba! 

Ingredientes (4 personas)
  • 100 grs de Queso Parmesano
  • 30-40 grs de queso Pecorino Romano
  • 150 grs de espinacas
  • 1 diente de ajo
  • 80 grs de piñones 
  • Aceite de oliva Virgen Extra 
  • Sal, pimienta negra molida 
  • Pepperoncino (o guindilla seca) 
  • 180 grs de Spaghetti 
Tiempo
  • 15 minutos 

Para la preparación de este pesto necesitaremos tener a mano o bien una batidora o un buen mortero para desestresarnos.  Yo suelo usar siembre "el trabajo manual" para estas preparaciones, pero en vuestra sabiduría extensa lo dejo. 

Lavamos las espinacas y las secamos bien. Tostamos ligeramente los piñones en una sartén sin aceite hasta que se doren. NOTA: Que no se quemen bajo ningún concepto. 


En el mortero (o el vaso batidor) añadimos el diente de ajo con una pizca de sal. Lo trabajamos hasta desintegrarlo. Añadimos las espinacas y machacamos a conciencia. Incorporamos los piñones doraditos y vuelta al tajo. Trabajamos y trabajamos, con calma, disfrutando el momento.

Vamos añadiendo aceite para emulsionar la mezcla y obtener la densidad deseada. Por último añadimos los quesos rallados, la pimienta negra y sal (si hiciera falta, pero ante todo probadlo).


Cocemos la pasta en abundante agua SIN ACEITE y colamos cuando esté al dente. 

Servimos los spaghetti en un plato hondo y vertemos una buena dosis de pesto de espinacas por encima. Espolvoreamos un poco de pepperoncino - para darle un puntito picante - y rallamos más Parmesano por encima. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

lunes, 18 de enero de 2016

HAMBURGUESA HITCHCOOK DE PAVO Y ESPINACAS (Fast Healthy Food)

Nuevo plato a cámara rápida para satisfacer nuestros paladares diarios de forma vertiginosa, vistosa, fácil, espectacular... Las hamburguesas son de esos alimentos socorridos y populares que nunca faltan en una cocina (las hamburguesas caseras, se sobreentiende) y que nos sacan de más de un apuro a la hora de llenar la mesa de amigos con estómagos rugientes. 

En esta ocasión vamos a dar la espalda a la ternera o al cerdo, para sacar las virtudes del pavo. Una carne sensacional, con muy poca grasa y plagado de proteínas, lo que le convierte en un actor principal idóneo para cenas descomunales y saludables. Además combinaremos el pavo con espinacas (que es una verdura que está en época) y también poseen grandes valores nutricionales (proteínas, vitaminas, muy bajo contenido en hidratos de carbono...) 

Por último le daremos el toque final con Boruja. Una planta fabulosa que crece en la ribera de los ríos y en fuentes (yo la descubrí en Candeleda) y que tiene un sabor intenso a campo. Así ya obtendremos una combinación perfecta de ingrediente sanos y apetecibles para confeccionar esta hamburguesa. ¡Mandiles arriba! 


Ingredientes (2 personas)

  • 220-250 grs de carne de pavo picada
  • 50 grs de espinacas
  • 1 diente de ajo
  • Pan rallado (cantidad necesaria)
  • 1 cebolleta pequeña
  • 1 chorrito de Salsa Inglesa 
  • Perejil fresco picado
  • 2 champiñones laminados
  • Queso
  • Boruja (o lechuga variada)
  • Mayonesa
  • Sal, pimienta negra molida y Aceite de Oliva
  • Patatas fritas 
  • 8 dientes de ajo enteros sin pelar 
Tiempo

  • 15-20 minutos

Lo primero de todo será trocear la carne de pavo. Si tenéis un carnicero simpático (siempre intuyo que sí) os picará la carne. Si no, habrá que hacer el trabajo en casa. Un truco para que no se desmenuce demasiado es congelar parcialmente la carne durante 30 minutos y luego picarla con algún procesador de alimentos (Thermomix, 20 segundos velocidad progresiva 5-7, o con picadora).

Colocamos la carne picada en un bol y reservamos. 

Espinacas

Nos ponemos con las espinacas. En una sartén con 2 cucharadas de aceite, vamos sofriendo el ajo picado. NOTA: Lo mejor siempre es echar el ajo a partir del aceite en frío, para evitar que se queme. Cuando empiece a soltar aroma el ajo, añadimos las hojas de espinaca y dejamos que se cocinen unos 5 minutos. Veréis que reducen su tamaño considerablemente. Apagamos el fuego. 


La mezcla

Volvemos al escenario del bol. Salpimentamos la carne, añadimos la cebolleta troceada finamente, la Salsa Inglesa, el perejil fresco picado y el pan rallado. Incorporamos igualmente nuestras espinacas salteadas. Mezclamos todo con energía y gracejo - que sé que lo tenéis -. NOTA: Añadid pan rallado según notéis la consistencia de la carne. Se tiene que poder moldear con facilidad, pero no os paséis. 


Lavamos los champiñones y los laminamos. Todo listo para esculpir nuestras hamburguesas. 

Hamburguesas 

Sacamos dos bolas y las vamos a ir dando forma. Las trabajamos con las manos y las aplanamos ligeramente, dándole el aspecto debido. 


Ponemos aceite en una plancha o sartén. Tostamos ligeramente los panecillos y sacamos. Añadimos los champiñones y los freímos hasta que cojan un bonito color dorado. Apartamos a un lado de la sartén (así se mantendrán calientes) y en el centro asaremos nuestras hamburguesas. Con unos 3 minutos por cada lado será suficiente. Al dar la vuelta, añadimos un poco de queso para que se vaya fundiendo mientras se termina de cocinar el otro lado.


Emplatado

Emplatado. Untamos el panecillo-base de mayonesa y colocamos encima una buena cantidad de Boruja fresca. Sobre ella la hamburguesa con el queso fundido y coronamos con los champiñones. Como acompañamiento podemos optar por las clásicas - y efectivas - patatas fritas (cortadlas en bastoncillos, cocinarlas en aceite no muy caliente, que se hagan bien por dentro y luego subid la potencia para que se doren por fuera y queden crujientes) acompañadas de ajos enteros fritos.

CONSEJO: Os recomiendo que no perturbéis mucho su espléndido sabor con salsas, dejad que toda la frescura de la Boruja y la carne bien condimentada tengan el protagonismo absoluto en el paladar. ¡Que aproveche hitchcookian@s! 

lunes, 4 de enero de 2016

ÑOQUIS DE ESPINACAS (Platoon)

Empezamos el año preparando unos maravillosos ñoquis muy típicos de la cocina italiana, aunque hay variantes en otros países. Los ñoquis (gnochi) son un tipo de pasta que generalmente se prepara con patata, harina y queso Ricotta. Nosotros vamos a salirnos ligeramente de la tradición y llenarlos de verde con unas espinacas cocidas.

Esta receta requiere trabajo manual e ir mirando las cantidades según "palpemos" el producto hasta dar con la textura deseada. Es un plato muy ameno de preparar y con multitud de posibilidades (también se pueden preparar con calabazas, castañas, remolacha...) El truco, como siempre, está en hacernos con buena materia prima para asegurarnos el resultado exitoso. En esta ocasión le pido a Oliver Stone que me preste su gran pieza bélica (o anti-bélica, mejor dicho) "Platoon" para realizar nuestra comparación gastro-cinéfila. Todo listo para la contienda... ¡Mandiles arriba!

ÑOQUIS DE ESPINACAS
ÑOQUIS DE ESPINACAS

Ingredientes (4 personas)

  • 250 grs de queso Ricotta 
  • 150 grs de espinacas cocidas
  • 80-90 grs de harina
  • 1 chalota
  • 1 huevo tamaño M
  • Queso Parmesano rallado
  • Mantequilla 
  • Nuez moscada y albahaca fresca
  • Sal, pimienta negra y Aceite de Oliva 
Tiempo
  • 40 minutos
Película comparada (Tras receta)
  • "Platoon" (Oliver Stone - 1986)


Lo primero de todo será cocer las espinacas. Para ello podemos o hervirlas en agua o - como fue mi caso - cocerlas al vapor. Cualquier opción es válida. Luego las escurrimos bien y las reservamos hasta que les toque salir a escena.


En una sartén derretimos un poco de mantequilla y sofreímos la chalota muy picada. NOTA: Si no tienes puedes sustituirla por un diente de ajo y una cebolleta pequeña. Pochamos durante 5 minutos.

Añadimos las espinacas y dejamos que se sequen otros 5 minutos salteando a fuego vivo. Salpimentamos y rallamos un poco de nuez moscada por encima. Apagamos el fuego y dejamos que se atemperen.


En un bol echamos el queso Ricotta y lo aplastamos bien con un tenedor. Añadimos el huevo, abundante queso Parmesano rallado y las espinacas templadas. Removemos bien todo el conjunto. Con ganas, con energía, con ese savoire fâire que sé que tenéis...

Incorporamos harina y mezclamos hasta conseguir una pasta manejable y compacta. NOTA: Si veis que la masa os queda demasiado húmeda, id añadiendo harina poco a poco hasta tener una textura que podáis manipular con las manos. Pero recordad que deben quedar esponjosos, no apelmazados y duros, porque entonces su textura en boca no será muy agradable.


Ponemos agua a cocer con un poco de sal. Vamos formando los ñoquis con las manos (yo les di forma de croqueta, aunque podéis adaptar la forma y tamaño a vuestro gusto) y los sumergimos en el agua por tandas. Cuando suban a la superficie contamos 1 minuto y los vamos escurriendo. 

Para el emplatado. Disponemos cinco ñoquis en un plato amplio. Rallamos un poco de Parmesano por encima de cada uno y rociamos con un hilillo de aceite de oliva Virgen Extra. Terminamos decorando con una hoja de albahaca fresca y lavada. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

Película ideal para degustar este plato
PLATOON
("Platoon" de Oliver Stone - 1986)


Con el verde predominando por toda la espesura del plato, los engranajes alocados de mi mente han empezado a girar en busca de un film acorde con la receta. Tal vez la extraña visión de "camuflaje" de los ñoquis le haya llevado inexorablemente hacia la jungla de Vietnam, hacia el infierno verde. Y en ese subgénero bélico (creo que ya lo podríamos considerar un género en sí mismo) hay infinidad de buenas - y malas - obras. Por supuesto "Apocalypse now" (Cine-receta) se alza orgullosa como la pieza clave, pero le siguen de cerca enormes acercamientos al horror como "La chaqueta metálica" (Cine-receta), "El cazador" o "La escalera de caracol" y la que hoy nos ocupa: "Platoon", toda una radiografía visual y psicológica de la guerra.

Primera de la llamada "trilogía de Vietnam" por parte de Oliver Stone (luego le seguirían "Nacido el cuatro de Julio" y "Entre el cielo y la tierra", muy menores a nuestra protagonista) esta película se adentra en la jungla para mostrarnos sin tapujos y a tumba abierta las miserias de la guerra y de las relaciones entre los soldados destinados. El realismo del que hace gala es notable, y en parte se debe a que se trata de una vivencia real del director. Stone estuvo en el infierno verde y supo trasladar toda la crueldad bélica y humana (o inhumana) de la contienda a la pantalla. Un buen guión hace de base sólida (no en vano Oliver Stone fue primero guionista de piezas maestras como "El expreso de medianoche" o "Scarface: el precio del poder"), a lo que hay que sumar una magnífica dirección que se mete de lleno en las trincheras y barracones, unas muy buenas interpretaciones (donde destacan los oficiales Tom Berenguer y Willem Dafoe) y una gran dosis de acción y momentos estelares que ya forman parte de la memoria cinéfila: la persecución y el acribillamiento del amable sargento Elías mientras alza sus brazos al cielo... 

"Platoon" es, probablemente, la mejor película de Oliver Stone. Desde luego es la más personal y eso la hace destacar por encima de su amplia e irregular filmografía (se han mezclado grandes obras como "JFK", "Salvador" o "Wall Street" con mediocridades del corte de "World Trade Center"o "Alejandro Magno"). Es una declaración antibelicista en toda regla, sin tapujos, sin medias tintas. Los personajes sufren y no se dejan llevar por filosofías ni por debates morales: han ido a la guerra y quieren volver vivos a casa. Punto. Toda la historia la vivimos desde el punto de vista del novato Charlie Sheen (cuando todavía parecía un actor serio) que aterriza en mitad de ninguna parte y se verá inmerso en una contienda incomprensible regida por dos sargentos con visiones dispares. Es la confrontación entre el egoísmo y la camaradería. Dos hombres. Dos formas de vivir y de matar. Un fuego cruzado de gran contenido emocional y que obliga a decidir un bando en medio del horror. 

Todo el elemento "verde", otorgado por las espinacas cocidas, se nos muestra como el uniforme de camuflaje que se confunde con la jungla vietnamita. Pero yendo más allá nuestra receta se presenta como un pelotón ("Platoon" en inglés) de soldados, de compañeros, de camaradas. Los ñoquis se arremolinan en la trinchera del plato y conforman un grupo "humano" inseparable. En la guerra es vital, dependes del de al lado para sobrevivir, y así acaban transformando su convivencia en una relación familiar. Con sus momentos buenos, sus discusiones, sus traiciones, sus cambios de sabor y de textura... 

Visto desde el punto de vista evolutivo de la historia - el hilo conductor es la llegada de un novato a las entrañas del infierno - nuestra receta se va creando y endureciendo a medida que los acontecimientos van trastocando su personalidad: batallas, peleas entre compañeros, pueblos devastados, asesinatos... Todo se inicia con el aterrizaje de esa nueva "partida" de carne fresca (los novatos o las espinacas) en el hervidero u olla de la contienda. Son frágiles, inexpertos, están verdes aún... Pero poco a poco el amasijo que se va preparando en el bol (o en los improvisados campamentos) les van haciendo cambiar su visión mostrándoles la maldita realidad. Una crueldad dada por la harina, el huevo en crudo, el queso, la chalota... Esa mezcla de personajes-ingredientes condiciona su mente y, por lo tanto, su aspecto exterior: la mirada ingenua y aterrada de los inicios va volviéndose directa, inmutable, vacía, devastadora... 

Así lo que antes eran unas simples y sosas espinacas cocidas acaban por transformarse en formas firmes, compactas, que sufren el hervor del agua y de la guerra (fantástica la batalla nocturna que rueda Stone) para terminar de cocinarse y de tomar partido por un bando. En el plato vemos a nuestro "pelotón de ñoquis" junto pero enfrentado, simbolizando ese gran conflicto psicológico del que hace gala la película: el bien contra el mal. Al final hay que posicionarse, hay que mojarse, hay que hacer justicia... Y vivir el resto de tu vida con las consecuencias de tus actos.

"Platoon" se alzó con 4 merecidos Oscars (incluyendo director y película) y se convirtió por méritos propios en una película referencia en el género bélico. Stone supo sacar todo el partido a un fantástico elenco de actores (les hizo entrenar durante semanas en un complejo militar) y nos catapultó a las vísceras de Vietnam con potencia visual, ritmo narrativo y un sonido difícil de olvidar. Nuestros ñoquis patrullarán por la cocina, camuflados, acechando en cada rincón de la mesa... Y tú tendrás que decidir en qué lado estás: dejarlos vivir o comértelos. Eres el sargento Barnes o Elias. Empieza la guerra... 

jueves, 26 de noviembre de 2015

ENSALADA CHIPRIOTA CON QUESO HALLOUMI

Hoy tenemos cena a cámara super-rápida. Nos vamos de viaje a Chipre para degustar su delicia: el queso Halloumi. Una variedad de leche de oveja y de cabra, de textura fibrosa, que tiene entre sus cualidades que aguanta la cocción en sartén o parrilla manteniendo la forma y cubriéndose de una capa tostada que le hace muy apetitoso. 

Nosotros vamos a intentar - sólo intentar - ser fieles a los aromas mediterráneos que bañan la isla y dotamos a esta ensalada de fragancias como la menta o el limón, y de texturas como el pepino y la espinaca, para catapultarnos a Chipre desde la cocina. Si lo veis, no dudéis en lanzaros a por él y probar esta maravillosa y sencillísima receta. ¡Mandiles arriba!


Ingredientes (2-3 personas)
  • 150-200 grs de queso Halloumi 
  • Hojas de espinacas
  • 1 pepino laminado
  • 10 tomatitos cherry
  • 1 cebolla morada
  • Aceite de oliva
Para el aliño
  • 3 cdas de aceite de oliva Virgen Extra
  • 1 cda de zumo de limón
  • Menta fresca picada
  • Sal al gusto
  • 1 cda de miel
Tiempo
  • 5 minutos

Esto nos va a llevar muy muy poco tiempo, así que nos ponemos. Lo primero es dejar preparada la vinagreta o el aliño. 

Mezclamos en un bol todos los ingredientes y emulsionamos durante 1 minuto para integrarlos bien. Probamos y corregimos si hiciera falta. NOTA: Podéis sustituir el limón por Vinagre de Manzana, la menta por hierbabuena u orégano, la sal por un poco de Salsa de soja... Libertad creativa. 

En una sartén ponemos una gota de aceite y marcamos a fuego fuerte las láminas del queso Halloumi. La gracia es que quede bien dorado. 

En bols o platos individuales disponemos las espinacas bien lavadas. Laminamos con ayuda de una mandolina o a cuchillo el pepino y lo colocamos alrededor. Troceamos al gusto los tomatitos cherry y la cebolla morada. 

Colocamos encima las lonchas de queso y rociamos con la vinagreta de menta y miel. Rápido, ¿no? Pues no perdáis tiempo y a la cocina. ¡Que aproveche, hitchcookian@s! 

domingo, 1 de marzo de 2015

SALMÓN A LA FLORENTINA (Una adaptación)

Hoy vamos a marcarnos una adaptación en toda regla. La Salsa a la florentina consiste en una cama de espinacas acompañada de Salsa Mornay (bechamel), pero nosotros vamos a hacer nuestra propia creación, que es lo suyo. Unos buenos lomos de salmón nos servirán de protagonistas absolutos para coronar esta deliciosa salsa, que viene acompañada de unas patatas cocidas y unas zanahorias a la plancha. Todo un festín sano y tremendamente colorista para disfrutar de otra forma de cocinar este socorrido y nutritivo pescado. Silencio... se cocina.


INGREDIENTES (2 personas)

2 lomos de salmón fresco
2 patatas
1 zanahoria
100 grs de espinacas
1 vaso de vino blanco
1 vaso de nata líquida
1 vaso de caldo de pescado (o agua)
2 cdas de mantequilla
2 chalotas
Perejil fresco
1 puerro
Sal, pimienta y aceite de oliva

Tiempo: 30 minutos
Película comparada: "Una habitación con vistas" TRAS RECETA

Las patatas 

Pelamos las patatas y vamos sacando bolitas con ayuda de un sacabotas (o vacia-melones) La idea es que queden del tamaño de un bocado. 

Las ponemos a calentar en abundante agua con sal y dejamos que se cocinen hasta que estén tiernas. Sacamos, escurrimos y reservamos.

NOTA: En este punto podemos añadir las zanahorias, que luego irán con un golpe de sartén. Así nos quedarán muy tiernas por dentro y doradas por fuera.

La salsa

Picamos las chalotas finamente y las ponemos a pochar unos minutos en una sartén con aceite. Incorporamos el vino y dejamos que reduzca unos 5 minutos.

Momento de añadir la nata y el fumet de pescado (o agua con una pastilla de caldo). Salpimentamos y dejamos que se cocine a fuego medio-alto, por lo menos hasta que reduzca a la mitad. 

Salsa en proceso...

Añadimos la mantequilla y removemos bien para que la salsa ligue. 

Añadimos las hojas de espinaca y cocinamos 5 minutos más. Ahora pasamos la salsa por la Thermomix o por la batidora (en este caso convendría luego colarla por un chino) y trituramos.

El pescado

Salpimentamos los lomos de salmón y lo hacemos a la plancha con un poquito de aceite. MI TRUCO: pongo la sartén a fuego muy alto y antes de incorporar el pescado, lo bajo a la mitad. Dejo que se cocine unos 3 minutos por cada lado y listo.

Por último, en esa misma sartén pasamos unos rectángulos de zanahoria hasta que queden bien dorados. Y aprovechamos para dorar ligeramente nuestras patatitas.

Opción: Yo además freí unas tiras de puerro para decorar. 

Emplatado

Ponemos un fondo con nuestra Salsa a la Florentina y colocamos encima el lomo de salmón, coronado con las tiras fritas de puerro. Disponemos las patatas y la zanahoria a los lados. Espolvoreamos perejil fresco (o cebollino) y listo. ¡Que aproveche, hitchcookianos!

Película ideal para degustar este plato

A ROOM WITH A VIEW
("Una habitación con vistas" de James Ivory, 1985)

El término "a la Florentina", culinariamente hablando, significa un tipo de plato (huevos, carne, pescado...) con una cama de espinacas con Salsa Mornay (bechamel). Nosotros hemos hecho una adaptación libre de esa técnica, para servir de base colorista y alimenticia a unos lomos de salmón que necesitaban un poco de "alegría de vivir". Y como se trata, pues, de una versión propia, y teniendo en cuenta el elemento "Florencia" en el que nos basamos, había que irse a la bota para encontrar una película acorde a la receta. Así nos topamos con "Una habitación con vistas"

Su director, James Ivory, ha destacado siempre por su preciosismo formal (y ha sido vilipendiando precisamente por eso: anteponer la imagen al texto) En su haber se cuentan adaptaciones de muy alto calado como "Regreso a Howard's End", "Las bostonianas" o la memorable "Lo que queda del día". Se le podrá acusar de denso, de intenso, de narrador preocupado por la imagen más que por el argumento (y no faltarán a la verdad) pero lo cierto es que Ivory consigue plasmar en pantalla, una sucesión de fotografías idílicas y unos encuadres de ensueño. 


"Una habitación con vistas" resulta tediosa para algunos, y bellísima para otros. Yo creo que me encuentro a medio camino.
En su momento fue un gran hito de crítica y público, y contó con 8 nominaciones a los Oscars (de los que ganó 3, incluyendo mejor guión adaptado) Es verdad que la película realza las virtudes del cine de Ivory: grandes decorados, espléndida fotografía, conflictos de clases, recreación de época... Y también lo peor: las historias tienden a desinflarse a medida que se recrea en los formalismos. En esta ocasión nos plantea un viaje a Florencia, donde una joven inglesa de buena familia pero impetuosa (Helena Bonham Carter) descubre y batalla contra los sentimientos confusos (o sea, el amor con un desconocido) a través de una habitación con vistas a la ciudad del Renacimiento. Todo en la película son conflictos de pasión contenida, de guardar las apariencias, de no claudicar ante los irrefrenables deseos que laten bajo las vestimentas... Adornado con una majestuosa dirección de fotografía que sabe sacar partido de la bella arquitectura florentina.
Nuestra receta es, en cierto modo, un guión adaptado. Si bien Ivory lo hace con la novela de E.M Forster, nosotros lo hacemos con la salsa original. Le eliminamos la Mornay y hacemos nuestra propia obra. Para eso están las ideas, para proporcionar el nacimiento de otras.

El plato destaca por una combinación explosiva de colores: el verde de las espinacas, el dorado rosado del salmón, el naranja casi caramelizado de la zanahoria, el amarillo oro de las patatas... Una suerte de visión a lo Ivory del cine, donde predomina una enorme paleta colorista. Ya no sólo en los telones de fondo, sino en los ropajes, en los interiores, en los pequeños rincones...

El salmón condensa de alguna forma esa historia de amor y desamor que surge entre la aventurera damisela y el excéntrico inglés del albergue. Una amistad inicial pura e inmaculada (de novela rosa, como el salmón) que poco a poco se irá cocinando y sacando a relucir los problemas de esa pasión. Digamos que generamos una corteza crujiente (como la férrea educación a la que ha sido expuesta) que no le permite desatar sus sentimientos, sino albergarlos en su interior, donde se mantiene su inocencia y ternura. 

"Una habitación con vistas" puede ser una delicia visual o un edulcorado panfleto romántico, en cualquier caso, no se puede negar que el cine de Ivory es sólo suyo y nadie como él ha sabido reflejar las historias de época en los últimos tiempos. Nuestro plato sólo tiene una pretensión: llenarte el estómago con unos matices y sabores que conjugan a la perfección. En la boca y en el ojo. Así que sólo te queda asomarte al balcón de tu cocina, y echar un vistazo a esta receta florentina...